Ángel Ciego 9. Memorias

Venganza. Faro

— Me quedaré con ella hasta la noche, luego iré a hablar con Yun — dijo el namek.

— Iré con él ahora para explicarle... — empezó a decir Dende.

— Que su madre está enferma, es contagioso, por eso no puede venir a verla, no le digas nada más — pidió el hombre de piel verde.

— Si le parece, pueden llevarlo a mi casa, allá estará más cerca, y con mis hijos se distraerá — ofreció Jenny.

— Es buena idea, gracias.

Habían pasado tres días e Izbet seguía cada vez peor, la rubia luego de dejar todo arreglado en la oficina, iba y venía de su casa a la Corporación, era muy peligroso tratar de mover a la enferma. Había logrado que se mantuviera la noticia del estado de su jefa en reserva para que Yun no se enterará que tan grave estaba su madre.

— Quiero quedarme esta noche cuidandola — le explicó la asistente a su esposo por celular.

— No te preocupes, sé lo que sientes por ella. Quédate el tiempo que consideres necesario, los niños están bien, Bet está muy contenta de que Yun se quede estos días con nosotros — le dijo para darle ánimos a su esposa.

— Gracias por entenderme. Nos vemos.

— Quisiera hablar contigo ¿Viste todo lo que le pasó a Izbet cuando estuvieron en ese lugar? — le preguntó Piccolo cuando vio que terminó su llamada.

— Sí.

— Es que ese... dijo... que había... con Izbet... sé que ella no lo habría consentido jamás por su voluntad, pero estaba tan débil que él pudo... si es así cuando mejore tendrá que buscar ayuda, la primera vez que le pasó quedó muy mal.

— No lo consiguió, aunque lo intentó, ella se quedó quieta... la mordió, trato de excitarla de muchas formas, quiso penetrarla... — al ver la cara del guerrero verde, se dio cuenta que no debió entrar en detalles — como ella no reaccionó al final se aburrió y optó por irse con la maldita de Mitzi a quitarse las ganas.

— Entiendo, gracias.

— Lo importante es que ella sobrevivirá a esto, estoy segura — le tomó el hombro — incluso esa bestia intentó conmigo... — se le quebró un poco la voz pero siguió firme.

— Tranquila — le sonrió para que se calmara — ese animal ya está muerto, disculpa por haberte hecho recordar lo que vivieron. Tienes razón, ahora debemos esperar que se recupere pronto.

Al cuarto día y luego de la revisión diaria de los médicos, Bulma llamó a Piccolo, Videl y Jenny para darles la peor de las noticias.

— Lo siento mucho, me acaban de decir que no pasa de esta noche — dijo con tristeza la dueña de casa.

— ¿No hay nada más que podamos hacer? — el namek no podía creer lo que estaba pasando.

— Lamentablemente nada... debes mandar a buscar a Yun... para que pueda despedirse de su madre — sugirió la científica.

— Esta bien, Videl ¿Puedes ir a buscalo? — pidió el hombre verde.

— Por supuesto, ya vuelvo.

— ¿Podría estar con ella mientras lo traen? — solicitó Jenny.

— Bueno — aceptó Piccolo luego dijo en voz alta para sí — debo encontrar una forma de salvarla — cerró los ojos, cruzó los brazos y se quedó quieto pensando.

— Por favor, no te rindas — le suplicó a Izbet su amiga cuando estaban solas en el cuarto — ¿Te acuerdas cuando nos conocimos? Evitaste que abusarán de mí, desde entonces me has estado cuidando, siempre, por mí le suplicaste a Mitzi... juntaste tus últimas fuerzas para tratar de protegerme de Braca... recuerdo que dijiste que soy como una hermana para ti, pero debo confesarte que yo no siento lo mismo... te quiero como si fueras mi verdadera madre... regresa, sigue luchando... eres más fuerte que esto... — terminó sollozando.

En ese momento el corazón de la enferma empezó a latir más fuerte por unos segundos, luego volvió a bajar, Bulma y Piccolo entraron al escuchar la señal de las máquinas.

— ¿Cómo lo hiciste? — preguntó la científica.

— ¿Le pasa algo malo? — miró asustada la asistente.

— No, al contrario, por un segundo estuvo mucho mejor...

— Mmm... déjenme solo con ella — pidió el guerrero.

— Pero... — la del pelo azul quería revisar si alguno de los medicamentos que le pusieron hicieron el pequeño milagro.

— AHORA... por favor — se fueron las mujeres, él le tomo la mano a Izbet y se sentó a su lado — Sé que los médicos están equivocados, sobrevivirás, y apenas estés mejor, nada te salvará de mi regaño ¿Por qué no me dijiste que estaba pasando? Da lo mismo si puedes o no sola, somos uno ahora y siempre... sigue luchando... Jenny te quiere como si fueras su madre... le dijiste a Bet que la acompañarías cuando se case, y nunca faltas a tus promesas... Yun te necesita... mucha gente está preocupada por ti... todos ellos te quieren mucho... piensa en mí... hemos pasado tanto juntos... no quiero perderte... no ahora... no así... te amo — acercó su cara a ella, cerró los ojos, quedaron frente con frente.



#478 en Fanfic

En el texto hay: sexo, aventura, sexo amor desamor

Editado: 06.03.2020

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