Ángel Ciego 9. Memorias

Amanda Supay. Encontrar un donante

— ¿Por qué me seguiste? — le preguntó Izbet algo molesta.

— Noté que estabas extraña.

— Solo tú puedes saber cuando algo me pasa, es como si leyeras mi mente. Supongo que escuchaste todo lo que hablamos en la cárcel.

— Sí, y recuerdo que dijiste que dejarías que la justicia se hiciera cargo de ese tipo.

— No mentí — puso su expresión más inocente — Công Lý en la lengua de su pueblo significa Justicia.

— Entonces el que Alejandro haya sido trasladado a este lugar para cumplir su condena no fue casualidad — analizó el namek.

— Puede ser — la mujer sonrió de lado.

Pasaron los meses, y el estado de salud de Amanda empeoró, necesitaba el trasplante, pero no encontraban un donante compatible. Una mañana Yun la llevó a la cascada, pasaron un día precioso allí. Al llegar a casa tuvo que llevarla en brazos a su pieza para que descansará, apenas podía caminar.

— Gracias por el maravilloso día — le agradeció la joven con un beso en la mejilla.

— De nada.

— A tu lado me siento muy bien.  Igual que tú, no tuve hermanos, era hija única, cuando me recogió Alejandro, aunque sabes cómo nos trataba, sentí que por fin era parte de una familia, ese es mi mayor deseo.

Detrás de la puerta Izbet escuchó todo, al otro día en su empresa mandó a buscar al abogado, luego llamó a Ann para conversar la situación de los niños que hasta ese momento ella y su esposo habían cuidado.

— He hablado con la gente de servicio de menores, me ayudarán a buscarles un buen hogar a los pequeños, en lo posible juntos, pero sino deberán ir a familias distintas, es lo más que puedo hacer por ellos — le explicó la mujer ciega.

— Hemos conversado con Artur — sus ojos brillaron alegres — necesitamos que nos ayudes para adoptar a ambos.

— Sé que se han encariñado con ellos en este tiempo, pero ten en cuenta que todavía están tratando de tener un hijo propio ¿Si llega que pasará con los niños?

— Tendrán un hermano menor que sé amarán y cuidarán como lo hacen entre ellos.

— Entiendo, pero yo seré la madrina de los dos.

— Aceptado — sonrió feliz pensando como se pondrán sus niños al saber que ella y su esposo serían sus nuevos padres.

Amanda desmejoró mucho, los médicos indicaron que si no se operaba pronto no habría nada que hacer.

— ¿Y si reúno las esferas del Dragón? — pensó Yun en voz alta, desesperado.

— No sirve para enfermedades.

— Es que no puedo ver como cada día se apaga más.

— Lo sé amor, pero no ha aparecido todavía un donante compatible. Disculpa, el otro día escuche una conversación entre ustedes, espero que esto les alegre el momento, a ambos — le pasó unos papeles.

— Gracias — dijo emocionado luego de leerlos.

— Ella es una persona muy especial, en este tiempo le he tomado mucho cariño, anda a mostrárselos.

En la habitación de la joven.

— Hola Yun — encontró que algo le escondía, otra salida pensó.

— Hola hermanita.

— Gracias por decirme así, aunque no sea verdad.

— Ahora si lo es, mira — le mostró los papeles de adopción, ahora era oficialmente Amanda Supay, madre Izbet, hermano Yun.

— Después de todo lo que viví — dijo llorando — nunca pensé que podría llegar a ser tan feliz, por fin soy parte de una familia.

— Te lo mereces, verás que todo saldrá bien.

Ann ocupaba todo su tiempo en hacer llamados en la prensa, aparecía en televisión hablando del caso, y pidiendo que la gente se pusiera la mano en el corazón y ayudarán a esta joven que había sufrido tanto. Por fin se consiguió un órgano compatible y fue trasplantada, luego de un tiempo volvió a casa de Izbet, Bulma aprovechó e hizo una fiesta para celebrar su mejoría y presentarla al resto de amigos.

— Por fin te puedo conocer — saludó la dueña de casa.

— Mucho gusto, Srta. Bulma.

— Dime  solo Bulma, pasa — le presentó a todos.

Al rato.

— Bet, quiero presentarte a mi hermanita.

— Hola — la rubia saludó con su mejor sonrisa a la morena, sabía que era la mujer que amaba su hermano y quería llevarse bien con ella.

— Hola — contestó la otra bastante fría.

— Hijo ¿Puedes venir un momento? — lo llamó Izbet.

— Enseguida vuelvo, aprovechen de conversar para conocerse — se alejó contento, pensando que ambas se harían amigas.

— ¿Fuiste la niñera de Yun? — Amanda trató de buscar un tema.

— Sí, lo conozco desde que nació.

— Es un buen joven.

— Fue fácil para ti engatusarlo — la de ojos azules no pudo controlarse más.

— ¿Cómo? — no creía lo que escuchó.



#460 en Fanfic

En el texto hay: sexo, aventura, sexo amor desamor

Editado: 06.03.2020

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