— Es un demonio de otro universo que roba la energía de los seres vivos para hacerse más fuerte, por eso lo desterraron donde no podía hacer daño, pero guardo algo de poder y con eso logro hacer entrar su reflejo a este mundo, les roba su energía a los niños para poder seguir pasando, no quiere estar solo — respondió el ser salido de las esferas.
— ¿Por qué me conoce y a mi padre? — preguntó la mujer ciega.
— Supay descubrió que quería llevarte a ese universo prisión, como tienes energía de demonio podía hacerlo, lucharon y lo selló, pero con el tiempo ese ser logró hacer salir de nuevo su reflejo. Tu padre trató que olvidarás todo.
— ¿Cómo...? — pero fue interrumpida antes que formulará la consulta.
— Espera, dejemos el último pendiente, nos puede servir para después — dijo Piccolo, se volvió hacia el dragón — nuestro tercer deseo lo haremos en unas horas más como máximo, gracias.
— Entonces esperaré — el ser sobrenatural cruzó los brazos.
Ahora entendían porque Yun amanecía cada día más cansado desde hacía un tiempo, Izbet pensaba que era por un sobre entrenamiento de Piccolo, y él que era porque no quería seguir esforzándose.
— ¿Qué haremos? Temo que quiera llevarse a nuestro hijo, como conmigo — estaba muy asustada la mujer.
— Debo enfrentarlo — respondió el guerrero namek, se acercó a Yun — ¿Puedes preguntarle a tu amigo donde vive?
— Dice que tú no lo podrías entender si te dice — escuchó — le preguntaré, quiere que vaya con él unos días ¿Puedo?
— NO... — gritó angustiada Izbet.
— Pero quiero ir — se asustó al ver la reacción de su madre.
— Por favor anda a jugar, lo veré con mamá — trato de tranquilizarlo su padre.
— Papá logrará convencerla, quiero que me cuentes más de tu hogar — el niño se fue hablando para atrás de una habitación.
— No puedo creer lo que está pasando — dijo la medio demonio cuando ya no sentía a su hijo cerca.
En eso escucharon la voz del pequeño.
— Vuelvo en 5 minutos.
Todos los adultos corrieron, en un sector de la plataforma se formó un portal a un lugar extraño, donde el pequeño ya estaba con un ser parecido a un duende, pero sin pelo, con orejas puntiagudas y piel celeste.
— Hola amiga, has crecido mucho — rió irónico Pisaca.
— Deja a mi hijo en paz — le respondió ella con tono frío.
El pequeño, por el esfuerzo al cruzar, estaba débil, apenas podía mantenerse en pie.
— Mamá, no te enojes con él, ya vuelvo.
— No lo harás, amigüito — respondió Pisaca.
— ¿Pero tú dijiste...? — estaba confundido con la actitud maligna del ser, nunca antes fue así.
— Te quedarás conmigo, así ya no tendré que buscar amigos nuevos, estarás tranquilo, y tus padres ya no pelearán por ti.
— Pero yo quiero volver con ellos — se asustó Yun.
La mujer desesperada se tiró de cabeza donde sintió la voz de su hijo, perdió algo de su energía por eso, pero logró entrar a esa extraño lugar, Gohan la siguió, pero rebotó y cayó en el piso del Templo.
— Que idiota — se burló el ser extraño — nadie que no tenga energía de demonio puede pasar.
— Hijo ¿Estás bien? — dijo Izbet al tomarle la mano a Yun.
— Sí mamá, me engaño, lo siento — se disculpó.
— Te prometí que haría que tus padres no volvieran a pelear, ahora que estén separados no habrá más gritos. Te cumplí — dijo orgulloso el demonio.
— Tranquilo hijo, mamá lo arreglará — la mujer encaró al ser — deja que se vaya, me quedaré contigo para siempre.
— ¿Por qué debo renunciar a alguno de mis nuevos "amigos"? jajaja.
Lucharon, pero el vampiro energético tomó a la mujer del brazo y empezó a succionarle su energía, mientras tanto la puerta que unía los mundos empezó lentamente a cerrarse.
— No puedo quedarme aquí sin hacer nada — se desesperó Piccolo, al no poder pasar esperaba que su mujer logrará derrotar al ser de piel celeste.
— Usted no es demonio, no podrá pasar — le gritó Gohan cuando vio que el otro corrió al portal sin su turbante ni su capa.
El guerrero namek se tiró con todas sus fuerzas, se cubrió la cabeza con sus brazos esperando el golpe que lo hiciera rebotar, no le importó, lo intentaría las veces que fueran necesarias para poder pasar, sino usaría el deseo de Shen Long, pero increíblemente lo atravesó sin ningún problema.
— Eres muy valiente contra un niño y una mujer, ahora te enfrentarás a mí — el hombre verde logró que soltara a su familia, vio que la entrada cada vez era más pequeña — HIJO, LLEVATE A TU MADRE — apuntó al portal.
— No lo hagas, Yun, deja que se queden, verás que seremos todos felices acá, como una gran y alegre familia — Pisaca puso su cara de inocente.
— Me engañaste, dañaste a mamá, YA NO QUIERO VERTE NUNCA MÁS — dijo con furia, con las pocas energías que le quedaban, arrastró a la mujer ciega inconsciente, pero muy cerca de la pasada desistió — no puedo papá.
Dende, al verlos cerca trató de meter sus manos para ayudarlos, pero también fue repelido como el medio sayayin.
— ¿Estás bien? — Gohan ayudó a Kamisama a pararse.
— Sí, pensé que como el Sr. Piccolo había pasado, yo también podría — explicó el extraterrestre.
En el otro mundo.
— Yun, tienes mucha energía, eres un gran guerrero, vamos sigue — le animó su padre
— Pero... — el niño no estaba seguro de poder.
— SIGUE, YO SÉ QUE PUEDES HACERLO.
Con esfuerzo el niño siguió tirando del cuerpo inerte de la mujer, ya cuando logro pasar una mano al templo, los otros les ayudaron.
— Ahora te quedarás aquí desgraciado — dijo con furia el demonio al hombre verde — no me quedaré solo y cumpliré mi venganza — sonrió malvado, cuando el namek trató de escapar, el ser le tomó la pierna, le drenó la fuerza muy rápido — tienes mucha más energía que esos dos — ya el portal estaba muy pequeño.