Ángel de la Guarda

Parte III

Una mañana, el ángel decidió tomar la forma de un humano y se sentó en el banco de un parque, ya que pronto Raquel pasaría por ahí. Contempló los adornos navideños que ya inundaban a la ciudad, los pinos, las luces de colores, hombres de nieve y Santa Claus.

Raquel cuando pasaba por el parque vio a un guapo joven de ojos azules y cabello rubio, pero lo que había llamado su atención era el libro que estaba leyendo, así que se acercó a él y se sentó a su lado

- Bonito libro – Dijo al joven – ¨¿Qué es la navidad?¨, ese es su título

- Sí, es muy bonito ¿Lo has leído ya? – El ángel veía como Raquel había mordido el anzuelo, era de saber que en cuanto viera este libro, se acercaría –

- Por supuesto, la navidad es esperar el nacimiento del señor Jesús en paz, compartiendo amor, armonía y sonrisas, un tiempo para sacar nuestro lado más bondadoso y caritativo – Dijo Raquel los conocimientos adquiridos del libro –

- ¿Usted tiene alguien con quien compartir amor, señorita?

- Por supuesto, tengo a mi familia

- La familia es lo más importante – Dijo el ángel – ¿Pero algún hombre especial?

- No – La chica miró al suelo –

- ¿Por qué no? Eres una joven hermosa

- Bueno, porque yo estuve mucho tiempo negándome al amor ¿Sabe? He tenido varias relaciones, pero nunca me había enamorado, y cuando por fin decido darle una oportunidad al romance, me defrauda totalmente, fui engañada y no pienso caer otra vez

- Es una lástima, porque el amor es hermoso

- Para mí, el amor de mi familia es el más hermoso, ese nunca me decepcionará – La joven se dio cuenta de que estaba desahogándose con un extraño – Oh, lo siento mucho por contarle todo esto, es que me siento extrañamente cómoda con usted

- Está bien, no se preocupe

La chica miró su reloj, se despidió de su ángel de la guarda sin saberlo y se marchó. El ángel la observó irse y de alguna forma le había gustado hablar con ella, quería volver a intercambiar palabras con la humana que debe proteger, así que al otro día se sentó en el mismo banco, en el mismo parque, y se encontró con Raquel, luego de intercambiar unas palabras, ella se marchó.

Al otro día el ángel hizo lo mismo, tomó la forma de un humano y se sentó en el banco del parque, Raquel se sentó a su lado e intercambiaron palabras, luego ella se iba a marchar, pero se detuvo y le hizo una pregunta:

- ¿Cuál es su nombre, señor?

- David – Respondió –

- Mucho gusto David, yo soy Raquel

- El gusto es mío, señorita Raquel – Dijo el ángel, aunque ya la conocía desde hace tiempo –

Pasaron cinco días y el ángel sentado en el banco del parque esperaba a que Raquel se pasara por ahí. La joven ya no lo veía como un desconocido, y comenzó a quedarse más tiempo para charlar con aquel chico tan misterioso, se sentía cómoda con él, lo cual le era sumamente raro

- Entonces ¿De dónde vienes? – preguntó Raquel, David se quedó pensando la respuesta por unos segundos, no podía decirle que era del cielo –

- De un lugar muy lejano – La joven rio –

- Pero supongo que ese lugar sea de la tierra ¿No? – Ella lo decía irónicamente –

- Sí, claro, de la tierra… En realidad, soy de Chicago

- Chicago no es lejano

- Lo sé, sólo quería hacerte reír

Entonces comenzó nevar, era la primera nevada en New York y este año se había retrasado, Raquel fascinada miró al cielo y a los copos de nieve caer sobre ella

- Es hermoso – Dijo extendiendo su mano para atrapar uno – Nunca me canso de ver la nieve, es una de mis cosas favoritas –

- Ya lo sé – Dijo el ángel –

- ¿Ya lo sabes? – preguntó la chica extrañada –

- Lo que quise decir es… – Aclaró su garganta – … que ahora sé algo sobre ti

- Yo también sé algo nuevo sobre ti, que vienes de Chicago, bonita ciudad

- Gracias

Raquel después de despedirse del joven que había conocido hacía tan solo una semana, volvía a su departamento, tal vez ella no se daba cuenta, pero comenzaba a sentir algo por aquel chico y él la inspiraba para crear nuevas obras de arte.

Mientras la chica le daba salida a su imaginación y la plasmaba en el lienzo, el ángel la observaba con algo de preocupación, pues al fin se había dado cuenta de algo que no había visto durante todo este tiempo, estaba enamorado de ella, por eso trabajaba tan duramente para que su vida fuese perfecta, más que otros ángeles incluso, quería verla feliz y por eso insistía en encontrarle un amor.

Otro ángel se apareció en el departamento de Raquel, vio a la joven pintando y cómo David la observaba.

David al ver a su superior ahí se alarmó

- Señor… ¿Qué está haciendo aquí? – preguntó –

- Sabemos lo que está sucediendo David – Dijo el ángel superior –

- Puedo explicarlo…

- No, no puedes, será mejor que dejes de tomar forma humana, sabes que un ángel no puede enamorarse, sólo vine a pedirte que te detengas a tiempo, de lo contrario serás expulsado del cielo

El ángel superior desapareció y David se quedó atónito ante sus palabras, ser expulsado del cielo era un precio muy alto a pagar por un amor, pero esto no le importó.

Al otro día esperó a Raquel sentado en el mismo banco del mismo parque, la chica como siempre llegó y se sentó a su lado, pero Raquel comenzaba a aburrirse, miró a su alrededor y vio todo el suelo cubierto de nieve, se inclinó para tomar un puñado y se lo lanzó a David.

David abrió su boca con asombro mientras Raquel se reía con algo de maldad, pero él tomó un puñado más grande y se lo lanzó a ella, que sin querer le dio en el rostro

- Oh, lo siento – Dijo David preocupado como ángel al fin –

- Esto no se va a quedar así

Raquel se levantó del asiento, hizo una bola de nieve y se la lanzó a David, quien se puso de pie también y comenzó una guerra de nieve entre los dos, reían a carcajadas y se burlaban el uno del otro si fallaban algún tiro, no les daba vergüenza parecer dos niños gigantes jugando. Al final ganó Raquel, o mejor dicho, David la dejó ganar.



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En el texto hay: angel, romance, angel y humana

Editado: 27.12.2021

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