"Ángel de la Guarda"

15: "Una despedida"

Lucía caminaba en el campus rumbo a sus clases y en el camino encontró a Samuel en la sala de teología donde se haría la charla.

—¡Samuel! ¿Saliste temprano? —preguntó mientras entraba a la sala y la miraba de abajo hacía arriba.

—Pues si, tenía que hacer algo importante ¿por qué? —ella se encogió de hombros y respondió confundida.

—Pues la vecina Fela te estaba buscando y me preguntó si yo te había visto —Samuel estaba desconcertado por lo que le decía Lucía; acaso ¿habrá dicho algo que no debía?

—¿Eh? Que raro...si la saludé en la mañana...

—¡¿Qué?! —esto si que era extraño para Lucía —entonces ¿por qué me preguntaría por ti?

—No lo sé —respondió Samuel encogiendo los hombros, luego analizando la situación negó con la cabeza inconscientemente —pero esa mujer me da escalofríos con solo verla.

—A mi igual, pero dejando de lado el tema quiero saber si revisaste el correo que te mandé —él se mostró confundido cuando Lucía se lo preguntó.

—¡Ay no! Se me paso...—Lucía movió sus ojos sarcásticamente.

—Revísalo y dime si esta bien redactado —después de decirlo, ella dio media vuelta y se marchó a su clase.

Esta bien...—dijo entre susurros Samuel.



 

●●●●

Mientras tanto el decano tenía una seria conversación con la profesora de teología, la reunión era porque ella quería renunciar.

—Lo siento señor pero ya no puedo continuar enseñando —dijo la profesora decidida.

—¿Por qué? ¿Es por el sueldo?—el decano sacó unos cheques para darle más dinero, pero ella negó con la cabeza.

—Nada de eso, quiero...descansar...—respondió desviando la mirada.

—Podemos contratar a un suplente, así podemos darle el descanso que necesita pero por favor quédese —el decano tomó las manos de ella y la miró directo a los ojos — usted es perfecta enseñando.

—Lo siento pero temo que mi decisión es irrevocable —ella retiró las manos y se acercó a la puerta.

—No por favor, yo...no puedo permitir que se vaya así —el decano se levantó de su asiento y se acercó a ella manteniendo una distancia prudente.

—Por favor trate de entender, quiero irme —ella siguió desviando la mirada y él de nuevo tomó sus manos.

—Se lo ruego —ella besó las manos del decano y le dedicó una última sonrisa.

—Adiós, espero que...puedas encontrar a alguien que pueda reemplazarme —Sonia se marchó y el decano derramó lágrimas de tristeza y confusión.

—Tú eres irreemplazable...Sonia...



 

●●●●

Desde ese día, el decano estuvo serio y triste durante dos días y las personas alegados a él también lo notaron, y obviamente los alumnos no eran ajenos ante tal situación.

—Que habrá pasado ¿no? —preguntó Víctor pensativo, todo el grupo de Lucía se habían reunido en el parque del campus para coordinar la ultima entrega de los trabajos parciales.

—¿De qué hablas? —dijo Samuel confundido.

—¿En serio que no lo notaron?—exclamó Sofía sorprendida—¡Aich, no puedo creerlo! El decano está pensando en renunciar al cargo.

—¡¿Qué?! ¿Por qué?—esa noticia no se esperaba Samuel, ya que sabía que el decano amaba su trabajo.

—Se dice de que el trabajo lo está estresando, pero dudo que sea eso—respondió Victor dudando de esa afirmación.

—Es normal que quiera renunciar, ser decano no debe ser fácil y él lleva siete años en el cargo según tengo entendido —respondió Lucía minorizando la situación, pero Sofía negó con la cabeza.

—No Lucía, no es esa la razón —todos la miraron confundidos, ella al ver esa reacción solo les sonrió.

—¿Entonces? ¿Cuál es la razón, según tú Sofía?—preguntó Victor muy serio.

—Te diré solo tres palabras: la profesora Sonia.

—¡¡¡¿La profesora de Teología?!!! —todos exclamaron a una sola voz, de todas las razones lógicas nadie se esperaba esa.

—Haber haber ¿qué tendría ella que ver? —cuestionó Victor muy confundido.

—No puedo creerlo, ¿en serio que no lo notaron? —ella se cruzó de brazos y los miró de manera pícara.

—No Sofía, ilumínanos —respondió Samuel sorprendido.

—Bien, el decano y la profesora Sonia estaban en una relación desde hace dos años.

—¡¿Qué?! No no, eso si no me lo creo —dijo Samuel más sorprendido.

—Pues créelo, yo misma fui testigo de todo.

—¿De qué hablas? —preguntó Lucía, que ahora si estaba interesada en el tema.

—¿Quieren saberlo? —todos asintieron muy intrigados —esta bien,en la tarde nos reuniremos en el restaurante "Gloriosa Sazón" para hablarlo; porque aquí hay mucha gente chismosa.

—Eso también te incluye a ti Sofía —dijo Victor sonriendo irónicamente.

—Lo sé —respondió ella sacándole la lengua tiernamente.

—Lucía irás ¿verdad? —preguntó Samuel tímidamente.

—Mayormente ignoraría esto pero...esta vez me está ganando la curiosidad...

 

 

 

 

 

 

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La curiosidad mató al gatito 😏🙊




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