"Ángel de la Guarda"

31: "Odio"

—Y bien jóvenes ¿Cuál es su respuesta? —todo el auditorio estaba en silencio total, solo se escuchaba las respiraciones de los presentes y estaban esperando a que Samuel respondiera, sin embargo no fue así.

—No lo convencería hablando sobre Dios y sus milagros, si no en base a la razón —dijo Lucía muy seria, todos se quedaron sorprendidos por la intervención de la persona menos creyente en Dios.

—Explícanos eso señorita Tamaya...

—Al paciente se le deberá decir las posibilidades de vivir con el trasplante, además de mostrarle ejemplos de otros como él que lograron con éxito vivir más tiempo a raíz de la cirugía —respondió muy segura de sí misma, pero hubo una persona que no estaba conforme con la respuesta y era la docente del área de ética y cívica.

—La respuesta es muy interesante jovencita, pero ¿Dónde quedó la fe? —Lucía tembló ante esa pregunta, pues era muy mala para la improvisación y estaba empezando a temblar de miedo—que decepción señorita, me esperaba que usted tenga una respuesta más clara y precisa, pero es todo lo contrario.

—¡Se equivoca! —exclamó Samuel poniéndose delante de ella en manera de protegerla, aunque se veía más a un padre queriendo cuidar a su hija de un peligro —usted no nos ha dejado terminar, si me lo permite yo completaré la idea.

—Adelante joven Samin, sorpréndanos —dijo de manera sarcástica la docente.

—La idea de mi compañera esta bien, le diremos las posibilidades que tiene de vivir más tiempo, sin embargo agregaremos algo importante —respiro profundamente y miro directamente a la profesora—le mencionaremos algo que a las personas siempre une a pesar de los pensamientos tan contradictorios que tenga, amor.

—¿Amor? —preguntaron todos desconcertados, nadie esperaba esa palabra y menos que tenga que ver con la fe.

—Así es, la fe es confiar en alguien o en algo ¿no? Y la confianza va unido a la seguridad de que todo saldrá bien; ahora, si le transmitimos confianza y le agregamos al amor que tiene hacía si mismo o que tiene por alguien, podemos hacer que cambie ligeramente su decisión. El amor y la fe van casi de la mano, ambos se guían en la confianza hacia alguien o algo, y creo yo que es muy importante a la hora de ser médicos, transmitir al paciente la confianza de que pueda curarse y darles amor para que su recuperación sea pronta — todo el auditorio estaba en silencio, hasta que Victoria que estaba casi sentada al frente del estrado aplaudió casi de manera eufórica, y esto estimulo a que los demás le siguieran.

—Estuvo interesante esta charla, lástima que solo una persona tenía respuestas coherentes —dijo la maestra retirándose del lugar inconforme. 

 

 ●●●●

Lucía se quedó sola en el lugar mientras recogía algunos papeles de la charla, ella una y otra vez recordaba las palabras de Samuel y no le hallaba ningún sentido común desde su perspectiva. 

 —¿Amor? Que disparate acaba de decir él, no tuve la fuerza suficiente para hablar por una vez sobre la fe y Dios —decía enojada y de la furia tiró al suelo los papeles y las pateó —¡No puedo! ¡Simplemente no puedo!

—¿Lucía? —dijo una voz casi sorprendida mientras se acercaba al estrado.

—Sofía ¿Qué haces aquí? —preguntó sorprendida.

—Eso te pregunto yo, todos acaban de salir menos tú.

—Estaba...recogiendo algunos papeles...

—Y hablando sola cabe recalcar —respondió casi riendo, luego su actitud cambio a curiosidad —no me incumbe pero ¿por qué dijiste esas cosas? 

 —Pues...—Lucía necesitaba desahogarse con alguien y soltó todo lo que tenía acumulado por mucho tiempo —no es un secreto que soy atea, lo dije el primer día y siempre intenté evitar hablar sobre mi postura sobre ello, porque en aquel entonces no tenía confianza en nadie.

—Eso lo sé, pero luego de pasar tiempo contigo me di cuenta que te abriste un poco y me alegra que lo hayas hecho —dijo feliz.

—A mi también, pero volviendo al punto yo hace años perdí a la persona que más amaba en todo el mundo, y desde allí empecé a dejar de creer —Sofia estaba atónita por lo que escuchaba y sus ojos se abrieron como platos hondos.

—¿Qué? Eso quiere decir que ¿antes eras creyente?

—Era la más creyente Sofía, yo siempre oraba e incluso creía en los ángeles. Sin embargo desde el día que sufrí un accidente, perdí mi fe y todo lo que tenía que estar ligada a ella —dijo seria y Sofía estaba un poco confundida por lo que decía Lucía.

—Lucía, no quiero ofenderte pero ¿no crees que eso ya quedó en el pasado?

—No para mi Sofía —dijo casi llorando —yo creía antes que siendo una niña buena podía tener felicidad y nada me haría daño, pero no era verdad. Creía que si al menos era la más fiel a Dios podía ser feliz, pero no fue así.

—Lucía, ¿Qué dices? —Sofía no podía entender la frustración de ella y entonces supo que solo debía estar en silencio escuchándola, sabía que tenía muchas cosas que se estaba guardando y que ya estaba al límite.

—¡Yo nunca hice nada malo Sofía! ¡Nunca herí a alguien, no desobedecía a nadie, no hacía travesuras, no era mala! ¡Pero ¿Qué pasó?! ¡No fue suficiente! ¡Me arrebataron lo que más amaba! ¡Samuel acaba de decir que la fe y el amor son lo mismo, pero yo opino otra cosa Sofía! Para mi la fe es solo el comienzo de un fanatismo que te hace esclavo de alguien que no existe, o tal vez si existe es simplemente tan débil que no hace nada para cambiar el mundo. Esa es mi verdadera opinión. Ahora puedo decirlo muy fuerte, ¡¡¡yo odio a la religión, odio a la fe, odio todo que provenga de Dios..!!! —Lucía se arrodilló y solo empezó a llorar entre susurros, Sofía se acercó y la abrazó como una madre.

—¿Te sientes mejor ahora?

—Si...gracias por...escucharme...en serio que necesitaba desahogarme con alguien, me alegra que esa persona seas tú.

—Para eso estamos las amigas ¿no? —respondió sonriendo, ambas se abrazaban muy fuerte, pero no se habían percatado que en la puerta estaba Samuel escondido.




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