"Ángel de la Guarda"

32: "Triste"

Lucía despertó otra vez sintiéndose vacía y suspirando profundamente, habían pasado cuatro días desde que había visto a Samuel por última vez, había agotado todas las opciones posibles de encontrarlo y la última solución era llamar a la policía.

—De seguro está bien Lucía, recuerda que las malas noticias son las primeras que se saben —le dijo Sofía calmándola a través del celular.

—Tal vez tengas razón pero él no es así, siempre me visita para saber cómo estoy —dijo preocupada en tanto comía cereales con yogurt griego.

—Uy ¿Cómo así? —dijo pícara mientras reía.

—Em...no es...lo que piensas —respondió nerviosa y casi se ahoga con el vaso de jugo de naranja.

—Ah ¿no? Haber Lucía, a ningún chico le diste la oportunidad de que se te acerqué y ¿a él si?

—Es diferente...—dijo firmemente.

—¿Por qué? —preguntó pícara.

—Pues...es que...pues...pues...

—Haber dime, ¿por qué con él es diferente?

—Es que...te parecerá una locura...

—Dímelo entonces, después decidiré si estás loca o no —dijo aún más curiosa, Lucía suspiró y habló con la mayor sinceridad posible.

—Pues a pesar que se me acercó a mi de una manera brusca al principio, nunca me sentí intimidada a su lado si no todo lo contrario, por más que intentaba mantenerlo lejos siempre conseguía estar cerca de mi —Sofía estaba emocionada escuchándola hablar de Samuel que entonces comprendió lo que pasaba — sentía que él me protegía y siempre estaba allí para sacarme una sonrisa, nunca le mostré mi rostro alegre pero casi siempre estaba a punto de hacerlo, es el primer chico que me hace sentir que todo estará bien y no puedo negar que eso extraño de él...

—Lucía, ¿alguna vez viste a Samuel como algo más que un amigo? —preguntó Sofía muy coqueta, tenía la sospecha que ella se había enamorado de él.

—¿Algo más? —dijo confundida.

—Si, tu sabes...como un novio...—Lucía al escuchar esa palabra se puso muy nerviosa y su rostro se puso muy colorado.

—¡¿Qué?! ¡¿Qué dices?! ¡No, nunca!

—¿Nunca?

—Mmm ¿no?..—dijo Lucía aunque en su interior sabía que estaba mintiendo —¡si vas a decir esas tonterías mejor..!

—No, no, esta bien. Retiro lo dicho ¿si?, por ahora solo espera una semana Lucía, solo una y te prometo que iré contigo a buscarlo ¿si? —Lucía al principio iba a negarse, pero lo pensó bien por un momento y finalmente aceptó.

—Mmm...fuuu...esta bien, solo una semana...


●●●●

Desde esa llamada pasaron dos días más, todos habían llegado a la universidad para recoger su boleta se notas y los puntajes en cada salón estaba pegado en la pared, así era la política del reglamento para los de primer ciclo.

—Deberían quitar esa regla, solo los de primer ciclo publican sus puntajes en la puerta de cada salón ¿no creen? —decían algunas chicas mientras se arreglaban el maquillaje y caminaban muy aburridas.

—Sería menos vergonzoso, menos mal mi madre sabe que soy un adulto y no vendrá a vigilarme como antes... —respondía un chico que estaba con un amigo, detrás de todo el bullicio se encontraban Sofía y Lucía caminando casi sin hablar en tanto miraban a todos.

—Lucía ¿supiste algo de Samuel? —preguntó Sofía un poco seria.

—Nada, aún no aparece y cada día aumenta mi preocupación —respondía Lucía triste.

—Intenta mantener la calma, dejemos de pensar en eso por un momento y veamos nuestras notas ¿si? —dijo tratando de "poner paños fríos" a la situación.

—De acuerdo, vamos —todos estaban amontonados y miraban sus notas con diferentes expresiones, algunos felices y otros no tanto. Lucía se acercó lo más que pudo y entonces se percató de algo inusual, el puntaje más alto lo había sacado Samuel y ella justo estaba en segundo lugar; solo se diferenciaban por tres puntos.

—Lucía ¿viste? ¡Samuel está en primer lugar! —exclamó Víctor casi entusiasmado en tanto se acercaba a ella en medio de la multitud.

—Si, justo lo acabo de ver —respondió sin mirarlo para ocultar su tristeza, luego él lo empezó a buscar a Samuel con la mirada.

—¿Eh? ¿No vino hoy?

—Pues no, desde la charla no lo he visto y no se ha comunicado conmigo ni ha vuelto a su casa. 

 —¿Desde la charla? —Víctor suspiró aliviado al escuchar a Lucía —¡fiu! Y yo pensé que estaba molesto conmigo.

—¿Por qué lo estaría?

—Pues me había pedido que vaya a esa charla para que después lo acompañe a un lugar, pero ese día debía cuidar a mi madre y creí que no me contestaba porque estaba molesto conmigo —dijo un poco apenado.

—¡Lucía! —exclamó Sofía en tanto se acercaba a ambos a duras penas porque todos estaban amontonados —¿viste tu puntaje?

—Si, Samuel obtuvo más puntaje de nosotros —dijo Víctor feliz por su amigo, él era de alegrarse por el éxito de otros y más aún de sus amigos.

—¡Oh! Pero tu puntaje no es tan malo Lucía, ya verás que el próximo ciclo te irá mejor —dijo Sofía mirándola, pero Lucía igual seguía triste.

—No Sofía, no estoy molesta si no feliz —respondió haciendo una sonrisa forzada —casualmente hice una apuesta con Samuel, pero no está aquí para cumplirla...en fin me iré.

—Te acompaño —pero Lucía le tomo la mano a Sofía y evito que la siguiera.

—No, hoy me toca ir a trabajar y me ayudara a despejar mi mente, adiós chicos...—mientras se alejaba, Sofía se recostó en la pared y suspiró preocupada.

—Verla así solo me angustia más.

—¿Qué? Entonces...era verdad, y pensé que exagerabas—dijo Víctor sorprendido.

—¡¿Cómo crees?! Nunca exagero en esas cosas. ¡Uf! Mejor me voy, hoy te despertaste un poco tonto —y Sofía se fue molesta por su comentario.

—Oye no ¡Espera!


●●●●

En el restaurante también se sentía la ausencia de Samuel, Sonia Sol y Lucía solo podían fingir sonrisas a la clientela, pero luego iban a la cocina y su rostro mostraba tristeza. La dueña había cambiado el logotipo del lugar y ahora era una olla con diseños del oriente -para ser específicos, eran de la India-.




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