Ángel de la muerte.

Capítulo 1: El inicio.

NOTA: Lean nuevamente estos capítulos, los eh corregido y aumente algo.

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Capítulo 1: El inicio.

OMNISCIENTE

Miles de años atrás, antes que Dios creara a los humanos, el creo a los ángeles.

Una criatura con capacidades y poderes sobrehumanos, los cuales fueron creados y nombrados en jerarquías como los serafines, querubines, tronos. Segunda jerarquía dominaciones, virtudes, potestades. Tercera jerarquía principados, arcángeles, ángeles.

Los arcángeles, grandes ángeles que llevan un papel importante en el cielo y la tierra, ellos son los que deben contemplar a Dios en el día y la noche, ellos pelean ante los demonios, los cuales cada vez quieren hacer daño a la humanidad.

Los nombres de los arcángeles terminan en: “El” que significa Dios. 

Los nombres de estos arcángeles son:  Miguel, el jefe del ejército celestial.

Gabriel, el mensajero celestial.

Rafael, el protector de los viajeros, de la salud y del noviazgo.

Uriel, el encargado de las tierras y de los templos de Dios.

Raguel, el encargado de la justicia, de la imparcialidad y de la armonía.

Sariel, el encargado de los espíritus de los hombres que pecan.

Remiel, el encargado de los resucitados.

Azrael, es el arcángel de la muerte, jefe del Quinto Cielo y uno de los siete regentes del mundo, servido por millones de ángeles.

Estos son los 7 arcángeles de Dios.

Muchas cosas pasaron cuando crearon a todos estos ángeles.

Hubo la primera batalla, Dios expulso a Samael del paraíso y lo exilio en la tierra, pero que sucede cuando esta amenaza con cobrar venganza contra los hombres.

Samael conocido como Luzbel, Satanás, Diablo, muchos nombres para un ángel que se convirtió en demonio.

Pobre de los humanos lo que les espera, pobre de cada uno de ellos, el fin de mundos se acerca y los humanos no hacen nada para recapacitar, pero hay alguien que podría salvarlos o llevarlos a la muerte segura.

Mediante el transcurso de esta venganza sucede algo que ni él mismísimo Luzbel creía, algo que le puede costar su vida y su reino.

Pero, ya no hablemos del pasado hablemos del presente, un presente raro e incierto.

AMAIA

—¡Mamá! — grite.

—¿Dime hija? —pregunta, bajo las escaleras corriendo.

Llegare tarde al colegio.

—Has visto mi celular.

Comienzo a buscar en los muebles, pero no lo encuentro.

¿Dónde diablos estará?

—A de estar en tu mesita, la que tienes en el cuarto.

Lo dice como si fuera obvio.

—Ya lo busqué y no lo encuentro.

Ya me cansé de buscar, ya mismo me viene a recoger Ares y no encuentro a mi celular.

Son una adicta a las redes y a lectura, si algún día no llevo mi celular es como un insulto para mi bienestar mental.

—Amaia — me llama — ¿Qué te hago si yo lo encuentro?

Esa pregunta es intrigante, porque las madres nos hacen esas preguntas raras.

—No me dejas salir por una semana con los chicos —propongo.

Ella sabe que me gusta salir con Hades y Ares.

Es como entretenerme un momento con ellos.

—Te lo advertí.

¡madre mía! Que no le encuentre — comienzo a rezarle a todos los dioses que existen.

Sube a mi cuarto, sigo rezando a esos dioses y a los minutos baja, cuando creo que viene con las manos vacías, tiene mi celular en su mano izquierda.

Me fregué.

—Pero ¿Cómo? — la miro confundida.

—Poder de madre — me entrega mi celular.

Lo guardo en mi mochila.

—¿Papá ya los llevo a la escuela a los chicos? — pregunto.

—Sí, sabes cómo es tu padre hija, le gusta ser puntual.

Asiento, al momento se escucha la bocina de un carro, es Ares.

—Ya me tengo que ir mamá — le aviso.

—Ten cuidado Amaia.

Me da un beso en la frente y me da su bendición.

Siempre lo hace antes que alguien de nosotros se vaya algún lugar y aparte ya me acostumbre que mi madre haga esto.

—Si mamá, chao.

Salgo de casa y ahí se encuentra nada más ni nada menos Ares el dios griego, así le dicen por su gran nombre.

—Hola ¿Cómo está mi pulga favorita? — pregunta y me agarra de un cachete y me lo jala.

Odio cuando hacen eso.

—Muy bien, a parte soy tu única favorita, ya que no tienes hermanas.

Bufa —Siempre dañando momentos pulga.

Me rio —Sabes como soy y preguntas cosas tontas.

—No es algo tonto, te estoy preguntando como estas.

Lo miro—Eso me preguntaste cuando me llamaste.

En la mañana el me llamo diciendo que me iba a recoger, ya que Hades tiene que llevar a su mamá a su trabajo.

—Bueno no peleemos, vamos mejor al colegio.

Enciende su auto y lo pone en marcha.

—Oye.

—Dime pulga.

—Esta semana no podré salir a ningún lado — le informo.

—¿Qué sucedió? — pregunta, él sabe que mamá siempre me deja salir con ellos.

¿Por qué hice esa apuesta?

—Perdí una apuesta con mamá.

Me mira un momento — ¿Que apostaste esta ves Amaia? —pregunta curioso.

—No encontraba mi celular y bueno mamá dijo que si ella lo encontraba que me hacía.

Sabía que se iba a burlar de mí.

—¿Y tú le dijiste? —Me hace una seña para que continúe.

—Que, si ella lo encontraba que no me deje salir por una semana.

Se carcajea —Sabes muy bien que las madres tienen un poder oculto, y tú te pones apostar con ella.

Concuerdo con el dios griego, siempre pierdo las apuestas con mamá, creo que todavía no aprendo.

Me rio también—No creía que lo iba a encontrar.

—Aunque sea no te dieron con la chancla poderosa.

Lo miro asustada —Estas loco, esa me deja una nalga morada.

Y eso era verdad, recuerdo perfectamente como mamá me la lanzo, casi muero, le tengo miedo a esa cosa.




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