Ángel de la muerte.

Capítulo 5: La venganza.

Capítulo 5: La venganza.

 

Omnisciente

El rey se encontraba furioso, quería en esos momentos asesinar a cualquiera que se cruce en su camino.

Todos los demonios estaban escondidos, nadie quería verlo tenían miedo, sabían que si aparecían sería una muerte dolorosa y segura.

—¿Cómo pudo pasar esto? — preguntaba a los dos demonios que tenían del cuidado de su ángel.

 —No lo sabemos señor — se encontraban arrodillados.

—Quiero que investiguen — ordena — Quiero toda la información Aamon y Asmodeo.

Todos los demonios querían saber qué era lo que pasaba en la mente de su rey, él se encontraba de espaldas.

Decir que estaba enojado era poco, deja a su ángel sola por un tiempo, y ya tiene atrás de ella a los malditos ángeles.

—Quiero que vuelvan — los demonios asintieron, aunque él no los vea, sabían que su rey sabia todos sus movimientos — Cuídenla con su vida y manténgame informado.

—Quiero todos los movimientos de ese maldito arcángel.

Matare a cualquiera que la toque — pensaba.

Amaia

Ahora me encuentro en enfermería.

Tengo una mala suerte — pienso.

—Ya está, solo ten cuidado al salir — me informa la enfermera.

Asiento —Gracias.

Salgo de enfermería y los chicos se paran de sus asientos.

—¿Cómo estás? —Pregunta Ares.

—Con una nariz rota nada más — le restó importancia.

—Tu sí que haces preguntas tontas — le dice a Ares —La pregunta aquí seria ¿Qué dijo la enfermera?

—Solo debo tener cuidado.

Asienten —Debes tener cuidado en otra Amaia — me reprende Hades.

—Lo sé, pero como iba a saber que esa chica me iba a tirar la pelota a mí.

Bufo, solo a mí me pasan esas cosas.

Mi grupo de clase, invito a jugar futbol a las chicas del curso de al lado; una de ellas yo no le caigo bien y ya sabrán que cuando alguien no le cae bien, lo que hacen es golpearlo intencionalmente a su enemigo.

Pues ya se imaginan, esa chica me tiro un balonazo en la cara, y como la pelota estaba recién inflada me golpeo muy fuerte y eso hiso que mi nariz sangrara.

—Hasta ahora me pregunto el por qué esa chica te odia tanto.

—Amaia le quito el puesto de capitana en el equipo de futbol — le informa Hades.

—Yo nunca le quite el puesto, que culpa tengo yo que el profesor siempre me elija como capitana del equipo — es la verdad, yo nunca le quite el puesto.

—Pero el caso es que la chica te odia tanto por eso.

Tuerzo los ojos —Ya no hablemos de esa chica, por que ayer no me visitaron.

Los dos se tensan —Pues bueno...nosotros eh… — le interrumpe Hades.

—Salimos a comprar algunas cosas — Ares asiente repetidas veces.

—Claro — escucho como botan el aire que tenían retenido — Mamá me dijo que les informara que vayan esta tarde a casa.

—¿Sabes el por qué? — pregunta Ares.

Niego —No, la verdad.

**

Me encontraba en algún lugar desconocido para mí, las paredes eran rojas como la sangre, el piso era negro y un olor muy desagradable.

Amaia, Amaia, Amaia — escucho una voz terrorífica a mis espaldas.

Me doy la vuelta y no hay nadie.

¿Qué quieres? — pregunto.

Deseo mucho, desde la muerte de los humanos hasta la exterminación de este mundo.

¿Pero qué estupideces dices? — siento un aire muy frio.

Amaia muy pronto saldré y nadie me detendrá — veo a una sombra negra.

Déjame ver tu rostro.

¿Por qué debería? — pregunta, da vueltas alrededor de mí.

 Quiero saber quién eres — respondo.

Todavía es pronto Amaia, muy pronto para que sepas quien soy.

Sigo sus movimientos — ¿Muy pronto? — pregunta confundida —¿De qué?

De saber quién soy, solo te advierto algo Amaia no debes contarle nada a nadie

Y ¿Por qué lo no debería? — la miro curiosa.

Porque si lo dices nos mataran antes de tiempo, antes que pueda salir, antes que cobre mi venganza.

Es lo último que escucho, ya que me levanta el sonido del despertador.

**

Hades y Ares cada vez están más raros, solo pasan con el ceño fruncido, están tensos y es como su mente estuviera perdida.

—¿Qué los tiene preocupados? — pregunto, me miran confundidos; enserio si no me dicen los golpeare a estos dos.

—Nada — murmura Hades.

Levanto las manos al cielo —Enserio, Hades y Ares los conozco desde que andábamos en pañales y ustedes no me pueden mentir, díganme que sucede

Sé que no debería estar metiendo en asuntos de ellos, pero son mis mejores amigos y me preocupan.

—Son cosas de nosotros Amaia, sé que deberíamos contarte, pero es muy pronto cuando estemos preparados para contarte te lo diremos — Ares se levanta de su asiento, veo como se retira.

—Perdónalo esta estresado — escucho decir a Hades.

—No, yo me pase con mi curiosidad, perdóname por molestarlos mucho.

Me abraza —No pidas disculpas, es solo que todavía no es hora de contarte nuestro secreto.

Asiento — ¿Lo dejamos que venga o lo vamos a traer?

Se ríe —Vamos a traerlo.

Salimos del salón, lo primero que observo es como Ares lo tiene agarrado de la camiseta a Azrael.

—¡Maldito plumitas me las pagaras! —grita Ares.

—¡He suéltalo! — Hades los separa —¿Qué pasa? ¿Por qué pelean?

—¡El comenzó! — hablan al mismo tiempo.

—¡Me dicen ahora mismo que sucedió! — exijo; solo un momento sale del curso y ya se quiere a agarrar a golpes con el primero que ve.

Ninguno de los dos dice nada —¿Qué no piensan hablar? — pregunta Hades.




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