Ángel de la muerte.

Capítulo 6: El sueño.

Capítulo dedicado a Estefania

¡Te mando muchos abrazos y gracias por comentar!

Aqui en Booknet tambien dedico capítulos.

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Capítulo 6: El sueño.

 

Amaia

Me encontraba nuevamente en esa habitación de color rojo, pero esta vez las paredes estaban llenas de sangre, el olor a azufre, quería gritar, pero no podía.

Mi cuerpo no reaccionaba, mire a mi alrededor y todo comenzó a cambiar, había muchos cuerpos, algunos les faltaban una parte.

Más allá se encontraba una persona o demonio no lo puedo describir, estaba sentada en un trono, bebiendo en una copa de oro ¿Quería saber que bebe? ¿Qué es lo que contiene?

Cuando alzo su mirada, pude ver un destello de maldad, me miraba atenta, lo que más me sorprendió de todo esto, que la persona que se encontraba en el trono era yo.

No se cómo sentirme, por lo que sé, yo estoy aquí entonces ¿Quién es esa persona?

—Amaia bienvenida — la miro atenta.

—¿Quién eres tú? — pregunto, extrañada de toda esta situación.

—Yo — se apunta a ella misma — Podría decir que soy tu, pero creo que eso no es verdad.

La miro confundida —Pero ¿qué dices?

—La verdad, solamente te digo la verdad.

Niego —¿Quién eres?

Escucho su carcajada —Tengo muchos nombres — me mira fijamente — Tu estas en mi cuerpo, tu eres mi creación.

—¡Estás loca! — exclamo enojada.

—¿Tienes miedo Amaia? Miedo que te diga la verdad de quien eres, de revelarte que solo eres algo que muchos quieren en su poder para destruir a Lucifer o Dios.

—No sé de lo que hablas.

Se ríe— No lo sabes es porque todos te mienten, te ocultan tu verdadero ser.

—Solo dimes quien eres.

—Ya creo que te dije la respuesta, estas en mi cuerpo, pero ya encontré la manera de poder salir de este infierno, y algo te aviso Amaia asesinare a cualquiera que se interponga en mis planes.

La miro asustada —Este es mi cuerpo y no dejare que asesines a nadie — no sé de donde saque el valor para decir todo esto.

Sonríe de lado — Ya lo veremos Amaia, soy más fuerte que vos, y deseo salir para alimentarme bien, estar bebiendo de la sangre de todas estas ofrendas es asqueroso.

—¿Sangre? — pregunto confundida.

—Si Amaia sangre, si quieres te puedo dar de la copa que estoy tomando.

Quiero vomitar —¡Qué asco!

—Pues de que crees que me alimento, muy pronto saldré Amaia y beberé la sangre de todos esos humanos despreciables, de todos esos arcángeles y ángeles.

—Tendré un gran festín — sonríe cuando termina de hablar.

—No te dejare.

Me mira con burla —Estas en mi cuerpo temporalmente Amaia, cuando salga será difícil que tú puedas salir de mi mente, lo único que harás es ver como asesino y bebo la sangre de muchas personas.

Niego varias veces, todo comienza a desaparecer nuevamente y escucho a mi hermano pequeño levantarme.

Azrael

Lo del trabajo sigue en pie, Gabriel se está terminando toda mi comida, no lleva mucho tiempo aquí en la tierra y ya se aparece un huracán tragándose todo lo que vea.

—Muévete — apresuro a Gabriel — No debemos llegar tarde al colegio.

Bufa —Me importa poco, conste que solo voy es porque te hare compañía.

Niego — Solo apresúrate.

Media hora después caminado, llegamos al colegio, algunos estudiantes se encuentran conversando, otros estudiando o riendo.

—No me gusta estar con los humanos — murmura bajito Gabriel.

—Solo debemos llegar al curso y todo este martirio terminara — palmeo su hombro.

Al llegar al curso, algunos chicos que se encuentran aquí, miran a Gabriel, una que otra chica lo miran con lujuria, que les puedo decir, es alto, su cabello es de color rubio y su corte es militar, de piel muy blanca y de color de ojos azules, podría decir que padre nos hizo perfectos.

—No me gusta que me miren mucho.

Escucho que me habla en el oído —Debes aguantar hasta que nos den la orden, de qué hacer con la humana.

Este asiente —Pero porque me miran mucho.

—Sera porque eres perfecto, y ellas no ven muchos chicos como tú.

—Igualmente no me siento cómodo.

—Ya deja, y mejor no les prestes atención.

Miro como entra Amaia con los demonios, ellos nunca la dejan sola.

Se acercan hasta nosotros — Pero mira quien tenemos aquí, a otra plumita — dice con burla Ares.

Escucho las carcajadas de Hades —Estuvo buena esa — chocan sus puños —Ahora nos van a invadir de plumitas.

Vamos Azrael cálmate — pienso.

Sonríe a lo grande Gabriel —Claro, sería mejor para acabar con ustedes.

Me mira a mí y chocamos los puños.

—¿Te crees chistoso plumitas? — pregunta enojado.

—No, pero no me creo la gran cosa como ustedes —los mira frunciendo su ceño.

—Oigan chicos — Amaia habla, ahora recién me doy cuenta que esta ella con nosotros —No sé de qué hablan, pero es mejor que se sienten porque ya mismo llega el profesor.

Mira a Gabriel —Tu eres el nuevo, bienvenido.

Gabriel la mira fijamente y solo asiente, todos se sientan en sus puestos ya que el profesor de matemáticas entro.

—Buenos días alumnos — el profesor deja su maletín en el escritorio.

Creo que ya estoy viejo para recibir clases — escucho que dice en mi mente Gabriel.

Ya somos dos —respondo.

Nadie dijo nada, ya que debíamos prestar atención al profesor.




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