Ángel de la Muerte.

Capítulo 14

—Para mañana, quiero el reporte listo. ¿Me escucharon?

— ¡Sí! —gritaron todos en clase.

—Bien, pueden retirarse. —el profesor de español prosiguió a guardar sus cosas mientras yo seguía escribiendo lo más rápido que podía en mi cuaderno lo que había anotado hace dos minutos en la pizarra. Al instante escuché las sillas ser arrastradas y vi a mis compañeros irse.

— ¿Vienes, Mad? —pregunto Liam desde la puerta.

—Anotare esto— apunte a la pizarra— ahora los alcanzo.

Asintió y se fue.

Claro que no iba a ir con ellos, no tenía ni quince minutos de que me había enterado que tenía tres trabajos atrasados y eran para la próxima semana, en cuanto termine de tomar nota, tome mis libros y me fui zigzagueando entre los demás en el pasillo para ir directo hacia la biblioteca.

Una de las cosas que me encantaba de la biblioteca era que siempre estaba en silencio, me relajaba más, aunque mis hombros estuvieran tan encobrados por el estrés y dijeran lo contrario, entregué mi credencial de estudiante a la bibliotecaria y me fui a escoger mis libros, luego elegí un lugar alejado de los pocos alumnos que seguían aquí y los abrí todos en la mesa, poniéndolos alineados y sacando mi cuaderno también.

— ¿Es hora de estudiar?

Clara se sentó a mi lado poniendo sus cosas sobre la mesa.

—No me distraigas nini, tengo que ponerme al día con los trabajos de español —la miré de reojo y comencé a hojear los libros.

—No soy una distracción Mad, daba la casualidad que yo también tengo que tomar apuntes de historia— la vi ponerse más cómoda.

Deje los libros y la mire con los ojos entrecerrados.

— ¿Dónde están los demás? Creí que irías con ellos.

—Estaba de hecho, pero le pregunte a Liam por ti y me dijo que te quedaste haciendo notas de modo que los deje y vine aquí donde sabría que estarías —me dio un leve empujón con su mano— lo vez, te conozco muy bien.

—Puedes quedarte, pero solo no me distraigas ¿quieres? —seguí con mi lectura.

Ella bufó.

—No pensaba irme. — murmuró.

Estuvimos allí por los menos una hora, cuando estaba satisfecha con mis anotaciones regrese los libros a su lugar y Clara se apresuró a guardar nuestras cosas, mire el reloj y faltaban solo cinco minutos para que el timbre tocara y volviera a todos los demás al pasillo, tome mi credencial y salimos a toda prisa.

— ¡Voy a caerme! —grito Clara a mi espalda y entonces la vi inclinarse hacia adelante y me apresure a tomarla de la mano, incluso así me arrastro con ella y antes de que cayéramos de las escaleras hacia el suelo un par de manos me sostuvieron a mí y a mi amiga.

—Deberían tener más cuidado.

Me incorporé y vi a Clara sonreír nerviosa hacia un Scott despeinado y risueño.

—Acabas de salvarme de una cirugía de nariz —se río.

— ¿Qué hacían en la biblioteca? —Kendall se unió de la nada a nosotros.

—Estudiando ¿Tú qué crees? —pregunto Clara con desdén.

—Ya nos íbamos —dije tomando de la mano a mi mejor amiga.

—Espera un minuto —me atrajo hacia su lado otra vez, la vi entrecerrar sus ojos con malicia y una sonrisa traviesa atravesó su rostro, conocía ese gesto, normalmente lo hacía cuando estaba a punto de decir la verdad sobre algo que sospechaba. — ¿Qué estaban haciendo ustedes dos en el cuarto de limpieza? ¿No se suponen que deberían de estar en clases?

Kendall se cubrió la boca y fue cuando me di cuenta que Scott tenía pintalabios color carmesí corrido en la suya, lo único que hice fue ver a Clara y sonreí también.

—Déjalos en paz— la estire nuevamente.

El timbre sonó y todos comenzaron a salir de sus clases.

—Listilla —Scott le despeino el cabello y tomo de la mano a Kendall para perderse entre la gente.

—No puedo creerlo —dije riéndome por lo bajo y guiando a mi amiga hacia fuera del colegio.

—Oficialmente han regresado —asintió ella y se rio también.

Salimos al estacionamiento y nos quedamos junto al auto de James a esperarlo, pero solo veíamos a los demás salir.

— ¡Hablemos sobre lo ebria que se puso la cumpleañera! — unas manos grandes estaban sobre mis hombros

—Basta Liam, no me lo recuerdes que no me enorgullece— murmuro.

James, Aaron, Scott y Kendall llegaron junto con él a nuestras espaldas.

—Oh podemos hablar sobre las agallas que tuvo Liam por saltar desde el segundo piso a la cama que estaba en suelo.

Parpadeé y me giré para verlo.

— ¿Hiciste eso?

Se encogió de hombros.

— ¡Fue la mejor fiesta! —grito Scott y luego abrazo a Kendall y la levanto unos cuanto centímetros del suelo, ella rio y luego él le beso la mejilla.

— ¿Ya regresaron? — pregunto James en voz baja.

—Así es— asintió Clara.

Todos siguieron hablando de lo que había sucedido ese día, comentaban sobre quien había bebido más y la pelea que hubo afuera después de que me había quedado dormida.

—Mad, vámonos —Clara me tomo de la mano.

Después de un ajetreado día al fin estaba en casa, papá había vuelto al trabajo, Mamá y Mike estaban dormidos así que no me quedo otra más que calentar la comida, deje la mochila en el suelo y tome el plato con el pollo frito para luego ponerlo en el microondas.

Todo seguía siendo normal a pesar de que Kale había vuelto, todo alrededor seguía su curso y orden, eso me tranquilizó bastante ahora todo que tenía que hacer era tener esperanza.

— ¿Te preparas comida?

Me giré rápidamente y vi a Kale recargado en el refrigerador viéndome.

—Me asustaste y no, estoy calentando solamente.

—Me parece bien— comenzó a acercarse y cuando estuvo a mi lado me dio un beso en la frente. — Te eh echado menos.

Sonreí.

—Yo también, me estuve preguntando a donde te fuiste...

Kale peino mi cabello y me veía directo a los ojos.

—Entre menos sepas mejor, pequeña.




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