¡Ángel enséñame a volar!

Capitulo 4

 

14 de noviembre 2004

 

Las cosas en mi vida ya están mejor, porque no puedo decir que estoy perfectamente bien cuando no lo estoy, y creo que va a pasar mucho tiempo para sanar y de verdad llegar a ser feliz.

Ayer por fin volví a la escuela - le rogué a mi tío que me permitiera continuar en la misma, ya que me iba ser muy difícil ajustarme a otra cuando ya estamos a mitad de año, pero me arrepiento- odie cada segundo de ello, la mirada de lástima que me siguieron durante todo el día y para colmo mi mejor amigo huía de mí, era como si para él yo no existiera, volteaba la vista cada vez que nuestras miradas chocaban; Yo ya no era nada para él, no era nada para nadie.

Me sentaba sola en el almuerzo porque nadie se acerba a mí, solo escullaba los murmullos a mi alrededor "mira ahí va la huérfana" "pobrecita, sus padres murieron quemados" "ahora vive con su tío, pobre" "escuche que se volvió loca en el cementerio" y un sinfín de cosas más que solo hacían que me encogiera más en mi asiento, hasta los profesores me trataban diferente y en sus caras veía su lastima todo el tiempo y lo odio tanto.

Pero a pesar de todo eso al menos había algo en lo que no me podía quejar y era que las cosas con mi tío iban muy bien, el me respeta y me trata con cariño, pero también respeta mi espacio y entiende cuando quiero estar sola, aunque él no está tan bien, a veces lo escucho llorar y hablar con el cuadro donde aparece su ex esposa cuando piensa que nadie lo ve, creo que en eso nos parecemos, yo también tengo fantasmas que me persiguen.

Todas las noches me despertaba por las pesadillas, donde escucho a mis padres llamándome, pero no puedo encontrarlos porque el humo no me permite verlos o también está la pesadilla donde escucho a un bebé llorando-a mi hermanito- pero, aunque busco y busco no lo encuentro. Y siempre me despierto llorando porque le fallé y porque le sigo fallando.

 

********************

 

20 de septiembre de 2012

 

No sé cuánto tiempo estoy en el piso llorando, pero cuando creo que ya es suficiente limpio mis lágrimas y me levanto del suelo, y me encamino hacia la ducha, mientras el agua cae sobre mi siento que además de lavar mi cuerpo también limpio mi alma, me tardo como una hora para quitar toda la suciedad de mi cuerpo además que solo desenredar y limpiar toda la suciedad de mi pelo me tomo como 30 minutos, cuando salgo de la ducha y vuelvo a observarme en el espejo, me siento como nueva, no me acuerdo cuando fue la última vez que tome una ducha, ahora mi aspecto está un poco mejor, aunque todavía parezco un saco de huesos enfermo.

Me envuelvo una toalla que encuentro ahí, y cuando salgo encuentro en la cama un t-shirt y unos pantalones desahogados que me supongo pertenecen a James, al lado de estos veo unos calzoncillos y sin querer me ruborizo, gracias a Dios tienen etiqueta lo que significa que son nuevos; al parecer James entro mientras estaba en el baño ¿me habrá escuchado llorar? - pienso y no sé porque, pero la idea de que me haya escuchado llorar me apena.

Cuando me coloco la ropa, como me lo imaginaba me quedan gigantes, pero nada se había sentido tan bien en tanto tiempo como estar limpia tener ropa limpia, luego me acuesto, mi cuerpo esta pesado y exige un poco de descanso, no tardó mucho en caer en los brazos de Morfeo.

 

 

*********

 

Me levanto sobresaltada, hay mucho humo, toso incontrolablemente y los ojos me escocen, siento que me asfixio, me levanto y abro la puerta, cuando salgo al pasillo todo me resulta demasiado familiar.

- ¡hola! ¡hay alguien aquí! - comienzo a gritar.

 cuando doy unos pocos pasos encuentro una foto familiar en la que están mama, papa, mi hermanito y yo, me fijo de nuevo en todo mi alrededor cayendo en cuenta porque todo esto me resulta familiar, esta es mi casa.

- ¡Mamá! ¡papá! - comienzo a gritar mientras camino por la casa- ¡Mamá! ¡papá!  ¡soy yo soy lucia! - me apoyo en una pared cuando siento que se me acaba el oxígeno, el humo está entrando demasiado rápido en mis pulmones.

- ¡MAMÁ! ¡PAPÁ! – vuelvo a gritar y comienzo a ver borroso, caigo al suelo – por favor respondan – lo último lo digo en un susurro y cuando estoy perdiendo la conciencia escucho el llanto de un bebé. Abro los ojos rápidamente y trato de levantarme y luego de dos intentos lo logro.

Comienzo a caminar apoyándome de las paredes y camino lo más rápido que puedo hacia donde escucho el llanto, me detengo frente a la puerta del cuarto de mi hermano por aquí fue que escuche el llanto, pero de un momento a otro no lo vuelvo a escuchar, me asusto, no quiero que nada malo le pase, no quiero perder a nadie.

Cuando abro la puerta el fuego me recibe en todo su esplendor y al final veo una cuna, tomo un poco de valentina y me adentro lo mas rápido hacia la habitación y siento como el fuego quema mis brazos y piernas, cuando estoy frente a la cuna, veo un pequeño bulto envuelto en unas mantas, lo tomo en mis brazos- no te preocupes ya estoy aquí, vamos a salir de esto- le susurro al pequeño bebé, y cuando desenvuelvo la manta solo encuentro huesos calcinados.

- ¡NO! - grito

 

*******

 

Me despierto agitada y pongo una mano en mi pecho, mi corazón late rápidamente y tengo el cuerpo sudado, pongo mi cabeza entre mis rodillas y tomos respiraciones hondas, solo fue una pesadilla, una horrible pesadilla, pero fue solo eso- me repito

Cuando ya me siento más calmada, levanto mi cabeza y miro hacia la ventana, el cielo esta oscurecido, dormí todo el día, no recuerdo cuando fue la última vez que dormí por tantas en horas, en la calle no me atrevía hacerlo por miedo a que me hicieran algo malo, pero al parecer mi cuerpo y mi mente sabían que estaban seguros y descansaron todo lo que pudieron.



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En el texto hay: angeles, romance, ficcion juvenil

Editado: 30.03.2022

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