¡Ángel enséñame a volar!

Capítulo 10

27 de diciembre de 2004

 

- ¿Te sientes bien? - la voz de Tomas me saca de mis pensamientos- no has hablado en toda la mañana – dice mirándome preocupado.

La verdad no, no estoy bien, después de todo lo que paso anoche no puede pegar un ojo.

Es que mi tío actuó de una forma que nunca lo había visto, no lo reconocía, es como si fueran ahora mismo dos personas distintas.

Estaba muy preocupada por él, algo muy malo le estaba pasando para que actuara de esa forma. Él no es así, ese no era él.

- ¿estás bien, Lucia? Estas empezando a preocuparme, cariño- la mano de Tomas me saca de mis pensamientos, mis ojos se dirigen a él, en sus ojos puedo ver la preocupación.

-estoy bien, no te preocupes- miento y trato de darle una sonrisa.

-no me mientas, te conozco Lucia, y sé que algo te está preocupando, sabes que puedes contarme lo que sea ¿o es que todavía no confías en mí? ¿es eso? - sus manos comienzan a soltar las mías, pero antes de que las quite las rodeo con las mías y las aprieto.

-Claro que no, por supuesto que confió en ti- lo miro con total sinceridad- lo que pasa es que no quiero preocuparte con mis problemas ¿entiendes?

-pero eso es lo que quiero- sus manos me dan un ligero apretón- no entiendes, quiero estar para ti no solo en los buenos momentos, también quiero estar en los malos, sé que una vez te falle, pero no volveré a cometer ese error dos veces, por favor no me dejes afuera- veo una súplica en su mirada.

-la verdad es que estoy preocupada por mi tío, hace un tiempo que comenzó a beber y la verdad es que está empezando asustarme- digo mirándolo preocupada.

- ¿te ha hecho algo? - me mira preocupado.

-no, claro que no- veo como suspira de alivio- es solo que siento que se está perdiendo en el alcohol y no quiero volver a quedarme sola- digo mirando hacia nuestras manos juntas.

Siento su mano levantando mi barbilla- Lucia todo va a estar bien, a tu tío no le pasara nada, y si por alguna razón le sucede algo, tú no vas a volver a estar sola porque me tienes a mí, desde ahora en adelante yo seré tu hogar.

Inmediatamente mis manos van hacia él y lo envuelven en un fuerte abrazo- gracias, gracias, no sabes cuánto necesitaba escuchar eso-lo suelto y mis manos se posan en su cara- ¿no sé qué haría sin ti? - digo mientras mis ojos lo recorren.

-no te preocupes, no tendrás que averiguarlo- dice tomando mi cara de la misma forma- estoy aquí y no me voy a ir a ningún lado- dice pegando nuestras frentes.

 

*****

 

29 de septiembre del 2004

 

Me despierto desorientada, mis ojos se dirigen hacia la ventana y me encuentro con el sol en su máximo esplendor, me fijo en el reloj de la mesita de noche son las once hasta ahora nunca me había levantado tan tarde, siempre estaba levantada a eso de las ocho de la mañana para desayunar con James antes de que tuviera que irse al trabajo.

Miro hacia el techo, hoy creo que me levanté tarde debido a que ayer tuve problemas para quedarme dormida, y es que después de la noticia que me soltó James, el solo se dio la vuelta y salió de la biblioteca, por mi parte le di ese espacio que necesitaba.

Todavía no puedo asimilar que estuviera casado con la hermana gemela de Viviana y más aún que esta hubiera muerto.

¿a eso se refería Viviana a que James ha sufrido mucho? ¿por eso es que a veces tiene esa mirada de profunda tristeza? Si por eso debe ser, pero ¿cómo le hace para seguir adelante? ¿qué lo motiva?

Suelto un suspiro y me levanto de la cama, ya es hora de empezar el día.

 

*****

 

Cuando llego a la cocina no veo a nadie ¿será que se fue a trabajar? ¿no descansa ni los fines de semana? Decido prepararme algo para desayunar para luego seguir con la lectura que me quede pendiente.

Cuando entro a la biblioteca me sorprendo al encontrar a james sentado frente al escritorio con un libro, él se percata de mi presencia y levanta la vista.

-hola, al fin despertaste ¿cómo amaneces? - me dice amablemente.

-muy bien, gracias ¿y tú? - digo en duda tratando de saber cómo es su estado de ánimo después de lo que me conto ayer

-todo bien, gracias- me dice rápidamente y no encuentro alguna mentira en sus palabras- espero que no te moleste que hoy te haga compañía, estoy aprovechando que es fin de semana para ponerme al día con una lectura que deje pendiente.

-no, claro que no- digo rápidamente- pero si estás en tu casa- digo esta vez en un susurro.

-gracias- me dice y fija su vista otra vez en su libro.

Yo por mi parte me siento en el mueble y tomo el libro que deje pendiente, pero no le prestó atención mis ojos están enfocados en James.

En cómo se le forma una pequeña arruga en la frente mientras está concentrado, como le cae un mechón de cabello y la forma en que se lo aparta lentamente, o mejor como se pasa la lengua sobre sus labios resecos, trago.

¿Por qué cada acción que hace se ve tan perfecta? ¿tan armónica? De repente sus ojos me enfocan y yo aparto la mirada ruborizándome al ser descubierta.

Luego de eso trato de concentrarme en el libro.

 

*****

 

Escucho el arrastre de una silla, y mis ojos se dirigen a James que se ha levantado de su asiento- creo que ya es hora- dice

¿hora de qué?

-Lucia- me llama

- ¿sí? - respondo rápidamente.

- ¿te gustaría acompañarnos a mí y a Nina a dar un paseo?

- eh... pues…- no sé qué responder

-vamos, te aseguro que te la vas a pasar bien ¿sí? - me dice insistiendo.

-ah, está bien ¿puedes darme unos minutos para que me cambie adecuadamente?

-claro no hay problema, pero trata de ser breve ¿por favor? - me dice haciendo un puchero



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En el texto hay: angeles, romance, ficcion juvenil

Editado: 30.03.2022

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