¡Ángel enséñame a volar!

Capítulo 11

31 de diciembre de 2004

 

Dejo la servida y bien tapada en la mesa, mi tío llego desde temprano y se ha encerrado en su habitación, no quería molestarlo así que mejor le dejo una carta en la mesa avisándole donde estaré.

Hoy es fin de año y Tomas me invito a pasarlo junto a su familia, no estaba muy convencida no quería dejar a mi tío solo, pero también me ofreció que lo llevara conmigo y eso quería hacer, pero viendo en cómo se ha pasado el día creo que es mejor dejarlo en casa descansando.

Salgo de la casa encontrando a Tomas fuera del auto esperándome, me abre los brazos y yo inmediatamente corro abrazarlo, su olor a menta me envuelve.

Estoy tan enamorada.

 

*****

-es un gusto verte otra vez Lucia- dice la señora Marcia, madre de Tomas, abrazándome- me da gusto verte por aquí otra vez- me dice soltándome y dándome una gran sonrisa.

-el gusto es mío- digo sincera. Tomas me aprieta la mano y la su madre no se pierde el gesto y levanta una ceja.

-me alegra ver que mi hijo supo arreglar su error- dice viendo nuestras manos, no puedo evitar ruborizarme.

- ¡mamá! ¿puedes tratar de no avergonzarme? – Tomas la mira con suplica.

-pero si yo no estoy haciendo nada- lo mira confundida y luego voltea a verme- Lucia de verdad me alegro que estés aquí y cualquier cosa que necesites puedes contar conmigo ¿de acuerdo? - toma mi mano en la suya y la arieta, mis ojos se cristalizan.

-gracias, de verdad muchas gracias- aprieto su mano de regreso.

Luego de eso se despide de nosotros y se va, nosotros en cambio vamos a saludar el resto de su familia, y mientras esperamos la cena y Tomas está hablando con sus primos, yo hablo con su abuela una señora muy sabia y graciosa con la que uno siempre se siente a gusto.

En la cena todo fue espectacular, todo se sintió tan normal, me hicieron sentir como si fuera parte de la familia, me hicieron sentir en casa y sus primos fueron muy agradables conmigo e hicieron bromas sobre lo loco que estaba Tomas de mí y como parecía un perrito abandonado cuando estábamos alejados.

Todo se sintió muy natural.

-wow, no me esperaba esto- digo mirando a mi alrededor, Tomas dijo que lo acompañara un momento a su habitación- todo está muy en orden- digo incrédula.

- ¿Qué tiene de raro? - dice cruzando sus brazos.

-que tú nunca ordenas tu habitación- digo señalando lo obvio- ¿o es que tenías planeado traerme aquí desde un principio? –digo levantando una ceja.

-bueno… si- dice viéndose incomodo mientras despeina más su cabello, si eso es posible- pero no por lo que piensas- dice rápidamente- es que sabía que con toda mi familia presente no íbamos a poder tener un tiempo a solas, pero si quieres bajamos yo no tengo ningún problema.

No puedo evitar reírme de lo incomodo que se ve, me acuesto en la cama y palmeo a mi lado para que haga lo mismo, y lo hace; y nos ponemos de lado quedando uno al frente del otro.

-no tienes que preocuparte de que me incomode estar aquí a solas contigo, al fin y al cabo, no es la primera vez- digo sonriendo.

-sí pero ahora que somos novios no quería que sintieras que te estaba presionando porque yo…- lo interrumpo depositando un beso en sus labios.

-ya te dije que estoy bien-digo dándole otro beso- ¿sí? - digo mirándolo y el asiente embobado mirando mis labios.

No puedo evitar reír y esta vez le doy un beso de verdad, que el sin perder el tiempo corresponde. Luego pongo mis manos en su cabello y la suya va a mi cintura; el beso se vuelve más entregado. Tomas hace que mi espalda toque la cama y se pone encima de mí poniendo sus manos a cada lado de mi cabeza evitando aplastarme con su peso, yo en cambio, dejo una mano en su cabello y otra en su espalda.

Cuando necesitamos tomar aire, el beso se ralentiza hasta que son solo presiones de labios; nos separamos mirándonos fijamente a los ojos.

-te amo- dice sin apartar su mirada de la mía.

Mis ojos se cristalizan – te amo- digo en un susurro y coloca su frente sobre la mía y cerramos los ojos.

-quisiera que estuviéramos así para siempre, juntos- digo luego de un momento, abro mis ojos para darme cuenta que los suyos también lo están.

-siempre estaremos juntos, te lo prometo- y sella esa promesa con un beso.

Pero que me iba imaginar que esa promesa se iba a romper.

Y menos que quien la rompería fuera yo.

 

***********

 

29 de septiembre de 2012

 

¿Enamorados?

- ¿estás bien? - dice la voz de James sobresaltándome

- ¿eh? – digo mirándolo- sí, estoy bien- digo dándole el intento de una sonrisa, él me mira con duda y hasta al momento noto en sus manos hay fundas con un logo de ¿McDonald’s?

Él se da cuenta hacia donde están mis ojos, y se sienta a mi lado

-solo pude encontrar esto para comer- dice abriendo la bolsa y pasándome una hamburguesa, me quedo mirándola- ¿qué pasa? ¿no te gusta? - dice mirándome preocupado.

- no, no es eso- digo quedo sin mirarlo

- ¿entonces? - mis ojos lo observan, sus ojos están fijos en mí

- es que hacía mucho tiempo que no comía esto, creo que no me acuerdo cuando fue la última vez- digo riendo incómodamente- y tal vez te parezca extraño, pero me hace sentir una adolescente, es ridículo ¿cierto? - digo mirándolo apenada.

-su mirada se vuelve cálida - no, claro que no, me alegra que te guste lo que te traje, pero también me duele saber el tiempo que no disfrutaste de esto y lo peor de todo es que presiento que no solo te privaron de esto- en sus ojos se refleja dolor, pero esta vez siento que es por mí



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En el texto hay: angeles, romance, ficcion juvenil

Editado: 30.03.2022

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