¡Ángel enséñame a volar!

Capítulo 13

 

10 de enero de 2005

 

Llego a la escuela justo antes de que suene el timbre, así que sin más entro al aula y veo a Tomás quien me hace una seña para que me siente a su lado, pero sin siquiera repasarlo cruzo por su lado y me siento al fondo.

Desde la pelea el sábado en la noche con mi tío no he hablado con Tomás ni contestado ninguno de sus mensajes; no puedo ni siquiera mirarlo.

Es que no sé cómo actuar frente a él, como le digo todo lo que paso, además de que tengo mucho miedo, nunca vi a mi tío actuar de esa forma y claro que logro asustarme de sobre manera.

De verdad quisiera contarle todo lo que está pasando, pero no quiero preocuparlo, y tampoco sé cómo hacerle creer que nada paso cuando él me conoce más que yo misma.

Así que lo mejor de todo es que me aleje de él, al fin y al cabo, solo voy a traerle problemas.

Siento su mirada fijamente en mí, pero hago creer que estoy muy concentrada en la clase de química, mis ojos no se apartan de la pizarra.

Cuando suena el timbre recojo mis cosas rápidamente y soy la primera en salir del aula, siento como me llama a mis espaldas, pero no me detengo, hasta que una mano se posa en mi brazo y me hace detener.

-hey ¿Qué te sucede? ¿no escuchaste que te estaba llamando? - dice respirando rápidamente, seguramente corrió para alcanzarme.

-lo siento, no te escuche- Digo sin mirarlo – tengo que irme o llegaré tarde a clases- digo girándome.

-espera- me lo impide- ¿se puede saber qué te pasa? ¿hice algo malo? - dice tratando de buscar mi mirada.

-no, claro que no, lo que pasa es que estoy preocupada por llegar temprano a clases, tengo un examen, así que hablamos más tarde- de nuevo me impide que me mueva.

-si eso es así, entonces ¿por qué no me miras a los ojos?

-estas imaginando cosas – le digo viendo a mis pies

-Lucia mírame- como ve que no lo hago pone su mano en mi barbilla y me obliga a alzar la vista - ¿Qué te pasa luz? Sé que me estas ocultando algo, y esta actitud tuya no me está ayudando para nada, estoy muy preocupado.

-estas equivocado no pasa nada- digo tratando de soltarme, pero no me lo permite.

- claro que algo te pasa, y vas a decírmelo, porque yo no te puedo ver así ¿no ves lo preocupado que estoy por ti? - no digo nada- sabes que puedes contarme lo que sea, además de tu novio soy tu mejor amigo.

No aguanto más y me tiro a sus brazos, abrazándolo fuertemente como si sintiera que va a desaparecer.

-tienes razón, no estoy viendo, no lo estoy- digo sin soltarlo mientras las lágrimas corren por mis mejillas – por favor no me sueltes, de verdad necesito que alguien me sostenga porque si no temo que voy a caer, y no sé si pueda levantarme.

-shh... estoy aquí- dice apretándome fuertemente- estoy aquí y no me voy a ir a ningún lado, te lo prometo.

Pero esas palabras fueron mentiras, porque te fuiste y me dejaste sola una vez más.

 

 

*************

 

31 de septiembre 2012

 

- ¿quién diablos eres tú? ¿y qué haces en la casa de mi hermano?

Desde que esta persona me pregunto quién soy y no le conteste, tomo su teléfono y llamo a quien me supongo que es James para lo que me supongo preguntarle quien soy y que hago en su casa, estoy casi completamente segura, porque desde que comenzó a hablar por teléfono me mira de reojo.

Lo miro fijamente, además del pelo rubio no tienen nada más en común, nadie pensaría que son hermanos, a diferencia de James este hermano es poco menos corpulento y su estilo es como un modelo de pasarela, además de que sus ojos son verdes oliva a diferencia de los ojos azul cielo de James.

Veo como cuelga el teléfono y se dirige hacia mí, remuevo mis manos nerviosas, no sé que esperar y eso me pone en tensión.

-acabo de hablar con James vendrá dentro de unos minutos- dice cuando llega hasta mí- así que Lucia Morel- afirma y yo asiento a pesar de que no pregunto – mi nombre es Nathan Williams, y soy el hermano pequeño de James y por supuesto el más apuesto- dice ofreciéndome su mano

Y yo a pesar de lo nerviosa que estoy se la entrego- mucho gusto- digo con vos temblorosa.

-a pesar de que me gustaría quedarme un día completo apretando tu mano y disfrutando las vistas, creo que deberías cambiarte la ropa- me dice con una sonrisa y mirando hacia mi busto

Mis ojos inmediatamente van allá y puedo ver como mis pezones se marcan perfectamente debido a mi blusa empapada, con los ojos muy abiertos lo miro de nuevo, y luego corro hacia las escaleras para cambiarme de ropa.

- ¡cuidado no vaya a ser que por correr tan rápido con el suelo mojado vuelvas a parar en el suelo! – grita y puedo escuchar burla en su voz

Y si antes estaba avergonzada ahora lo estoy más al saber que se dio cuenta de mi caída.

Vaya primera impresión.

 

*********

 

Luego de que estoy presentable vuelvo a bajar y mi sorpresa es inmensa cuando al bajar veo que todo está completamente seco, mis ojos lo buscan por la estancia, pero no lo veo, decido entrar a la cocina y lo veo rebuscar en la nevera con una Nina casi completamente seca a sus pies.

- ¿no hay nada de comer en esta casa? – su voz hace que me sobresalte, no pensé que se había dado cuenta de mi presencia- ¿no vas a responder? – dice mirándome esta vez

-no, no lo hay – digo quedo

- ¡qué horror! - dice exageradamente abriendo sus ojos- vengo a esta casa pensando que voya encontrar comida y resulta que no es así- dice pasándose la mano por la frente, luego su cabeza se levanta rápidamente y me mira como la respuesta a su problema- ¿no podrías cocinar algo para mí, por favor? Mira que de verdad me estoy muriendo de hambre- y me mira como el gato con botas.



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En el texto hay: angeles, romance, ficcion juvenil

Editado: 30.03.2022

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