Angel Guardian

-Capítulo 11- Clyde.

 

"Un mundo en el que dos desconocidos se hacían promesas con una simple mirada, aquella que convertiría un instante en toda la eternidad".

ANGEL GUARDIAN 

 

-Ethan-        

-Ethan-

Presente (Enero del 2018) Washington state

Me desplazo por los alrededores del club nocturno, acomodando mi chaqueta de cuero para luego revolver con los dedos mi cabello alborotado en un intento de peinarlo. Tomo unos segundos para repasar mentalmente la situación y una sonrisa comienza a formarse en mis labios.

Disimuladamente continúo observando a mi blanco mientras que, apoyado, sostengo el vaso entre mis dedos removiendo la bebida en círculos. Una vez que verifico el contenido, y me aseguro de que es lo que pedí, comienzo a beber sin apartar mi vista enfocada al otro lado del salón.

Observo a Rex, quien asiente confirmando mis sospechas. El tipo que llevamos siguiendo hace unos días es un policía corrupto que ayuda a Cardigan con sus entregas, ese maldito hijo de puta tiene el control de todo.

Pero este solo es el primero de muchos con los que me cruzaré, no tengo la intención de rendirme ni mucho menos apresurar las cosas, obtendré mi venganza a toda costa. Estos últimos meses completé la primera parte de mis planes, ya no soy el mismo niño que una vez estuvo frente a él, esta vez no dudaré en agujerarle el cráneo si tengo la oportunidad.

Luego de saber la verdad, decidí devolverle el favor al bastardo de Cardigan, ese miserable mal nacido me las pagará con su propia sangre. Gracias a él comprendí que, en este mundo infestado de depredadores debemos aprender a cazar antes de ser cazados sin tener la oportunidad de luchar. Si antes dudaba de sumergirme completamente en este mundo, ahora no existe ningún otro motivo por el cual esté vivo, me transformé en algo que jamás pensé poder convertirme.

Una vez dije que había un inmenso muro protegiendo mi corazón, ahora hay más de cuatro encajonándolo. Los sentimientos y las emociones pasajeras ya no tienen poder sobre mí, no existe nada que me importe más que esto. Mi razón de vivir es la de acabar con mis enemigos, utilizaré hasta el último recurso con tal de conseguir la justicia que mi hermana merece.

Una vez me dejé consumir por el miedo y la desesperación, pero ahora no hay nada que pueda paralizarme. Entre el miedo y yo existe un acuerdo, el me despierta y yo lo utilizo a mi favor. El dolor es lo que me mantiene con vida, mientras lo sienta sabré que tengo un propósito que cumplir y nada podrá extinguirlo, porque mi dolor solo acabará cuando yo mismo acabe conmigo.

Estoy en la parte central del pub, lo suficientemente cerca como observar a mi presa y no delatar mi posición ni mis intenciones.

Para mi suerte, este lugar está en el sótano y es de los más seguros para encontrarse con este tipo de gente. Además, es el centro de todo este mundo, se puede conseguir cualquier información con la cautela necesaria; solo necesito tiempo y dinero para encontrarlo.

Dejo mi vaso en el mostrador y acomodo el auricular, tengo el micrófono puesto cerca al cuello de mi chaqueta. La música está algo alta y eso de alguna manera juega doble papel en esta situación. Puedo hablar lo suficientemente fuerte como para que me escuche solo Rex y nadie más, eso nos da una seguridad extra para poder cambiar el plan si surge algo inesperado.

Continúo observando a mi presa y espero que Rex haga las investigaciones correspondientes, hoy no tengo ánimos para jugar ese papel.

Mientras intento averiguar quién es el contacto de que le lleva los mensajes a Cardigan, me concentro en la conversación de Rex. Parece que ya inició con su parte del plan. 

 

—El día de hoy seré su acompañante ¿Señor? —pregunta una voz femenina. 
 

Por alguna extraña razón, siento que esa voz ligera y provocativa se me hace muy familiar. 
 

—Odio que me digan señor, llámame James ¿Bunny—responde mi amigo, haciéndose pasar por el típico idiota para no levantar sospechas.

—No sabes mantener el encanto ¿cierto?— responde ella, de modo que se escucha molestia en cada palabra que dice. 
 

Rex es el más grande idiota que puede existir y para empeorar la situación, parece que esta muñequita no es cualquier chica de turno.
 

—¿Taira? —habla, sorprendiéndome tanto como él parece estarlo, y comienza a reírse de manera molesta—. En verdad que no te queda ese traje, por un momento pensé que eras una de esas muñecas.

—Sigues siendo el mismo imbécil de siempre, James —al escucharla decir su nombre de manera familiar me alarma, haciendo que mi mirada vaya a donde se encuentran—. ¿Y bien? ¿Qué te trae por aquí el día de hoy?

—La otra vez no tuvimos tiempo para conocernos y solo pude escuchar tu nombre, Bunny—se excusa diciendo la mentira más estúpida que se le puede ocurrir en semejante situación—. Creí que debíamos volver a encontrarnos y por eso te estaba buscando. 
 

Además, ¿Bunny? ¿Enserio? 
 

—¿Enserio? —responde, tomándome por sorpresa al concordar con mi pregunta—. ¿Es por eso que le estabas viendo el culo a Irma? 
 

Y con eso último que soltó, me hizo torcer de manera involuntaria la boca. Le estaba dando pelea, esa chica era algo peligrosa, pronto tendría que intervenir si se le salía de las manos a Rex. 
 



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En el texto hay: novelajuvenil, romance, angel de la guardia

Editado: 10.06.2020

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