Angel Guardian

-Capítulo 12- It's too late.

 

Primera corrección: || 25 / 08 / 2019 ||        

-Rex. (Rory Bruce)-

Soy un imbécil...

En el sótano dos y de prostituta. ¡Genial, Rex! ¡Simplemente genial!

Solo yo me puedo enamorar de una zorra, tengo que haber sido un maldito idiota en mi otra vida. Digo, ¿no? Para andar entregándole mi corazón a personas que solo planean aplastarlo.

Ethan ingresa al privado y se sienta frente a mí, su enfado es evidente en esa cara de pocos amigos. Tengo mucho en lo que pensar y no me siento en condición de iniciar una discusión. Permanezco en silencio y evito darle vueltas a todo lo que esté relacionado con Janne, no quiero volver a flaquear cuando la tenga en frente, no obstante, sé que no poseo las fuerzas para terminar con lo que siento por ella y no tengo la menor idea de lo que sucederá una vez que nos volvamos a encontrar.

—Así que por fin la encontraste —dice finalmente, rompiendo ese silencio incómodo—. Creo que llegó el momento de que vayas.

Esas jodidas palabras causan presión y miedo en mí, no tengo lo que se necesita para matarla.

—Sí —afirmo una vez que me pongo en pie y sacudo mi cazadora—. Es la hora de terminar con este sentimiento, de una vez por todas.

Me rio de mí mismo, ojalá pudiera decirlo mirándote a los ojos, hermano. No mereces a un inútil como yo, tal vez te falle más de lo que te he llegado a fallar hasta el día de hoy.

Acomodo mi bolsillo interno y cargo mi pistola con municiones. Intento no verme tan dramático al momento que giro para darle una última mirada a Ethan, quien permanece en silencio. Asiento de manera casi imperceptible y salgo sin poder pronunciar nada.

Sótano dos. ¡Vamos, Rex! ¡Puedes hacerlo!

Al pasar por los ascensores vi al policía ingresar en mi campo de visión, con dirección a los pasillos. Alguien va a encontrarse con Bunny.

Me apresuro a volver a ponerme el auricular y alertar a Eth. 
 

—El policía fue a los baños, lo vi ir por el mismo corredor que Bunny.

—Hasta los baños, ¿eh? —responde pensativo. 
 

Su indiferencia me da a entender que se encuentra muy ocupado maquinando algún plan. 
 

—Si no te apresuras lo vas a perder —suelto mientras continúo bajando las escaleras, al final me decidí por bajar más lento. Soy un cobarde. 
 

Llego al oscuro sótano bastante distraído y me topo con la sorpresa de que ni siquiera hay gente por los alrededores, solo es un pasillo repleto de habitaciones lúgubres.

Voy avanzando recto, permitiéndome apreciar las cortinas elegantes, que cuelgan fuera de cada habitación. La mayoría de ellas está amarrada alrededor de cada puerta abierta.

Es extraño, todas las puertas están intactas. Este pasillo luce abandonado. 
 

—¡Rex! —grita, Ethan por el auricular—. Ella ya no está allí, hay cámaras y micrófonos por todas partes.

—¡Mierda! —bufo frunciendo el ceño—. Tenemos que salir de aquí antes de que le avisen a Cardigan y escape. 
 

Entre alivió y frustración intento mantener una conversación normal, de esta manera evito sonar afectado. 
 

—No sabemos si son de Cardigan, pueden ser de un tercero o peor, la policía —responde acelerado—. ¿Dónde estás? 

—Voy para el mismo lugar que tú —aseguro con normalidad— llegaré a tiempo, solo apresúrate y sácale información.

—Rex... —dice de modo dudoso.

—¿Qué? —pregunto confundido.

—No confíes en nadie —advierte— ni siquiera en Taira, es peligrosa. 
 

Rio internamente y paso mi mano por la nuca. 
 

—¿No crees que estás exagerando? —pregunto con humor recordando a Taira y sonrío sin poder evitarlo— Bunny es solo una conejita más, de esas que buscan pasar el rato y llenar sus bolsillos.
 

Suspira con irritación y eso me saca otra sonrisa. 
 

—No tardes —bufa malhumorado y finaliza nuestra conversación. 
 

La sonrisa se borra de mi rostro cuando una de las últimas puertas se abre abruptamente, dejando salir dos sombras que van acercándose con velocidad.

Un hombre alto y fornido es el primero que diviso. Al verme su rostro arrugado se torna pálido y sale corriendo sin darme tiempo a reaccionar. No pude hacer más que seguirlo con los ojos, intentando entender lo que sucede.

—¿R-Rex? —pronuncia una sutil y dulce voz, que al llegar a mis oídos solo consigue volver agridulce mi existencia. 
 

Volteo atónito al percatarme de que la tengo justo aquí. Con la respiración acelerada y el corazón hecho puño, el dilema interno vuelve a comenzar dentro de mí. 
 

—Janne —suelto lo más indiferente que puedo sonar.

—T-tú no puedes estar aquí —habla tartamudeando.   

—Vaya, así que no soy bienvenido a los aposentos de mi ex novia —digo con ironía.

—Hablo enserio, tienes que irte—me corta con una expresión desencajada—. Ellos están viniendo...

—¿Tus clientes? —escupo esas ácidas palabras sintiendo tanta rabia con solo imaginarlo— ¿No quieres que esos hijos de puta me vean? 

—No es lo que crees —se defiende con la intención de acercarse.

—Eres una puta y una prostituta —bufo levantando una mano para indicarle que deje de aproximarse—. ¿En qué me equivoco? ¿Qué clase de explicación puede justificarte después de todo lo has hecho?

—¡NO SOY UNA PROSTITUTA! —chilla encolerizada, sus manos se hacen puños y sus mejillas toman un color ruborizado— ¡Nunca caería tan bajo! 



#29567 en Otros
#4139 en Acción
#20790 en Fantasía
#8538 en Personajes sobrenaturales

En el texto hay: novelajuvenil, romance, angel de la guardia

Editado: 10.06.2020

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.