Angel Guardian

-Capítulo 15- Un baile más.

Canción de Chopin - Nocturne op. 9 No. 2.

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Primera corrección: || 27/ 08 / 2019 ||        

-Marrom-

Alzo y flexiono mi brazo en un delicado movimiento que va en coordinación con todo mi cuerpo. Cierro los ojos y disfruto de Chopin y sus maravillosas composiciones, involucrándome de lleno en el personaje que interpreto.

La adolescente retraída e invisible se convierte en una melancólica mujer, aquella que vive sufriendo por esos profundos sentimientos de frustración e impotencia, sintiendo que jamás lograra liberarse de sus peores demonios. Comparto su impotencia de algún modo, utilizo ese sentimiento a mi favor y me adueño del personaje, ahora soy Madallene.

Giro una pierna cuyo pie se estira y vuelve a su posición normal durante las vueltas, mi otra pierna impulsa a la perfección el giro que hago sin tocar el suelo. Un Fouetté.

Hago un Arabesque, una de mis piernas recibe el peso de todo mi cuerpo y levanto la otra estirada por detrás, logrando así ejecutar el paso con lentitud. Al bailar me sentía tan ligera como una pluma, realizando movimientos tan libres como el mismo viento y durante toda una pieza lograba sentirme más viva que nunca.

Todas bailaban con la intensión de sobresalir y conseguir ovaciones, pero yo lo hacía para ser parte de un mundo distinto. La melodía me transporta, el escenario se transforma en mi realidad y el personaje que intento interpretar —con fervor— se apoderaba de mi mente y mi corazón. Yo soy Madallene, apasionada y atrapada en un terrible amor prohibido que consume lentamente mi alma.

Mi respiración es suave, pero los sentimientos me van atrapando y mi latido se intensifica. Quiero llorar, porque mi pobre alma sufre al igual que la suya. Ambas compartimos la desdicha de estar vivas en una realidad insoportable, somos dos almas en pena vagando por el vacío incoloro, dispuestas a dejar pasar los días y a contar las horas para darle encuentro a la muerte.

¿Qué miseria peor que ésta puede existir? Creo que solo la mía. La realidad o, mejor dicho, mi realidad.

Yo no vivo sufriendo por amor, mis lacerantes pesares solo tienen un despreciable y malvado artífice. Las calamidades de mi mundo han sido provocadas por el único ser capaz de herir y destruir mi interior con sus perversas acciones, mi padre. El ser más inhumano que puede existir, sin embargo, es la única familia que poseo y no puedo cambiar eso.

Mi madre se fue sin avisar y nos dejó inmersos en deudas. Conozco la historia y la recuerdo a la perfección, cada día que soy obligada a escuchar sus terribles acciones. La persona que una vez fue mi padre ya no existe más, el hombre que me mortifica a diario está muy lejos de serlo. No importa cuantas historias de mamá sepa de memoria, nunca podré confiar en él y la forma en la que habla barbaridades de ella.

La melodía se torna lenta, anunciando que la pieza de Chopin está a punto de terminar; así como aquel mundo que por un instante fue mío.

— ¡Maravilloso! —dice la Sra. Colette, aplaudiéndonos—. Fue una interpretación que me dejó sin palabras, me será difícil elegir a la Prima Donna.

Todas celebran su interpretación mientras yo siento que una parte mía fue arrancada al separarme de Madallene. Saludo ignorando el alboroto y me desplazo a la barra para seguir practicando lo que considero que debo pulir en mi técnica.

***

— Mis niñas —pronuncia la Sra. Colette, en compañía de algunos profesores—. Ya escogimos a nuestra Prima Donna, es muy importante que entiendan el por qué de nuestra decisión.

Me giro para verles desde mi posición, el resto se acerca alrededor creando un medio circulo. Escuchan atentamente los anuncios, revelando a la estelar que encarnaría en Madellene para la presentación que se llevaría a cabo en una semana.

— Todas estuvieron fabulosas, sin embargo, solo una de ustedes logró hacerme creer que poseía el sentimiento que más caracteriza a nuestra querida Madellene —El nerviosismo me invade y me siento como un cristal transparente, la sensación de que lograron ver justo lo que yo deseaba transmitir es inexplicable, pero mi inseguridad continúa susurrando "Es imposible que seas tú de quién habla". Dejo de escuchar lo que está diciendo y evito pensar más—. Transmitir y adueñarse del personaje son dos cosas totalmente diferentes.

— Estoy de acuerdo con usted —asiente el profesor Balian—. No queremos que intenten transmitir algo que no les pertenece, buscamos a una Prima Donna que nos haga creer que en verdad estamos viendo a Madellene en carne y hueso.

— Así es —retoma el anuncio, la Sra. Colette—. De este modo, elegimos a la más indicada. Felicidades señorita Roberts, usted es dueña de este papel.

Muchos suspiros se escuchan en el salón y algunas aplauden emocionadas. Vuelvo el rostro sorprendida y una inmensa satisfacción me permiten curvar los labios, conseguí el estelar.

¡Mamá, soy la Prima Donna! Finalmente lo conseguí, estoy tan feliz.

Los profesores me felicitan encantados, otros me aconsejan con algunos detalles que debo perfeccionar. Acepto emocionada y me dejo llevar por este momento dulce.

— Por cierto, querida —La señora Colette me toma de la muñeca y estira mi brazo señalando un punto en específico—. Esos moretones están muy feos. ¿Cómo te lo has hecho?



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En el texto hay: novelajuvenil, romance, angel de la guardia

Editado: 10.06.2020

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