Ángel [vancouver #1]

Capítulo 30. Dramas de Elena

PROBABLEMENTE EN UN RATO SUBA OTRO CAPÍTULO ♥

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Elena.

Cuando mis padres murieron, se hizo un escándalo del tamaño del universo. Los periódicos y revistas de economía no paraban hablar de ello y sobre la presunta herencia, mi abuela no paraba de colgar llamadas inoportunas y evitar reporteros chismosos, y mi nana hacía más allá del alcance de sus manos que ni mis hermanos y yo nos diéramos cuenta de ello.

Lástima que ella falló casi olímpicamente.

Los medios son embusteros y no dudan un solo segundo en convertir todo en un show para garantizar sus ratings, por más malo que sea. La muerte es algo inevitable, eso todo el mundo lo sabe, pero pese a ello no estamos preparados. Yo no estaba preparada y, creo firmemente, que jamás podré estarlo.

Mi mamá y papá murieron cuando yo aún era una niñita en busca de atención — vale, tal vez todavía tenga un poco de ese complejo —, y siendo yo alguien tan insegura de sí misma… bueno, la noticia bomba se convirtió en un detonante para mandarme por los suelos. Las cosas se tornaron pésimas, me escondí en un caparazón y desde entonces no me he permitido salir.

¿Has oído que las personas jodidas generalmente son serias y con misterios a su alrededor? Pues bien, no siempre es así. La tristeza y un corazón roto se pueden presentar de muchas maneras, a veces eres muy transparente — como lo es mi hermano — y otras finges todo el tiempo que estás bien… como mi caso.

Yo soy alguien feliz, sí, y sonrío todo el tiempo como si estuviese programada a hacerlo. Pero de todas esas sonrisas, menos de cincuenta por ciento son verdaderas. Los fantasmas, mis miedos, mi inseguridad y mi indudable inmadurez me persiguen, ocasionando que: o evite a la gente a mí alrededor la mayor parte del tiempo o me convierta en el peor chiste de todos.

Y el resumen de ello es que yo no soy perfecta.

Soy el claro ejemplo de alguien que huye todo el tiempo.

Y eso tal vez te frustre un poco desde ahora porque… desde aquí, comienza mí propia historia.

Hay días buenos, malos y jodidos.

Hoy es uno de los últimos.

Mi hermano llamó esta mañana para informarme sobre un asunto importante en la empresa y, como soy parte del grupo de accionistas — mis padres nos dejaron a mí y a mis hermanos prácticamente en una cuna de oro —, tengo que estar ahí.

Por una infinidad de motivos la idea de mí, la melodramática rubia, estando en la empresa, que alguna vez fue de mis padres, me pareció la peor de las ideas. No quería estar ahí pese a que debía y era mi responsabilidad, fue casi un milagro que Ángel consiguiese convencerme con unas cuantas palabras de aliento y un tonito un tanto amenazante.

Mi hermano podrá ser el hombre más predecible del mundo, pero tiene tanto encanto arraigado en el cuerpo que solo bastan unas cuantas líneas para persuadirte que la luna es de queso. Tal vez por eso es que ha sido bueno en el trabajo desde que asumió su cargo.

Refunfuñando me arreglo lo mejor que mi ánimo, tirado por los suelos por culpa de la menstruación, me permite. Yo no soy de la clase de persona que se pone lo primero que encuentra, soy del tipo que estudia el color y forma de cada prenda y se fija de si combina o no, por lo que tardé más tiempo del promedio en elegir mi vestimenta.

Opto por una falda de tubo azul marina, una blusa de botones con cuello de cascada color hueso y unas zapatillas de infarto. Admiro mi obra por varios minutos frente al espejo del baño y tras lanzarme más un piropo, intentando ignorar los insufribles cólicos que hicieron su aparición con un batazo en mi vientre, suspiro al ver mi cabello.

Yo pertenezco a ese porcentaje odiado por dios en el que cada treinta días me suelta la maldición, que yo denomino, de la de las hormonas locas. Toda yo me vuelvo un desastre tanto por dentro como por fuera: mis rizos dejan de ser rizos para convertirse en una peluca polvorosa, enredada, sin brillo y esponjada; mi piel se torna grasosa y las erupciones volcánicas hacen su aparición, los dolores me tumban al piso y los sangrados se asemejan más a una hemorragia. En resumen, por siete días — no es suficiente castigo todos mis padecimientos, ¡claro que no! — odio ser mujer.

Mil intentos de peinado y exceso de productos para el cabello después, me realizo una maltrecha coleta alta con pelos volando a mi alrededor, creando un halo dorado que, por alguna razón, en lugar de favorecerme me hacen ver enferma.

No me molesto en hacer todo mi ritual de maquillaje, me limito a encrespar mis pestañas y repasar mis labios con humectante. Tomo mi cartera de la cama rápidamente tendida y me dirijo a la salida con apuro, aún tengo tiempo de sobra para tomarme un café si así lo deseo, pero conociendo a mi hermano y sus problemas con la impuntualidad, prefiero no tomar riesgos.

Él suele ponerse muy nerviosillo cuando hay una falla en sus compromisos.

Afuera espera el Datsun de mi hermano y con solo verlo me siento asqueada. Me encamino hacía el garaje donde Ángel tenía encarcela la colección de mi padre. Él era un fanático por lo clásico y las motocicletas, amaba reparar todo lo inservible e ir a las carreras profesionales para sentir la adrenalina, recuerdo que alguna vez me llevó con él.

Al entrar me sorprendo de no detectar ese olor característico a taller mecánico o a polvo, todo lo contrario, huele a limpio e incluso desinfectante. Aún con las manos sobre la canela, admiro el interior con detenimiento al ser mi primera vez aquí. Yo no sé mucho de autos y tampoco tengo mucho interés en ellos, apenas puedo diferencias entre un Jetta de un Vocho, por lo que me siento un tanto perdida al descubrir las dos hileras de clásicos que flanquean el pasillo.

Hay de todos tamaños y todos colores, algunos modelos llego a reconocerlos — como las camionetas Apache y un Chevy Corvette del 95 rojo cereza — y otros me son tan ajenos que me hacen perder el interés con rapidez. Sabía que a papá le gustaba coleccionar autos, pero no esperaba una lista de más de veinte ejemplares y mucho menos que mi hermano se tomase la molestia en darles mantenimiento… ¡Todos parecen sacados de revista y hasta rechinan por lo pulido!



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En el texto hay: amigos, drama, amor

Editado: 11.10.2020

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