# Pt. 1
*Si a Peter le hubieran hablado antes sobre el infierno, el se hubiera burlado. Al fin y al cabo, su mente no está disponible para centrarse en tales bobadas.*
*¿O si?*
*Ahora lo veía todo claro, tal y como era, pero le tomó mucho, mucho tiempo conseguir adaptarse a su nueva realidad...*
*Y es que no es fácil adaptarse al infierno...*
*No es fácil...*
***
Esta historia comienza en una soleada mañana, en un pequeño salón de clases de segundo de preparatoria. Caras soñolientas, miradas distraídas, palabras que se pierden en el vacío.
El ambiente típico de las inaguantables “mañanas de historia” con el amado y odiado profesor Binns.
“Aburrido, bastante aburrido...” Eran las palabras que pasaban por la mente de casi todos, incluyendo la de Peter Cronbach, un chico alto de pelo negro, sin ningún rasgo especial, que se sentaba en la tercera mesa a la derecha, junto a la ventana. Poco se imaginaba que su vida cambiaría en esos segundos en los que Martín Thunderland, su mejor amigo, lo golpeaba con la regla en la cabeza y el, aprovechando la distracción momentánea del profesor, se volteaba para contraatacar.
—¿Le pasa algo señor Cronbach?— preguntó el maestro al ver que Peter se había levantado de repente, y miraba asustado a una chica sentada al fondo.
—Yo...no...no...no—balbuceó— Necesito salir un momento...—
Aquel día Peter no pudo regresar al aula. Se encerró en la biblioteca, (¡¡¡sin mirar libro alguno!!!) y cuando llego la hora del recreo recogió su mochila y se fue a casa con la excusa de que se sentía mal del estómago.
Habían sido solo dos segundos, pero fueron suficientes para cambiar toda su filosofía. Lo había visto bastante claro. Aquella chica, aquella chica de cabellos plateados que había llegado solo una semana atrás...
¡Tenía alas...!
Y no, no estaba volviéndose loco. Aún no...
*O eso creía....*