Luego de salir de mi estupor, me puse de pie para quitarme el pantalón de pijama y entrar rápidamente a la ducha, al verme en el espejo pude ver el singular collar con más detalle, a pesar de su dije se veía bastante masculino, costoso y poderoso, con solo un pensamiento se hizo invisible y sonreí.
Me di una ducha rápida, cruce a mi enorme armario y tomé la ropa que había seleccionado previamente, para sorpresa de todos siempre he sido bastante organizado y a pesar de tener empleados en casa mis padres siempre nos enseñaron a hacernos cargo de nuestras cosas, mantener nuestras habitaciones recogidas y escoger nuestras prendas, antaño eso fue motivo de escándalo entre los nobles de la época, pero nunca he vivido para el qué dirán, ni siquiera cuando era un adolescente.
Luego de darme un vistazo en el espejo quede bastante complacido, me decidí por t-shirt básico color tierra, unos jeans negros con rotos en las rodillas, unas botas negras, me coloque unas pulseras, uno de mis relojes favoritos, un anillo negro, termine de darme unos retoques en mi cabello y comprobar que mi barba quedo bien arreglada, tome mi chaqueta de cuero, las llaves de mi coche y baje a tomar el desayuno con mi familia.
Fui el último en ingresar al comedor —Buenos días familia—
—Buenos días querido, que guapo estas—
Sonreí —Gracias mamá— la abrazó por la espalda y le doy un beso en la cabeza, hago lo mismo con mi padre y saludo a mis hermanos sacudiendo la mano en el aire.
Tomamos el desayuno con normalidad, hablando de temas triviales y sobre nuestra agenda del día.
—Tengo una sesión de fotos hoy luego de la escuela y vuelvo a casa para prepararme para la fiesta de inicio de curso que organiza Lance—
—¿Una fiesta el primer día de clase? —
—Claro pa, esa fiesta marca las divisiones sociales dentro del instituto para este año escolar— le responde André tomando un sorbo de su jugo de naranja
Frente a la respuesta mi padre juntó sus cejas como suele hacerlo cuando algo le parece poco apropiado —Considero que no sería correcto, pero ustedes saben lo que hacen—
Me reí bajito —Papá nunca cambias, iremos los tres porque debemos mantener nuestro estatus, además siempre has sido tú quien nos dice que a las reuniones sociales que puedan marcarnos socialmente siempre se debe asistir— levanté mi ceja izquierda, sonrió divertido al ver como se desinfla y todos se ríen incluido él.
—Odio cuando usas mis frases en mi contra—
—Lo tengo claro, pero me gusta hacerlo para que sepas que te prestó atención y que te admiro muchísimo— muestro una sonrisa inocente.
—Tú y tus formas de escabullirte de los sermones— sonríe y mueve su cabeza de lado a lado.
Me pongo de pie rápidamente una vez veo mi reloj —Si no nos vamos ahora se nos hará tarde— abrazo a mis padres, mis hermanos hacen lo mismo, tomamos nuestras mochilas y Amy toma su bolsa, tomamos dirección al amplio garaje de nuestro hogar, a pesar de vivir juntos, siempre nos vamos en autos separados para no tener que esperarnos para volver a casa.
—Nos vemos en la escuela chicos— ella nos lanza un beso, encendió su convertible, salió del garaje y se marchó, André toma su moto y yo me subo en mi deportivo negro.
—Nos vemos al rato hermanote, cuídate en la carretera—
Como siempre soy el que tarda un poco más en salir porque tomó unos minutos para confirmar que tengo todas mis cosas, una vez comprobado giro la llave y el ronroneo del motor llega a mis oídos, salgo de casa por la amplia entrada y tomó dirección al instituto, a pesar de lo cansado que estoy de estudiar disfruto mis días entre los mortales, realmente en esta época he podido vivir más como un joven normal que en otras.
Luego de pasados 15 minutos entre por la gran puerta de uno de los institutos más prestigiosos de la ciudad, me estacione en un lugar disponible y antes de bajar me fije en la enorme cantidad de jóvenes que se aglomeraban por todas partes saludándose con emoción, tomó mis cosas, apago el motor, bajo de mi auto y veo todas las miradas que se colocan sobre mí.
Camino un poco y siento que alguien me tapa los ojos —¡Adivina quién soy!— No puedo evitar sonreír, incluso antes de hablar por su aroma a rosas blancas con canela y el sonido de sus tacones en el estacionamiento ya me habían alertado de su presencia.
—Buenos días Scarlett—
Ella bufa —No sé por qué sigo intentando sorprenderte— quitó sus manos de mis ojos, me doy la vuelta y la abrazo fuerte, la levantó y comienzo a girar haciendo que su risa melodiosa se escuche sin vergüenza, me doy cuenta que hay muchas miradas sobre nosotros, algunas de celos y otras de añoranza.
—Te extrañe mucho— digo mientras la coloco en el suelo.
—También me hiciste mucha falta Arti, no sé porque no te fuiste conmigo de vacaciones al caribe, te hubiera sentado bien un poco de sol, playa y arena—
—Sabes que no soy mucho de playas— hago una mueca y ella ríe.
—Tranquilo lo sé, no por nada soy tu mejor amiga— coloco mi brazo y ella lo toma —Tan caballeroso como siempre—
—Es lo menos que te mereces—
Caminamos de esa forma hasta ingresar a la escuela, hay muchas personas que posan sus ojos en nosotros, ya estoy acostumbrado pues nuestros dones nos hacen hermosos incluso frente a ojos sobrenaturales, es bastante común que en un colegio donde el ochenta y cinco por ciento son humanos sea imposible que pasemos desapercibidos.
Me suelta una vez llegamos a nuestros casilleros que se encuentran uno al lado del otro, agarré los libros de las primeras 3 horas de clase y los puse en mi mochila, cuando cierro la puerta me quedo mirando a Scarlett, a pesar de llevarle miles de años, cuando nos conocimos hicimos click rápidamente, fue en la escuela y me resulta divertido recordar los hechizos que mis hermanos y yo teníamos encima para vernos más jóvenes, no se retiró hasta que pareció éramos de la edad que mostramos al mundo.