Capítulo 21: Cerca del peligro

Las brujas estaban a punto de llevar a cabo un secuestro .

Muchos de los cazadores que se encontraban en Argentina estaban en Capital, en las zonas boscosas de la patagónica y muchos se hacían pasar por gente que común .

Los Everlin organizaron la reunión en la mansión suya, mientras que los Jones daban con la localización de cada uno. Hasta dar con quiénes hicieron daño a Jacob.

Mientras pasaba esto. Percephone se las ingenió para tratar de encontrar al líder de todos ellos.

David Knigh.

Pero su rastro se dispersaba por cada parte de Buenos Aires, y cuando ponía su ojo en las afueras. En los demás continentes. No podía lograr concentrarse.

Es como si algo le impidiera avanzar.

—¿Qué me esta pasando?

Se tocó la frente mientras trataba de concentrar todas sus fuerzas en encontrarlo. Pero no, algo le faltaba.

—Ah...—tomo aire y volvió a repetir las mismas palabras —Yo te invocó, yo te ordeno, quiero que ahora aparezcas en mis pensamientos.

Cerro los ojos, y empezó a meditar.

—David Knigh... Preséntate ante mí.

Su voz se hizo como un eco, en cada parte de la habitación se llenó de murmullos .

—Percephone...—de repente se escuchó.

Un destelló de imágenes vino a su cabeza.

—No podrás detenerme ...nadie lo hizo. Acabaré con usted ya sea que me cueste toda la vida.

La imagen era borrosa, pero ella logró ver los ojos negros llenos de malicia.

—Percephone, ¿quieres encontrarme?. Adivina en donde estoy...

Le mostró el lugar señalando con su mano. No pudo ver, se le tornó muy borroso. Provocándole una jaqueca.

David se río a carcajadas.

—No puedes por que estoy rodeado de símbolos que son contra ustedes.

Ella de mordió con rabia su labio un superior.

—En eso estas esquivado. Te encontraré y acabaré con esto. Para que tu sucia sonrisa se borre de la faz de la tierra—golpeo con rabia contra la mesa.

La imagen del cazador de desvaneció enfrente suyo para ver en su lugar a Jacob.

—¿Jacob, que haces aquí? —pregunto mientras trataba de ocultar su migraña.

—No tienes por que hacer esto. Sólo te hace daño —dice Jacob al abrazarla —Yo soy inmortal...pero tú no, si mueres, sería para siempre.

Percephone sonrió mientras acariciaba el cabello negro de su nieto.

—Daré mi vida y mi fuerza para que mi familia este a salvo de quienes nos hacen daño.

Jacob se apartó de su lado, sólo para ver lo que ella marco en el mapa.

—Es...

—Si.

—¿David, esta en Argentina?

—Si. No logre su localización exacta pero esta en la zona de Tortuguitas.

Jacob abrió los ojos como platos.

—¡Es donde vive Lucia , puede correr peligro!

—Tranquilo, Jake irá a cuidarla. Mientras tanto tú debes quedarte aquí, acuérdate que ya no eres como antes. Un descuido y tu mueres.

—Percephone, soy inmortal, yo...

—Jacob, te olvidaste algo. La gran junta sobrenatural te despojo de tú inmortalidad. Así que tanto tú como yo podemos morir.

Mientras tanto, Jake llegó a la puerta. Cuando Lucia le abrió , lo primero que hizo fue abrazarlo.

—Wow...amor, ¿estas bien?—dijo Jake con una sonrisa.

Lucia trato de contener las ganas de llorar pero no pudo soportarlo.

Le contó todo, el sueño, lo que hizo. No paró de sollozar en ningún segundo.

Lo peor es que no escuchó ninguna palabra de Jake, la sala era la misma que la hacia poner incómoda.

—Lo siento Jake...soy una idiota. Ahora debes odiarme...me dejarás de amar. Yo, ya no soy la indicada —ocultó el rostro y siguió llorando.

Sin embargo , Jake tomó sus manos lentamente para que lo mirará a los ojos.

—Lucia, yo te perdonó —le sonríe .

Ella no podía creer lo que escuchaba.

—¿E-En serio?

Seco sus lágrimas, Jake también lo hizo.

—Siempre te voy amar, mi amor—hizo que ella apoyará su cabeza en su hombro —Nunca dejarás de estar en mi corazón.

Lucia sonrió de apoco. Mientras ambos se envolvían en un abrazo. Un hombre con capucha los observaba afuera.

—Un Williams, que suerte tengo—sonrió con malicia. Mientras sacaba de su bolsillo una pistola.