Ángeles & demonios 2: Malexefelic

Capítulo 25 : La traición

Lucia volvio a donde estaba Jake.

Lo abrazo con mucho amor.

—Jake...no sabes cuanto te amo. Eres en serio tan importante para mi—sonrio mientras le acariciaba el cabello, luego depósito besos en las manos de él.

Jake la miro a los ojos.

—Y tú eres mi novia, te amo con toda mis fuerzas. A veces tengo la idea de casarme contigo. Por que en serio me haces muy feliz. Quiero estar en esta vida junto a ti.—entrelaza sus manos.

Ambos se acercaron para darse un beso. Pero de repente Jacob interviene en ese beso.

—Oh, perdón. Solo quería saber si estabas bien—giro la mirada para no verlos.

—Lo estoy hermano, gracias.

Jacob miro lentamente a Lucia.

—Hermano...tengo... Que decirte algo sobre lo que paso.

—Si te refieres a lo que ocurrió entre tú y Lucia, ya lo sé.

—¿Y no estas enojado...?

Jake se río.

—¿Solo olvídalo, si?

Jacob se rasco la nuca pero sin dejar de verlos a los dos.

—Entonces....¿Que hiciste con mi hermano? —bromea—El me pegaría o me sacaría a patadas.

—Pues estoy aprendiendo a sobrellevar mis sentimientos negativos en otro modo.

Jacob miro extrañado.

—Un demonio no puede ocultar esos sentientes. Es como si nosotros fuéramos parte ello.

—No olvides que somos parte humanos, así que puedo y quiero hacerlo.

Lucia se apoyo en el hombro de Jake con una sonrisa.

Jacob formo su puño e intento guardarse los celos que explotaban por mil razones.

—Ajam...—desvió su ira en otra persona.

Justo se acercó James quién estuvo a punto de decirles algo pero Jacob tomo la delantera y lo llevo lejos—¿No me vas decir algo?

—¿Cómo qué?.

—Pues...—alza la cejas a la espera de una respuesta pero solo James lo mira extrañado —¡Por el diablo, a que vienes!

—A decirles que posiblemente podría haber una masacre en la Argentina si no detenemos a David.

—¿Que...?

—Si, y matarán al menos que detengamos a cada uno.

—¿Y como sabremos en donde están?. Si mi abuela, una de las más fuertes no pudo encontrarlo a tiempo, ¿Cómo lo harás tú?

— Son ellos que generan rastros de muertes. Y yo, los puedo ver ahora.

Mientras más se tardaban, más los cazadores se acercaban. Percephone dio una Junta en la que al fin pudo dar con los cazadores con la ayuda de James.

Dio con cada uno.

Pero entre los 39 que pudieron capturar, siendo que estos estaban dispersos por todo Buenos Aires. Sabían que solo les faltaba uno.

—Lleven al resto para que sean juzgados por Nuestra Corte.

Uno de los cazadores se pudo zafar de las cuerdas. Agarra una navaja e intenta apuñalar a Percephone pero justo Jacob lo logra lastimar para así quedarlo sin fuerzas para levantarse.

—Ni se te ocurra —le dijo mientras le pisaba la mano. Ese cazador gimió de dolor por debajo.

—Nuestro Jefe la quiere ver...—sonrió con malicia .

—¿Para que?, no serviría hablar con un animal.

El cazador se río a carcajadas.

—Que graciosa. Pero no, simplemente quiere hablar con usted.

Todos lo que estaban presentes miraron desconfiados.

—¿Donde?—al fin dijo ella.

—En el bosque... A las 18:00, sólo vendrá si usted esta sola. Si no cumple él no vendrá. Y todo empezará de nuevo.

—¡Tú y esa mierda se merecen morir!—grito Jacob al agarrarlo del cuello y alzarlo por arriba suyo.

—Jacob, cálmate.

—¿Y si es una trampa..?.

—No miente, ¿O acaso tú no lo ves, Jake?—dijo Percephone al mirarlo .

—No esta mintiendo, al menos lo siento.

Jacob soltó al hombre bruscamente.

—Patrañas—murmuro entre dientes mientras se fue a sentarse en el suelo—Si tuviera mis poderes...lo encontraría y acabaría con su vida en cuestión de segundos. Siento que no sirvo en nada en mi forma humana.

Percephone se le acercó y apoyo su mano en el hombro de Jacob.

—Tu eres inteligente, gracias ti y James hemos encontrado a la mayoría. Ahora solo tienes que confiar en mi, por que diferencia de ti, yo si cumplo con mi palabra.

Él suspiro mientras trataba de relajarse.

—¿Y si...llega a pasar que te tiende una trampa, como harás?. Jake fue envenenado y eso que él es más fuerte que un humano común.

—David debe traerse algo entre sus manos. Por que alguien como él , debe tener mucha experiencia durante estos años en el que vivió con su inmortalidad.

—Alguien lo esta ayudando.

—¿Pero quién? —pregunto ella.

—Otra bruja—interrumpió James.

—¿¡Que!?—dijeron en unísono.

—Amanda Meyer, la esposa de Derek Meyer.

 

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En el bosque, en una cabaña vieja. David cargaba su pistola mientras una mujer se le acercaba con el torso desnudo.

—¿Fue una noche especial no?—sonrió Amanda.

David ni siquiera la miro, seguía cargando. Mientras ella toco sus abdominales.

—Esto es divertido. Jugar con fuego. Y más si tu odias a mi raza.

Se rio mientras se vestía.

—¿Ya preparaste la poción, bruja?—se dio la vuelta , dejando el arma en la mesa, se cruzó de brazos.

—Aquí lo tengo—le mostró un frasco pequeño. —Pero ven por él.

David fue directo a ella, pero lo alejo de sus manos.

—¡Ah aaah!. Primero dame un beso—jugo con su cabello moviéndolo de un lado a otro.

—Solo te hice el amor por que me gustan las pelirrojas. Y por que eres hermosa. Pero si sigues jugando harás que se me acabe la paciencia. —la acerco nuevamente agarrándola de la cintura.

—Uff..ni mi marido es tan rudo. Por eso me gustas...—acaricio su cuello.

—Mujer avariciosa. Dámelo —le retó con un tono suave pero a la vez duro.

Ella se rio hasta que se lo dio.

Él lo miro por un rato hasta que lo guardó en su pantalón de cuero negro.

—¿Y que pretendes hacer con la bella Percephone?




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