Esta es la historia de una chica con baja autoestima. Una chica cuya alma no ha vivido solo una vida. Ha tenido varias vidas pasadas, siendo un pájaro, un gato, una princesa e incluso una vida en la pobreza. En una de esa vidas ella no era más que solo una chica normal, una chica amable que acabó conociendo a dos chicos totalmente diferentes entre ellos.
Uno de ellos era rico y el otro era pobre, pero ambos coincidían en los mismos sentimientos. Ambos estaban enamorados de la chica. Ellos se enamoraron de ella, de su sonrisa, su risa, el brillo y alegría que esparcía.
El pobre y la chica se conocieron desde niños y jugaban juntos. Ella lo ayudaba a él en situaciones complicadas y él la ayudaba a ella cuando se metía en problemas. Así fueron creciendo juntos, al igual que el amor que tenía él hacia ella.
El rico y la chica se conocieron por casualidades del destino en una tienda normal, una botica. Ella fue a comprar medicinas y él fue a investigar un caso sobre intento de asesinato. Un hombre que brillaba al sonreír. Se encontraron varias veces por casualidad en ese mismo barrio. Allí vivía ella y allí investigaba él. Él siendo un poco brusco con las personas de menor rango y ella siendo amable con todos por igual, incluido este hombre rico.
Pero esto no es un cuento de hadas. Al final el padre de la chica tenía deudas y al no poder pagarlas, fue asesinado. La madre murió de una enfermedad. Tenía una hermana pequeña, pero la chica al enterarse de las deudas y con el tipo de personas que eran prefirió alejar a su hermana lo más que pudo. Al final pagó ella por las deudas de su padre, obviamente de no buena manera. Acabó siendo la mascota de las personas que tenían el dinero que pagar por semejante chica virgen y hermosa.
Como podéis suponer las cosas no terminaron muy bien.
Ella sobrevivió. Por desgracia.
Un alma pura no puede permanecer intacta ante semejante trato.
Ella fue sacada de ese sitio gracias los dos chicos de los que hablamos antes. El chico pobre descubrió donde estaba y el chico rico pagó las deudas. Ambos, que estaban enamorados de ella, hicieron una tregua en su pelea por conquistar su corazón para salvarla.
El problema fue que llegaron tarde. Ella ya estaba rota. Ellos no lo vieron. Pensaron que todo volvería a ser como antes. Las heridas físicas se curaron, pero no las que le quedaban en el corazón y en lo más profundo de su alma.
Al final la chica no pudo soportarlo más y les pidió perdón a los chicos. Salvaron a alguien que ya no tenía salvación, al menos en esta vida.
Los chicos suplicaron a dios que la próxima vida de la chica fuera una buena, donde no sufriera y donde pudiera ser feliz. Dios no es alguien que haga las cosas gratis, así que les pidió a cambio que se convirtieran en ángeles y que no pudieran volver a reencarnar.
Ellos aceptaron. Así que cuando terminó su vida ellos se convirtieron en ángeles.
Ellos preguntaron por la chica.
Dios, al ver que ambos cumplieron su parte de la promesa, él cumplió la suya e hizo reencarnar a la chica en una vida con unos padres que la amaban mucho. Como último regalo hacia los chicos que habían sacrificado todo por la chica que amaban, les permitió que se convirtieran en ángeles guardianes de la chica.
Ellos felices le agradecieron y le otorgaron a la chica dos regalos. El chico rico le dio su carácter fuerte y ego para que pudiera defenderse de las personas que quisieran hacerle daño. El chico pobre le dio su inteligencia para que así pudiera afrontar todos los problemas que vinieran fácilmente.
A pesar de esto, ellos no tuvieron en cuenta un detalle. Que los daños de su vida pasada aún quedaban en lo más profundo de su alma, por lo que la chica se había convertido en alguien con la autoestima baja, pero ego alto.
Ella creía que las cosas que hacía no servían para nada y que era inútil. Pero había momentos en los que se creía la mejor de todas, gracias al regalo del chico rico.
También pudo defenderse de las personas que querían meterse con ella en las escuela.
Al ser tan inteligente pudo completar los estudios con buena nota, y sacar una carrera complicada y que aseguraba un buen futuro, gracias al regalo del chico pobre.
A pesar de todas las preocupaciones que tuvo, los nervios y los problemas. A pesar de las lágrimas, los enfados y peleas, al final ella si pudo ser feliz.
Y los chicos la protegían y apoyaban, siempre estaban a su lado. Aunque ella no los recordara, ni los viera. Si ella era feliz, ambos chicos también eran felices. Y ahora esperaban que ella encontrara alguien que pudiera amarla tanto como ellos la amaban.