En la mañana Mango tenía mucho mejor aspecto, de pie cerca de la cama donde Jonny descansaba, se sentía un tanto inútil, había estado demasiado cerca de fallar en su misión, el pergamino le había mostrado lo que pasaría, pero cuando lo vio detenerse sobre la avenida y volver a la banqueta, se dejó llevar por la idea de que algo había cambiado, en lugar de comprobarlo, pues el pergamino no cambio, Jonny se aventuró a cruzar la avenida cuando la luz estuvo en rojo y un borracho acelero.
El tiempo que le tomo a él como ángel guardián, reaccionar y moverse fue la clave de la gravedad de sus propias heridas y las consecuencias de estas, pues aun después de la profunda sanación de Guayaba a su cuerpo, no alcanzaba a mover por completo su ala izquierda, pero se confortaba bastante al ver que lo único que tenía Jonny era el mismo vendaje en su oreja derecha que él había visto antes de que Zircón lo alejara del hospital, ahora el joven descansaba en su cama roncando cómodamente.
Comenzó a preocuparse cuando vio llegar el amanecer desde la ventana y su pergamino no apareció, miro a su alrededor, años atrás había aprendido que no siempre aparecería frente a sus manos, pero no había nada en toda la habitación, el ruido de la puerta llamo su atención y estaba comenzando a desaparecer cuando Zircón entro, tan solo le dirigió una mirada silenciosa como si lo evaluara, no le hizo ninguna pregunta, ni siquiera cuando pudo notar la posición de descanso en la que su ala se encontraba; el pergamino marcado con el nombre de Jonathan apareció pocos momentos después, pero frente al mayor.
- ¿Cómo es…? – Mango frunció el ceño, confundido y molesto a partes iguales.
- fuiste relevado – hablo Zircón con la misma expresión seria de siempre – Origen evaluara tu proceso de sanación y permanencia.
- ¿Qué? – Mango no pudo evitar gritar, se sentía sumamente molesto.
- sabes que, aunque tenemos el control, también somos observados – Zircón negó y suspiro, se veía preocupado - ¿Por qué dudaste?
A poco de gritar otra vez, Mango se detuvo, se quedó callado y bajo la cabeza…
- confié – susurro mientras volvía a mirar al mayor – él se detuvo al cruzar la calle y volvió, pensé… pensé que había cambiado.
- ¿Por qué no lo comprobaste? Sabes que, si la línea asignada cambia, también lo hará el pergamino, no debemos hacer nada sin ver el pergamino – esta vez Zircón fue el que grito molesto.
- no lo pensé, confié en que ese simple movimiento tendría un impacto en todo lo demás, para cuando me di cuenta de mi error Jonny estaba en el aire – Mango se cubrió el rostro con las manos, pero no antes de que Zircón viera las lágrimas que bajaban por sus mejillas.
Aquella mañana Zircón había recibido una visita, en el silencio de la habitación de su protegido, se había abierto una luz y Origen la había cruzado, el creador de todo y todos ellos no se presentaba ante cualquiera y desde que Zircón lo vio, estaba completamente seguro de porque estaba ahí, no habían conversado mucho, Origen le había agradecido su rápido actuar en las heridas del otro ángel y después le dijo que de forma temporal se encargaría también del cuidado de Jonathan, luego, simplemente desapareció.
Zircón no estaba seguro si debía estar molesto o preocupado, que Mango fuera evaluado no solo implicaba una simple llamada de atención, podría ser degradado y enviado de nuevo a entrenamiento, perdería su lugar junto a Jonny y en el caso más extremo, perdería sus alas, para ser enviado a la tierra a vivir una vida humana; que un ángel guardián cometiera un error era muy extraño, pero aun así, ellos tenían sus propios castigos, para asegurarse de que dicho error no se repitiera, ahora Mango estaba siendo vigilado y seguramente pronto seria llamado para explicar lo que había pasado.
Zircón suspiro de nuevo bajando la mirada al pergamino en su mano.
- estas son las ordenes, debes mantenerte al margen de la línea de Jonny, hasta que Origen lo ordene.
- ¿Qué puedo hacer para arreglarlo? – pregunto Mango preocupado.
- explica lo que paso, admite tu error, Origen tal vez lo entienda – Zircón camino hasta pararse detrás del otro ángel, con un suave movimiento de su mano reviso el ala que Mango arrastraba – aplícate en la terapia, para que tu ala recupere del todo su fuerza.
Con eso el mayor salió de la habitación y Mango se derrumbó en el suelo de rodillas llorando, sobre la cama, Jonny comenzó a llorar y despertó asustado mirando a su alrededor, había una desconocida sensación de miedo en su corazón, pero extrañamente no parecía venir de él, miro a su alrededor mientras se sentaba en el borde de la cama, descubrió una pluma blanca en el centro de su alfombra y se levantó para tomarla, Mango vio con asombro todo el movimiento, sintiendo como una caricia en su ala herida cuando su protegido tomo la pluma descartada.
- Mango preséntate en el sanatorio – la dura voz de Grafeno en su mente interrumpió el curioso momento.
Mango se quedó de rodillas en el suelo por un momento, viendo a Jonny salir de la habitación, después de haber dejado la blanquecina pluma bajo su almohada, se puso de pie, sabía que aquella pluma desaparecería en unos minutos y Jonny olvidaría incluso haberla visto, sonrió, decidido a hacer todo lo que estuviera en sus manos para solucionar el problema en el que estaba y recuperar su lugar al lado de su protegido, mientras tanto, confiaba en que Zircón lo tendría a salvo, dio un paso adelante cuando un brillante portal apareció frente a él y entro en una de las salas del sanatorio.
- siéntate – Grafeno no admitía discusiones con su tono de voz, señalo la camilla y espero hasta que Mango se quitó la camisa y se sentó mostrando su espalda.
Mango resistió las ganas de girarse a mirar cuando escucho claramente como una puerta se abría a su espalda, solo fue consciente del sonido de unos pocos pasos y unas frías manos tocando sus alas, quiso preguntar, dar explicaciones pero sabía que sus palabras caerían en oídos sordos hasta que sus heridas fueran revisadas, se mantuvo quieto cuando su ala fue extendida y el plumaje removido en busca de más marcas o heridas, cuando por fin los pasos se escucharon rodeando la camilla, él se preparó esperando el correspondiente regaño.
- te equivocaste – Mango quedo mudo cuando vio a Origen y no a Grafeno frente a él, no esperaba esto así que no pudo decir nada – algunos pensarían que un ángel de tu rango y experiencia no podría cometer errores.
- pero por mi rango y experiencia puedo ser confiado en el momento incorrecto – susurro Mango bajando la vista a sus manos.
- admites tu error eso es algo bueno – Origen sonrió casi imperceptiblemente – esperaba una larga escusa de cómo no había sido tu culpa.
- no – Mango negó con la cabeza levantando la vista lentamente – puedo reconocer que me equivoque, olvide todo lo que sabía y por un momento puse en riesgo no solo la vida de mi protegido sino también la mía.