Angeles y demonios

CEMENTERIO

Elea

Odios los cementerios, siempre he tenido malas experiencias en ellos. Soy una muerta que no debía estar muerta. ¿Cómo suena eso?¿Extraño?. Estoy con sentimientos encontrados desde que supe que robaron mi vida. 

Arrancaron mi alma de la tierra vilmente y yo quiero saber ¿Quién es el culpable? ¿Ustedes no lo harían?¿Buscar culpables?¿Saber la verdad?¿Serán castigados? Pues yo sí quiero. No piensen que soy vengativa la verdad siempre he sido pacifista. Sin embargo hay un punto de quiebre de esa paciencia.

Creo firmemente que no puedo quedarme a sentir lastima de mi destino. No puedo deprimirme por haber dejado a mi abuela Lena sola. Ella es la más afectada de que yo no este ahí. Su enfermedad, me desespera saber quien la cuidara.

Eso hace que mi molestia sea mayor, quiero conocer a mis asesinos. ¿El cielo podrá esperar por mi alma? No tengo ni la más remota idea. Pero si la muerte, no me ha llevado todavía al cielo... puedo intentar que me deje investigar con él.

Veo que la muerte sigue caminando o flotando porque nunca he visto sus pies y viene a mi mente una gran interrogante ¿Tendrá un nombre?.

-¿Sueles visitar cementerios?-

Consulto aunque inmediatamente me regaño a mi misma por la pregunta mas tonta. ¡Obvio! es "La Muerte" debe ser cliente VIP de todos los cementerios de este mundo.

El silencio fue su más clara respuesta de nuevo...

He notado que vamos hacia lo más profundo de este lugar, casi quedándonos en la oscuridad. Tantas lápidas con figuras extremadamente excéntricas. Cómo esa figura del un señor con escopeta y un ciervo muerto. 

Me da miedo la noche. Lamentablemente mi muerte no significo un cambio en mis raras habilidades. Continuo viendo muertos, espíritus  hasta con más claridad. Es como verlo todo en 3D. 

Esa señora gorda con traje rojo y su cabeza cortada me observa apeteciblemente. Trago en seco y mejor intento ir al lado de la muerte antes que alguien me quiera jalar y hacerme su bisctec de media noche. 

-¿Por qué me ven así?-

Pregunto no dejando de observar nada alrededor, siento que una mano saldra de la tierra, me jalara y tragara.

-Eres tan fresca y llena de luz, es lógico que seas la novedad-

Su voz como siempre me hace sentir que soy ignorante. En su pose de maestro me hace sentir como la estudiante en su primer día de clase... totalmente pérdida.

La muerte se detiene de golpe y yo choco contra él. Me mira fijamente y se sacude su túnica negra. Planchará esa cosa para que me mire con tanto odio.  No creo que le guste tanto esa túnica o ¿Sí? puede que si lo haga. 

Veo donde estamos y consulto una duda muy razonable para mi seguridad.

-¿No me van a comer? ¿Verdad?- Intentando tranquilizar mis malos pensamientos e imaginación.

-No creo que me quieran hacerme enojar...- Ni siquiera me mira cuando dice esto. 

-¡Bien! ¡Entonces estoy a salvo!- Afirmo dejando en paz mi mente.

-Yo no dije eso- Entonces si baja su vista a mi pequeña altura y escucho atenta.

-Hay suficientes fantasmas, almas malditas, demonios menores buscando lo que perdieron hace mucho tiempo. Un alma llena de luz como la tuya es como.... decirlo. -Sí, como un suculento alimento para intentar llenar su vacío.

-¡Eso sólo me hice tener más miedo!-  Le replico asustada porque no me gusta la idea de ser bocadillo de nadie.

-Debes tenerlo -Me asegura la muerte como si hablaramos de algo muy simple. 

Entonces toca una cripta con su guadaña que brilla intensamente. Esta tumba a decir verdad esta llena de telarañas. Se nota que esta olvidada. Hay una enorme figura de una mujer sentada en un sillón victoriano con un vestido largo. Sin embargo su cabeza esta quebrada.

De repente  va creciendo un ser transparentoso, musculoso y con piel oscura. Lleva nada más que un... ¿Taparabo?. En su cuello lleva una cadena muy gruesa que se pierde en el piso de la cripta. Sus enormes ojos brillan como si foquitos de navidad.

Sin darme cuenta estoy apretando la túnica de "La muerte". Prefiero que me regañe mil veces, antes de soltarme de él. Estoy acostumbrada a ver de lejos, no tan cerca y menos oirlos hablar. Esto es tan irreal. Ahora que estoy en su "mundo" lo veo tan palpable. Son 100% mas aterradores... y apestosos.

-¿Está tu ama? 

-Al principio no dio señal de vida pero entonces sonrió y creo que prefiero la expresión anterior. Los dientes estan comidos y tiene gusanos dentro de su boca, no sé, que me supera más, el asco o el terror.

Quiero mirar a otro lado pero me doy cuenta que estamos rodeados de muchas formas deformes, calavericas y sangrientas... sentados sobre las diferentes tumbas o criptas del cementerio.  Entonces escucho una respuesta muy inusual del hombre frente a nosotros contestando la pregunta.

-¡Mi señora esta feliz de su visita!- 




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