Angeles y demonios

AZ

AZ/ ANGEL DE LA MUERTE

-¡Elea! ¡No!- Una explosión impulso a Hapi a caer con ella en el vacío... Me impulso para caer también con ella y alcanzarla.

-¡Az! ¡Cuídado!- Me grita 

Unos brazos me rodean mi cuerpo y es el tonto oso que no me dejaba bajar las escaleras antes. Me detiene y yo lucho con él. Gertrudis está sacudiendo sus puas para quitarse el monton de muñequitos bebe que son una peste peor que las pulgas. 

No puedo usar mi teletransportación porque está casa esta maldecida, tiene demasiados rituales demoniacos que me mandarían a un abismo. Golpeó su estómago pero es demasiado blando. Me sagó por abajo y le empujo contra la pared. Mi guadaña lo corta en miles de pedacitos. ¡Adios peluche!

Lo bueno de mi arma es que puede actuar ella misma sólo con pensarla. Aún en este estado, ella es fiel a mí como su dueño. Veo abajo y sólo hay vacío, así que grito a Gertrudis y me dejo caer con ella en mi hombro. Sé que es una apuesta muy mala porque es seguro que no caere donde termino Elea.

No quiero preocuparme, ella tiene a Hapi y a esa serpiente apestosa en su repertorio. Al salir de aquí debemos hacerlo juntos, no podemos estar en diferentes lugares. Escucho una explosión de arma de fuego a lo lejos pero no la encuentro. Veo ventanas y puertas navegar en el aire, intento ver si en alguna está Elea hasta que mi cuerpo estrella contro algo duro.

-¡Auchhh! ¡Odio no tener mis poderes!- Murmuro...

Me recuerda a la época cuando era un pequeño demonio en el infierno y no podía defenderme porque todos eran más poderosos que mí.

Levanto mi cabeza y es una habitación. Caí sobre una mesa de comedor redonda llena de platos y copas. Las paredes están decoradas con mascaras y caras de miles de muñecas. Hay flores muertas que despiden un aroma dulce ¡Ni rastro de Elea!

-¡Eres un tonto! -Me recrimino. Me reviso mis mordidas y heridas que me hicieron los muñequitos diabólicos con sus cuchillos y tenedores. Algunos tenían colmillos. Las copas y vasos caen en añicos al bajarme y sacudirme. 

Me enoje con Elea y le grite. Ella no tenía la culpa de mi molestia. Me siento tan inútil al no tener como protegerla. Casi muero con el veneno de Bu, me convertí en una carga y aún lo sigo siendo. Me fastigia tanto estar en este estado.

Mi guadaña se convierte en un collar en mi cuello para mayor seguridad. Sin rastro de muñecos diábolicos. ¡Eso no es normal! Vienen a mi mente muchas preguntas sobre lo que Elea dijo. Descubrió que su hermana murió y fue asesinada de la misma manera que ella. Eso lo entiendo. 

¡Buscar cuales son sus raíces! ¡También lo entiendo! Lo que no le veo lógica es que se asociará con Slaanes. ¿Le habrá prometido algo? ¡No me parece que mienta al decir que quiere ayudar a Elea! ¡El maldito dijo que no sería tan fácil dejarla ir! ¡No confío en él! ¡Slaanes espero que hayas hecho algo allá arriba con Josua! No siento nada nuevo en mi cuerpo... 

-¡Fantástico! ¡Cuando te ponga las manos encima te haré pedazos Slaanes!- 

Es su culpa directa por no haber pensado en los riesgo que metió a Elea al convertirla en su futura reina. No estoy seguro que es un engaño. Ella parece tenerle cariño. Mi mente tiene un raro recuerdo de algo que mencionó Sammy una vez.

Flash Back

******

-¡Un día tendrás a alguien a tu lado! Deberás tomar en cuenta sus sentimientos.-

Me dice Sammy pensativo, desde que llegue a verlo al departamento ha estado callado y disperso. 

-¡Si claro! -¡Tendre suficiente trabajo con todos esos herederos que dejarás en el mundo! ¡No voy a tener nada de eso que dices! -¡El cuál te confimo que no he aceptado esa loca idea niño malcriado!- Me recuesto en el sofá.

-Slaanes ¡Estoy preocupado por algo que hice!- Sammy preocupado de algo, muy inusual, es el tipo más simpático y alegre del mundo.

-¿Al fin te vió tu novia desnudo? Debio ser un trauma-

Me río por la cara de amargado que pone y se acomoda sus lentes. Se acerca al otro sofá  para sentarse.

-¡No juegues!  Me voy a casar con ella pronto... pero- Pierde la vozel y se rasca la cabeza.

-¿Estás nervioso? Es un caso de ¿Cómo le dicen? ¡Nervios prenupciales!... ¿Qué no son las mujeres que lo padecen?-

-¡Por una vez en tu vida puedes poner atención Vejestorio!- Me grita agarrandose sus manos...

-¿Eres virgen? Si es eso lo que te preocupa no me preguntes a mí. ¡No pienso enseñarte como tienes que estar con una chica¡...-

Entonces Sammy levanta su mirada y parece que está apunto de llorar. Vaya esto no si es serio.

-¡No quiero perderla! ¡No es justo guardarle secretos! Tengo que arreglarlo...-

-¿Tan malo es el secreto? ¿Arreglar qué Sammy?-

Los seres humanos son una maraña de ideas, pero respeto la mente de Sammy y rara vez he leído su mente. En él lo siento algo incorrecto.

-¡Ese es el detalle! ¡Alguien que estimas y confias no debes lastimarlo!-




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.