Angeles y demonios

EPILOGO

Tres semanas después...

Escucho la puerta abrirse y Josua entra con una taza de té y unos emparedados. En definitiva es mi persona favorita de este lugar. Los coloca al lado de mi mesa llena de libros y me brinda una sonrisa llena de compasión al ver mi cara cansada...

Cuando Az me dijo que no me lo iba poner fácil, imaginé que no era ninguna broma. Sólo que hubo un añadido a esa afirmación unas horas después. Por tanto ahora empiezo a creer que se esta vengando por todo lo que tuvo que pasar en el infierno más la última sorpresa que le cayo del improvisto. ¡Es muy injusto! ¿Qué culpa tengo yo?

Estoy a punto de sentir que me quiere sepultar dentro de esta biblioteca antes de que mi primera clase comience dentro de... unos días. 

Mi cerebro creo que ya se esta haciendo papilla. Las letras ya empiezan a tener pies y colas. Bajo el libro que estoy leyendo y suspiro con pesadez.

-¿Dónde está mi querido jefe?- Pregunto a Josua que se detiene en el marco de la puerta y sus lentes parecen brillar.

-¿Tiene dudas sobre lo que estudia Señorita Elea? Yo con gusto podría guiarla...-

-¡Por el momento mi mayor problema es que logre terminar de leer todos estos tomos! ¿Realmente necesito toda esta información?- Intentando desviar su atención a mi pregunta inicial. Sé que tiene mucho trabajo encima. 

No se como describirlo pero después de sentirme vigilada a cada segundo, ha desparecido sin dejar rastro. No sé si es otro tipo de tortura para que me estresa pensando en que esta planeando algo peor para mí. Josua observa todos los libros y creo que es milagro que aún sea visible entre ellos. 

-Mi amo no le gusta que lo tomen desprevenido o se olviden detalles importantes...- Me mira aguantando la risa por que sabe que todo esto es un castigo totalmente impuesto por él. 

-¡Lo vuelvo a repetir! ¡No me acordaba de ese detalle! ¿Cuál es el problema?- Mi voz sale con desesperación.

-Además que casi le da un paro a mi señor y al señor Slaanes. -Creo que el problema es que el Alter Ego del Señor Gregor implica ciertas situaciones... Él impuso su  visita sin consultar nada...-¿No sé si me explico?-

Josua me pone ojos curiosos. Quiero golpearme a mi misma, por olvidar informarles que Bell me iba entrenar... y no pensé que tuviera prisa...

Los dos demonios casi me hierven en agua caliente al saber que hice una amistad tan poco saludable para mi alma. Al fin se pusieron de acuerdo en algo y actuaron como si fueran un padre y una madre castigando a su hija ¿Pueden creerlo? ¡Santos chocolates de osito! Lo peor es que no podría hacer nada más que estudiar porque Slaanes también fue castigado...

-¡No es como si ellos dos no fueran peligrosos! ¡No tenian derecho a ponerse tan explosivos!..- Murmuro mordiendo mi emperedado e intentando tomar algo de energía. No es que el pan me traiga la respuesta a mi gran dilema...

-¡En eso tiene toda la razón!... -Pero parece que los dos tienen una vena sobreprotectora... Su esposo se preocupa por su reina ¿No podemos enojarnos por eso? - ¡Aunque ellos lo nieguen ellos dos le tienen mucho cariño!  -Después mira a todos lados como si las paredes tuvieran oídos-  ¡Nunca salieron esas afirmaciones de mí!-

¿Cariño? Por la cara que hizo  Josua al decir la palabra me dieron ganas de reirme. ¡Demonios estúpidos! Parecen dos papás osos... Termino mi emparedado y me tomo mi té. La verdad que esto sabe a gloria... Me duele la espalda... decido estirarme y me levanto buscando el ventanal. Aún recuerdo lo que paso cuando nos reunimos...

FLASH BACK...

-¿Seis meses? ¡Te vetaron seis meses de la tierra!- Le digo a Slannes cuando me informa de su castigo por parte del cielo.

-¡Verás cariño que todo pasará en un abrir y cerrar de ojos!- Comenta comiendose un pedazo de pastel, sin ningún tipo de preocupación.

-¡Yo pensaba que ibamos a intentar buscar pistas!- Murmuro triste, me recuesto en mi silla tocando mi bebida y tomando un sorbo.

-Elea, el castigo que le han impuesto es algo vanal. Pudieron haberlo azotado ó cortado sus alas. ¿Me explico?  -Creo que lo que desean es que te mantengas lo más alejado de él.-

La voz de Az deja de hablar y continua revisando los papeles que le mandaron de notificaciones respecto a  Slaanes y a mí. 

-Eso mismo imagine con esas estúpidas clausulas- Responde Slannes

-¿Qué clausulas?- 

Al ver que no responde ninguno de los dos, me levanto y le quito los papeles a Az sin que me de permiso. Me siento frustrada de muchas maneras.

¿Clausulas para Slaanes? Son 5 hojas donde habla de lo que puede o no debe hacer cuando me visite. Sólo podrá subir a la tierra una vez al mes para verme bajo supervisión de un ¿Ángel guardian? Los primeros dos años... 

-¿Esto es...?-

Les pregunto entendiendo que el cielo me ha tendido una treta para que se me haga difícil las cosas. Otras seis hojas hablan de mí. Habla de un sin fín de pequeños item que manifiestan que si incumplo alguno ellos no tendran más solución que regresarme al cielo. ¿Están tan desesperados?

-¡Realmente pensabas que te iban a dejar tranquila!. -Te aclaro que no es así. ¡Te puedo asegurar que hay minímo 10 ángeles vigilando mi edificio en este momento!- 




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