Ángeles y Demonios

Capítulo veintiuno :Mi destino

—Te ves tan bella, ¿Qué hombre no se rendiría a tus pies? —dijo la madre de Satana, Sally Everlin.

— Madre...¿Y si no le agrado a Jake Williams?

— Claro que le agradaras, eres hermosa, eso también le basta al señor Lucifer.

—Y si....¿Me rechaza?

—Mi hija...—dijo Sally al suspirar—Tú belleza no se compara a nadie ¿Acoso no vez tus ojos?

Que ahora son rojos

— Tu rostro...

Que demuestra solo amargura

— Y tu cabello...

Que me lo quitaría.

—Tú eres la mujer que Jake elegiría. Tú tranquila—dijo Sally al acariciar el cabello de Satana.

—Estaré bien madre..

Mientes

Al llegar al castillo, los nervios de Satana aumentaban.

«Dios, el esta allí. Se va tan elegante»

—Bueno mi señor, hemos llegado — musito Sally enfrente de Lucifer.

Ella sonrió nerviosa.

Cuando entraron Sally se quedo hablando con Lucifer.

Mientras que Satana fue en busca de Jake.

—¿Señor Williams? — llamaba entre los pasillos.

— Mi hermano todavía no está preparado —dijo Jacob detrás de ella.

—oh, buenas señor Jacob Williams—dijo Satana al hacer reverencia.

Jacob se río en voz baja.

—¿Qué pasa ?— pregunto la pequeña Satana.

—Nada , es que...me pregunto por qué tan nerviosa—dijo Jacob.

Ella saco un pañuelo de apresurada, pero este se le cayó al suelo.

— Disculpe mi torpeza.

—No, discúlpeme a mi—dijo Jacob al tomarlo del piso—Las damas son bienvenidas a este lugar.

Jacob en ese entonces era un niño como Satana, solo los diferenciaba la estatura.

Y la timidez...

Él tocó la mejilla de Satana con su pequeña mano.

Ella se ruborizó.

—Gracias—dice al marcharse.

En ese momento se encontró con Jake.

— Hola señorita Everlin—dijo Jake al sonreírle.

—Ho-Hola...—suspiro la niña y luego le hizo reverencia.

—Temo que me he tardado mucho. Mil disculpas—dijo Jake al ofrecerle la mano.

—No se disculpe, de todos modos. Se iban a encontrar, ¿No? — interrumpió Sally.

— ¿Madre...?

—Hijo, muéstrale el camino—dijo Lucifer.

— Si padre—dijo Jake .

Lucifer se percató de Jacob.

—¿Y tu que haces? , ve a decir a tu madre que llegaron invitados.

Jacob fue con fastidio.

—Aquí se encuentra la sala en donde yo y mi padre practicamos varias cosas como posiones demoníacas —dijo Jake.

—Impresionante—dijo Satana al mirar el salón que estaba repleto de libros.

Jake se alejo sin que ella se diese cuanta.

Satana volteo , pero ya no está a su lado.

—¿Señor Williams?

Jake se había ido afuera.

—No quiero corresponder mi amor a ella—dijo al sentarse al suelo.

—¿Paso algo pequeño príncipe? — dijo Rose, su madre.

—Madre...no siento nada por ella ¿Qué hago?

—Mi niño, el amor le llega a cada uno. Se paciente con la pobre niña...ella solo esta ilusionada.

—Pero mamá...no quiero.

—Mira Jake—se sienta a su lado—Si no quieres estar con ella, díselo.

—No se...no quiero lastimarla.

—Se que cuando seas mayor, sabrás que decir—dice Rose al sonreírle.

Jake también le devolvió el gesto.

Satana se encontraba escuchado todo, con tristeza se marchó lejos. Mientras se la caían pequeñas lágrimas.

—¿Pasa algo señorita? — dijo Jacob apoyado sobre la pared.

Satana sólo volteo.

— Tú hermano no me ama.

—¿En serio?

— Lo escuche— le dio la espalda—Hablaba con su madre, diciendo que no le correspondo.

—Mantén la calma, lo veremos cuando seas mayor. Tal vez es timido.

—¿Lo crees? —pregunto ella.

—Si— respondió Jacob.

Pasaron los años y la boda se preparaba...hasta que Satana descubrió que Jake se había marchado sin aviso de nadie. Excepto por una carta que descubrió después:

Lo siento Satana, pero no me casaré contigo. El saber que lo nuestro no es real me apena, pero te doy la oportunidad de que tu también elijas estar con otra persona y por eso...elige tu propio destino

— Maldita seas— dijo Satana al apoyarse sobre el marco de la ventana. —Sigo enamorada de ti, solo pienso en ti...¿.por qué tú no me amas a mi?

Satana salió al patio trasero mientras miraba una navaja que lo había sacado de la cocina.

Cerró los ojos y preparó para apoyar la navaja en su estómago.

—Si no soy nada para ti. Entonces no valgo nada en este mundo—dijo Satana al respirar profundo y acercar más el arma a su estómago.

Alguien la detuvo. Le arrebato la navaja de sus manos y a la vez recibió una bofetada.

— Niña ingrata, intentas suicidarte ¿No? — dijo una mujer de ropaje elegante.

— Madre...

 




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