Angeles y demonios

III. Parte: “Inicio del Viaje”

Caminando sobre la nieve iba Víctor, el frio hacia que el vapor saliera de su boca y nariz mientras respiraba, Víctor atravesaba los pasajes entres las montañas, cruzaba ríos congelados y bosques muertos, la brisa helada cruzaba entre las montañas produciendo un silbido agudo, él no se detenía, seguía y seguía de noche y de día, bajo las estrellas y entre la tormenta fría siempre de frente seguía, camino incluso después que la nieve no se veía y solo se imponía el verde tropical en el horizonte, Víctor ya agotado se detuvo en la oscuridad de la noche y se recostó en el suelo con intención de dormir , mientras lo hacía en su sueño veía una joven hermosa, parecida a su madre, tenía cabello rojo  y largo sus ojos verdes parecían una gema, su elegante vestido blanco, mientras entonaba una canción de cuna, de pronto sus lágrimas comenzaban a correr y en su vestido el fuego se extendía.

Víctor se despertó asustado y desorientado, aún era de noche faltaba poco para el amanecer, a su espalda se escuchaban gritos y lamentos, cuando se dio la vuelta vio un pueblo envuelto en tinieblas, sus murallas oscuras resaltaba una torre, en ella emanaba una luz purpura, Víctor sintiendo   que era peligroso se la vuelta con intención de irse , pero un gran muro negro se interpuso y no solo en ese sino donde el intentara escapar él se encontraba interponiéndose, Víctor al ver que no le quedaba otra opción, comenzó a buscar una entrada para buscar una solución, encontró una gran puerta abierta, dentro había casas y callejones alrededor de un gran  camino de piedra que llevaba a la gran torre, mientras el caminaba notaba las imágenes de personas, Víctor sabían que eran espíritus así que los ignoro y siguió su camino.

Una vez estuvo enfrente de la gran torre, subió  las escaleras y mientras lo hacía veía por las ventanas que los espíritus lo miraban fijamente, una vez arriba Víctor estuvo en frente la gran luz purpura, el sabiendo que de alguna manera esa era la causa de poder escapar avanzó y cuando lo hizo escucho una voz dulce de niña que decía asustada:                    

“No te acerques”

 

       Víctor en guardia preparado para atacar por si estuviese cerca o enfrentando a un demonio, se acercó con cuidado para investigar la misteriosa luz, de nuevo escucho la dulce que lo alertaba:

 

“Déjame sola”

 

El alarmado se abalanzo contra la luz creyendo que era un enemigo, cuando el toco la luz se esfumo, en su lugar Víctor parecía tener un sello purpura en la muñeca izquierda que lentamente desaparecía, Víctor al bajar lentamente  de la torre por las escaleras veía atreves de las ventanas que ya no había casas ni callejones, solo había ruinas al bajar ya no había espíritus en su lugar solo había huesos y esqueletos, también el gran muro negro había desaparecido , en su lugar había aparecido una gran luz blanca en el horizonte , al salir de las ruinas el sello purpura aparecía y susurro dulcemente:

 

“Gracias”



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En el texto hay: demonios y angeles

Editado: 22.08.2018

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