Angelicales: Las Tres Noches

Capitulo 7 Cinco Días Antes

Choster, ciudad Oculta

Scarlett caminaba por los pasillos en los que los libros se movían sobre su cabeza, moviéndose de estante en estante, sus zapatos cerrados provocaban un sonido parecido al que aria el tacón de una secretaria, había piedras azules que hacían la función de lámparas, estaban colgando de cadenas de las columnas de los estantes, había libros acumulados por los pasillos y el cielo que se veía infinito pero que Nick ya había comprobad que tenía un fin. Scarlett doblo la esquina al fin, llego a una pequeña sala en la que estaba Nick recostado en un estante, dormido con unos dos libros en su regazo y Azul estaba a la mesa leyendo un libro, eso nunca entendía Scarlett de él, él sabía todo sobre los libros, pero siempre los leía.

—Parece que está agotado—dijo Scarlett con un todo sarcástico.

Azul dio media vuelta y voló hacia Scarlett, soltó el libro en el aire y este se fue volando hacia quien sabe dónde, a lo mejor era a algún santuario, o tal vez a otra mesa al otro lado de la biblioteca.

—Dudo que despierte hoy.

— ¿Que han descubierto? —Scarlett se recostó en uno de los enormes estantes, azul se acercó volando.

—Es un Audrey, no creí que vería otro de esos además su nombre está registrado, él es un angelical, de eso estoy seguro.

— ¿Y del metal?

—No le he dicho nada sobre el metal demoníaco, pero la última vez que se supo de la existencia de ese metal, fue para la noche oscura, y desde entonces simplemente desapareció.

— ¿Y Brad?

—Él está en una reunión con los líderes en este momento, al este de la biblioteca, al parecer el canciller planea atacar.

—El canciller—Scarlett hizo una pausa, su cabello rojo cayó sobre su frente, con la mano izquierda lo coloco detrás de su oreja—debe ser orden de Clownod, el no haría nada si no fuera orden directa de él.

—Es la verdad—dijo azul al tiempo en que Nick soltó un ronquido que habría asustado a cualquiera.

— ¿Hace cuánto no dormía?

—Los últimos dos días pasó aprendiendo de nuestro mundo, no paro en nada.

—Santos cielos—Scarlett dejó de estar recostada, vio a Nick y luego a azul—iré a buscar a Brad.

—Está bien.

 

 

 

Instituto del triángulo, occultatum

Había movimiento en cada pasillo, los soldados del instituto se movían de un lugar a otro mostrando su poder y protegiendo a él egocéntrico canciller, rondaban cada esquina del instituto para mantener seguro. Lily estaba en su cuarto, veía por la ventana el mar, veía el sol poniente que volvía el agua de un color naranja y las nubes carmesí. Detrás de ella alguien tocó la puerta, Lily ignoro ese toque, tocaron de nuevo y lo volvió a ignorar.

—Lily, soy yo, Mídia.

Al escuchar eso Lily se bajó de la ventana, tomó la capa que está sobre la cama y abrió el ropero que está aún lado del cuarto, entro a él y cerró. Estuvo adentro un par de segundo, escuchando.

—Lily si no me abres entraré por la fuerza—decía en un tono amenazante—dime que hablaste con el canciller.

Lily cerró los ojos, estaba sentada en el ropero, en el interior sólo había un traje, el de luto, colgado al fondo mientras que el resto estaba vacío, en la madera parecía haber tallados, empezaron a iluminarse, eran símbolos que no tenían sentido, círculos y jeroglíficos extraños, abrió los ojos, se puso de pie y abrió la puerta, al otro lado ya no estaba su cuarto, era una cocina, no había nadie en ella pero había comida en la gran mesa del centro, Lily se colocó la capa mientras salía de la cocina, cundo paso a un lado de la mesa tomó un pequeño pedazo de pollo y se marchó comiendo. Llegó a un pasillo largo y decorado con pinturas, como todos los pasillos, pero estas eran de ángeles peleando, de magos siendo quemados. Se detuvo un momento viendo una pintura, extraña, no la había visto antes, era una gran salda, enorme y en ella había dos portales uno a cada lado, abiertos, un grupo de personas se veía al otro lado de cada portal, y en el centro otro grupo de personas aparentemente esperando a las que iban a cruzar, no se distinguía bien como eran.

—Hay tantas pinturas en este instituto que ni una vida alcanzaría para verlas todas—Lily se enderezó y vio a su espalda, era Lay quien le hablaba.




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