Angels like you

Capítulo 6

1.6; INTEGRAR

Max 
La actitud de Isabela me da gracia, no porque sea nueva, más bien porque realmente me parece exagerada para algo tan simple. 
Es dulce. 

El apodo que soltó el chico nuevo no es para tanto, en realidad, los tres tienen una actitud rehacía para con nosotros solo porque no quieren estar aquí, mi padre me dijo bien que esto era un castigo que le habían dado a ellos por su comportamiento en la escuela, entonces no es para nada sorpresivo que estén enojados. 

—Chicos, nosotros vamos a buscar algo para tomar antes de empezar a jugar, ustedes armen los equipos como mejor les parezca, pero no peleen. 
—Te acompañamos —el rubio se pone de pie y le da pequeños golpecitos a su amigo para que lo siga— ¿Te molesta? 
—No, está bien, mejor vamos los tres. Chicas ¿Ustedes que quieren? 
—Yo quiero agua, y Chris también porque la azúcar le hace mal. 
—¡Mentirosa! Yo quiero una gaseosa de naranja. 
—Entonces agua para Cata y una gaseosa para Chris, esta dicho ¿Isa? 
—Lo que quieran, me da igual. 
—Listo entonces, nos vamos. 
 
Xanti toma su mochila y viene tras de mí. 

—¿Por qué la mochila? 
—¿No pagamos? 
—No, es de la cantina, no hace falta. 
—Que cheto. 
—¿Cheto? 
—Si, eso es lo que dijo. 

Creo que a él le caigo mal en serio, no sé bien porque, pero me lo huelo. 
Abro la puerta de atrás y enciendo la luz antes de darme cuenta que ellos ya se me adelantaron y están dentro del lugar. 

—¿Pueden sacar todo esto gratis? 
—No, solamente hoy, para beber, pero todo no —no sé si lo dijeron en serio, pero me da un poco de gracia. 
—¿Dónde está el agua? 
—Allá atrás, pasen y saquen algunas. 
—Genial. 

Guardo las gaseosas en una caja con cuidado y camino hasta la puerta a esperar que vuelvan de donde están. Espero que no todas nuestras interacciones sean así porque nos queda un buen rato de tiempo que vamos a pasar juntos y todos queremos que sea una experiencia agradable. 

—Estamos. 
—Perfecto. 
—Che, ¿y en serio no pueden sacar lo que quieran? 
—No Xanti, no. 
—Pero ¿Tu papá no es director? 
—¿Qué? No, mi papá es el profesor que coordina los grupos de jóvenes. 
—Ahh, por eso nos recibió el ¿No? 
—Si ¿Volvemos? 
—¿Dónde está el baño? 
—Por allá. 
—Vamos y después te alcanzamos en el grupo. 
—Vale, perfecto. 

*** 

Sabrina 
La novia del larguirucho es una chica bastante mandona, no me agrada mucho esa actitud suya de querer ser la jefa de la situación, además, ni siquiera quería venir. Tendría que haberle dicho a Xanti que no. 

El español se apareció primero sin ellos dos y dijo que venían después, y cuando ellos aparecieron, no hizo falta que me dijeran algo para saber que tienen algo entre manos. 
Su actitud los delata. 

Reparten las bebidas entre nosotros y se sientan junto a mi riéndose de alguna cosa, o mejor dicho, de lo que planearon. 

—¿Qué les pasa ahora? 
—Nada ¿Por? 
—Porque los conozco. 
—Pues nada, chicos ¿Empezamos con el juego? 
—Empecemos. 

No sé porque, pero algo me dice que esta noche va a ser interesante. 

*** 

Isabela 
Todo se vuelve bastante un griterío muy rápido porque al final ninguno de nosotros es bueno compitiendo, siempre es así, no sé porque seguimos insistiendo en que esta es una buena forma de relajarnos. 

—Creo que me voy a ir —Max se acerca un poco y medio me susurra. 
—¿Qué? ¿Por qué? Nos quedan algunas rondas. 
—Me siento mal. 
—¿Qué? —volteo a mirarlo— ¿Qué pasa? ¿Por qué? 
—No, no sé. 
—Ven, vamos al baño. 

Tomo nuestras bebidas y me pongo de pie. 

—Chicos, en seguida volvemos, Chris juega por nosotros, por favor. 
—Entonces ya perdieron. 
—¡Malo! 

Nos alejamos con una lentitud bastante desesperante y primero pienso que enloquecí, pero eso refuerza mi idea y abro su botella de agua para darle un trago. 

—Max. 
—¿Qué? 
—¿Quién te dio el agua? 
—Guillermo, como a todos. 
—¿Estás seguro? 
—Si Isabela, yo sí. 
—Creo que esto tiene alcohol. 
—¿Qué? ¡Ay no! 
 
Lo dice realmente angustiado y cuando vuelvo a mirarlo creo que va a soltarse a llorar ¿En serio? ¿Es que está borracho? 

—Voy a hablar con ellos, esto no me parece para nada gracioso. 
—Me siento mal —repite. 
—Tranquilo amigo, no es tu culpa, no te pongas así. 
—¿Les caigo mal? 
—Creo que todos le caen mal. 
—¿A todos les caigo mal? —sé que es cruel pero casi me río de como lo toma. 
—No Max. 
—Si, tiene razón. 
—Max. 

Genial, ahora está llorando en serio. 
 
Ese grupo me cae muy mal. 

*** 

Sabrina 
La pelicorta y Max se perdieron hace rato y de verdad no necesito que me digan nada para saberlo. 
En serio estos dos... 

—Ahora vuelvo. 
—Bueno ¿Ahora todos quieren abandonar el juego? 
—Yo juego por vos Brina. 
—Entonces yo también perdí. 
—Cruel. 

Ni siquiera vuelvo a mirarlo y camino hasta el patio de atrás para tomarme un rato sola, todo esto es una estupidez, no sé cómo a Teo se le puede haber ocurrido. Es un tonto. 

Estoy a nada de encender un cigarro cuando escucho voces en alguna de las aulas, vuelvo a guardarlo y me acerco para encontrarme con dos de los chicos. 

—Ya Max, no llores. 
—Es porque tienen razón, y yo... 
—Shh Maxi, ya está, mejor vámonos y te quedas en mi casa. Después yo voy a hablar con ese grupo. 
—No. 
—Shh, si, vamos. 




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