Angels like you

Capítulo 10

1.10; HUÍR

Max 
Siento que de repente no escucho nada y no sé qué hacer, estoy totalmente en blanco. 
Isabela se suelta de mí y corre hasta delante sin decirme nada. 

No.puede.ser. 

—¡Ale! —las veo abrazarse efusivamente como si nada. 

No entiendo que está pasando. 

—Ey Isa. 
—¿Cómo estás? ¿Qué haces acá? 
—Eh...—no responde en un rato demasiado largo. 

Me mira y es entonces cuando siento que empiezan a funcionarme nuevamente los músculos, sostengo mi bolso con fuerza y tomo una respiración profunda. 
Pensaba que ni siquiera estaba respirando. 
 
—Creo que ya deberíamos subir —Luz me mira— nos van a usar el asiento. 
—Tiene razón, hace como una hora que los estoy esperando, sino subimos sin vos. 
—Bueno —suelta un suspiro de resignación— ¿De dónde conoces a Ale? 
—Es la novia de mi hermano ¿Podemos subir o vas a seguir con el interrogatorio? 

La novia del guía nuevo. 
Claro. 
 
—Bueno ¿Vas con nosotros? —sigue hablando con ella sin tener si quiera una intención de hacer lo que le pido. 

Esto me está exasperando. 
 
—Si, en realidad Teo es el hermano de Brina. 
—¿Y por qué Max no me dijo nada? 

Es lo que me estoy preguntando. 
¿Por qué mi padre no ha hecho mención de esta situación antes? 
 
—Isabela —llama su atención— ¿Podemos subir? Me estoy congelando. 
—Bueno, después hablamos, esta de mal humor por otra cosa. 
—Bueno. 

No es verdad, no estoy de mal humor por otra cosa, es que en realidad no entiendo que pasa y eso no me deja tranquilo. 

—¿Qué te pasa? —me mira mal. 
—¿A mí? Nada. 
—¿Y por qué no me contaste lo de Ale? 
—¿Puedes cerrar el tema? 
—Max... 
—¿Puedes o no puedes? 
—Uy, pelea de pareja —el brasilero aparece de la nada y le dedica a Isa una de sus sonrisas burlonas— ¿Crisis tan pronto? 
—¿No estás en otro grupo, rubio? 
—Si, pero viajamos todos acá ¿Algún problema? 
—No, para nada —sube al vehículo dando duras pisadas, pero a él no le importa porque sigue tras nosotros. 
—Bueno ¿Cuándo empezamos a hacer algo divertido? 

—Creo que te equivocaste de viaje —su amiga medio sonríe por eso. 
—No creas, te aseguro que esto no va a ser nada aburrido. 
—¿Tenes planes? 
—Mejores de lo que te imaginas. 

Bueno, lo admito, siento que me voy a arrepentir. 

*** 

—Bueno chicos —Teo se pone de pie— ahora que ya estamos todos un poco menos perezosos quiero que una parte del grupo lleve sus cosas a dónde van y la otra se queda para ayudarnos a ordenar todo esto ¿Estamos? 

Obtiene algunos asentimientos de cabeza y una parte de los muchachos empieza a marcharse mientras los otros siguen en su sitio. 

—Cuidado con las cosas de los otros por favor. 

Se acerca a su novia y ella le da un último sorbo a su segundo café antes de mirarlo. 

—Quería hablar con vos. 
—Si, me imaginé. 
—No te pregunté antes porque estabas con esa chica. 
—Gracias. 
—¿Entonces? 
—Max es mi hermano. 
—¿Entonces German es tu papá? 
—¿Viste a mí papá? 
—Él es el guía de siempre, no pudo venir este año por otro puesto. 
—Dios, no puedo creerlo. 
—Es una casualidad que no lo hayas visto el último día, él estaba ahí... 
—Él no trabajaba ahí la última vez que nos vimos. 
—Pero eso fue hace mucho. 
—Si ya sé, créeme que lo sé, pero no sé qué posibilidad existía de que hubiese ido a trabajar tan lejos de casa, es muy extraño. 
—¿Y la chica? 
—Es Isa, antes éramos buenas amigas, ya sabes, mi vecina. 
—¿Y qué pasa? 
—No sé, supongo que mis papás inventaron alguna cosa para que nadie haga preguntas. 
—¿Y Max? 
—Seguro me odia. 
—Quizá deberían hablar. 
—No Teo. 
—¿No que tu papá no quería que se vieran? —bueno, ella no quiere confesárselo ahora, pero en realidad su padre jamás se opuso a nada, ella invento eso para sentirse menos culpable— Bueno, acá no está tu papá, o hablas ahora o dejas que te siga odiando. 
—Tampoco me obligaron a nada. 
—Pero supongo que igual deberías darle una explicación. 
—No sé ¿Qué probabilidad existe de que volvamos a vernos después de esto? 

Quisiera ser más fuerte para no pensar que vivir huyendo es su única vía libre, pero no lo es, nunca ha sido tan fuerte. 
Si lo fuese este problema estaría solucionado hace tiempo. 
 
—Mucha ¿O querés volver a lamentarte otros diez años? 
—No sé... 
—Bueno, tenemos tiempo para pensar en eso todavía... 
—Si, espero que sí. 

*** 

Max deja sus cosas sobre la cama y Guillermo las otras en la de al lado. 

—¿Y tú defensora personal, larguirucho? ¿Te abandono? 

Él solo le da una corta mirada y saca un par de sus cosas para ordenarlas. 

En realidad, es un poco en vano que los ordenen en grupos porque al final tienen que estar separados de las chicas a la hora de compartir habitaciones. 

—Bueno, pero que silencio. 

—¡Ya llegó por quién lloraban! —Xanti entra y tira su mochila sobre Guillermo. 
—Idiota, eso me dolió. 
—Era la idea —sonríe— ah, larguirucho, hola. 
—No le hables, es mudo. 
—No te preocupes, no te vamos a emborrachar otra vez. 
—Bueno, gracias —ironiza un poco y deja a los dos amigos solos nuevamente. 

—No sé cómo podés creer que esto no va a ser aburrido. 
—Yo sé que no. 
—No sé si quiero confiar en tus planes después del fail del alcohol 
—Por favor, ese fue un pequeño error. 
—Okey, te doy una segunda oportunidad. 
—No te vas a arrepentir Xanti, te lo prometo, este viaje va a ser memorable para todos. 
—Bueno, basta de frases exageradas que hay que reunirnos para la primera actividad. 
—Recodarme porque tengo que hacer esto. 
—Porque nos vas a acompañar a Brina y a mí. 
—Dios me ayude. 
—¿Viste? Ya te estas adaptando. 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.