Angels like you

Capítulo 13

1.13; CASTIGO

Sabrina 
Lo admito, el mensaje de Teo me molesta demasiado ¿en serio no puede pasar un día sin ser un controlador? es desesperante. 

Ya me ha obligado a venir a esta porquería, al menos debería dejarme en paz. 
pero él no puede, en realidad tiene que tener esa actitud de "soy tan perfecto y hago siempre lo correcto" todo el maldito tiempo. 

Supongo que por eso no tiene una vida. 
Debería conseguirse una rápido porque apenas cumpla dieciocho voy a irme y si tiene esa actitud espero no volverlo a ver, creo. 

—Ah, ahí está. 

Él me medio sonríe, no con alegría más bien con satisfacción. 

—¿Qué? 

Me acerco del todo y veo a Max sentado en las escaleras ¿qué hace él... 

Tiene esa expresión de perrito arrepentido, dios santo ¿me ha delatado? 

—¿Qué hace él acá? 
—Tenemos que hablar. 
—¿Me vas a responder? O respóndeme vos —lo señalo y él apenas me mira avergonzado. 
—Sabrina. 
—¿Qué? 
—¿Puedes calmarte? 
—No, porque si vas a darme un sermón por irme ayer en la noche quiero decirte que tu informante también lo hizo, así que si niñito bueno, si viniste a delatarme espero que también hayas dicho que ya estabas fuera cuando me viste. 
—¡Sabrina! —Teo alza la voz y eso me desconcierta un poco, él suele enojarse, pero no me grita así— Cálmate y cállate, Max no ha delatado a nadie. 

Oh. 

—Sé que anoche saliste, y sé que él también salió, pero gracias por aclararme que estaban juntos. 
—Por favor Teo —no sé qué ha sido esa frase, pero no me gusto— definitivamente no es mi tipo. 
—¡Dios Sabrina! —cierra los ojos con molestia— no necesito esa información ¿Okey? Solo...—suspira— solo quiero que sepan que lo sé. 
—¿Y? 
—Van a tener que quedarse con Ale y conmigo hoy, no pueden salir con los demás. 
—Uff, que tortura, estoy sufriendo tanto. 
—¿Vas a decírselo a mis padres? —por fin él dice algo. 
—¿Qué? 
—Es que no quiero que ellos se preocupen o algo así 
—No, no te preocupes Max, esto va a quedar entre nosotros. 
—Gracias y yo lo siento solo, quería un poco de aire. 
—Supongo, pero tienen que entender que están bajo mi responsabilidad ¿Qué hago si algo les pasa en medio de la noche? Es peligroso. 
—O vos exageras todo. 
—Trato de hacer lo mejor para todos. 
—¿Eso es todo lo que me querías decir? Porque me estoy perdiendo el desayuno. 
—Sí, eso es todo. 
—Gracias. 
—Brina. 

Ignoro eso, no tengo ganas de una frase de hermano mayor, estoy cansada de todos esos sermones, él necesita dejarme en paz, en serio. 

*** 

Max 
Sabrina se marcha y en realidad me gustaría ser tan indiferente como ella a estas cosas, parece que así todo es más sencillo, aunque no lo sé, y no me incumbe. 
Y tampoco está bien que haga suposiciones sobre la vida de los otros, pero en realidad últimamente no puedo dejar de pensar en demasiadas cosas estúpidas, supongo que, aunque no quiere mi mente trata de evadir la obvia situación de que estoy tan cerca de mi hermana, o de la que se supone que es mi hermana porque en realidad creo que no la conozco más. 

Ni ella es la helena que vivía conmigo ni yo soy el mismo chico que creía en ella hace años. 
Pero eso no lo hace más sencillo. 

Ni cambiar ni pensar en demasiadas cosas para tapar ese pensamiento. 
quisiera saber que sí. 

—Ey. 
—Ah sí, yo...—no sé qué debería decir en realidad, nunca me habían castigado antes. 

Además, no pensé que iban a descubrirme tan rápido. 
Todo esto fue una terrible idea, mamá tenía razón. 

—No te preocupes, se le va a pasar, ella es agradable cuando quiere. 
—Lo sé. 

Fue muy amble ayer con su compañía y lo de la fogata, no sé, creo que está enojada con él. 

—Mira —se acerca un poco— sé que no me conoces, y estoy seguro de que esto es raro para vos, pero, dejando de lado el hecho de que helena y yo estamos juntos, quiero decir, si necesitas hablar de algo podés acercarte ¿Sabes? 
—Ajá, sí. 

«Por favor» 

—Y sobre Ale. 
—No. 
—¿No qué? 
—No me importa lo que ella te haya contado, está todo bien. 
—Sé que pasaron años, y todo esto es complicado, pero quizá... 
—No, no hay nada de qué hablar. ella quería irse, y se fue, y yo estoy bien, no hay nada que cambiar. 
—Supongo que es muy pronto... 
—No, es muy tarde. 

Sí esperaba inspirar algo de confianza, lo ha arruinado con lo de Alejandra. 
Primero, no tiene idea, segundo, no debería meterse en lo que no le incumbe. 

—Voy a la cocina después del desayuno. 

Repito, esto ha sido una pésima idea, ya no lo soporto y solamente van dos días, parece que queda una eternidad. 

*** 

—Ey —Isabela me golpea un hombro y se sienta a mi lado quitándome un auricular— esa canción es deprimente —se ríe— ¿Qué pasa? 
—¿Qué pasa? 
—Si ¿Qué pasa? ¿Ya estás de vuelta? 
—No te entiendo. 
—Yo no te entiendo, estuviste años queriendo venir y ahora estas como en un rincón todo el rato, además, Alejandra estuvo de viaje mucho tiempo y solo la ignoras ¿Están peleados? 
—No. 
—¿No? Esa es tu única respuesta, porque pasa algo y no me estás diciendo. 
—No pasa nada Isabela. 
—¿Es por el mes? Porque yo sé que es difícil para todos, pero no tenés que sentirte culpable por no estar con tu mamá, tu papá está con ella, tranquilo. 
—No me siento culpable. 
—¿Entonces? —me quita el otro auricular y se queda con ellos en la mano—. Te conozco. 

«Claro que no» 

—Siempre sé cuándo no estas bien y no sé porque ahora no querés contar conmigo. 
—No sé de dónde sacas esas ideas, todo está en orden. 
—No parece. 
—Sí, solamente, esto es raro, nunca he estado lejos de casa tanto tiempo. 
—Ya sé, pero tenés que pasarla bien también. 
—Seguro, lo hago, de verdad. 
—Te fuiste de la ronda anoche. 
—Si. 
—¿Por? 
—Porque tenía algo que hacer. 
—¿Con Sabrina? ¿No habían discutido? 
—Sí, solo quería disculparme por cómo le hablé y pensé que era el momento. 
—Ah, claro. 




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