Capítulo 15

1.15; OPORTUNIDAD

—Ey ¿Te ayudo con eso? —Xanti se acerca a la pelicorta y toma algunas cosas de sus brazos para aliviar su carga. 
—Gracias badboycito. 
—Bueno chica, no me había dado cuenta que eras tan alta. 
—Pero al menos no me hago la mala. 
—Sos cruel. 
—Soy sincera con amor. 
—Por favor —ordena los libros con cuidado en su sitio. 
—¿Por qué castigaron a tu amiga y Max? 
—¿Quién te dijo que los castigaron? 
—Fede. 
—Ah. 
—¿Es porque discutieron ayer? 
—No sé, no le pregunté, pero no creo...ni idea la verdad. 
—Lastima, Max es bueno con los discursos de moralejas. 
—¿Sí? 
—Mhm, es la primera vez que viene, pero él se encarga de los niños en la iglesia, siempre sabe cómo explicarles las cosas. 
—Se nota que es muy dedicado con todo eso. 
—Bueno, su papá es el mentor de la clase, obviamente siempre viene con él. 
—Claro, es una vara muy alta. 
—Pero Max es súper bueno con todo, supongo que no debe ser difícil para él, aunque lástima que lo castigaron, nunca lo habían hecho. 
—Quizá no los castigaron y entendieron mal. 
—Puede ser porque eso es muy raro. 
—Tu amiga no habla mucho ¿No? 
—¿Christina? 
—Mhm... 
—Es que desde que le pusieron alcohol a la bebida Max está algo desconfiada. 
—Mala jugada, lo sé, fue idea de Guille, pero admito que no fue un buen comienzo. 
—Yo creo que a él no le caemos muy bien, ni a Sabrina. 
—Brina es dura, pero no es nada personal con ustedes, creo, ella es así con todos. 
—Ah. 
—Pero es agradable. 
—¿Y por qué te castigaron? 
—Porque me escapaba mucho de clases y se cansaron —se ríe de eso. 
—¿No te gusta estudiar? 
—Me aburren algunas clases, y siempre encuentro algo más interesante que hacer. 
—¿Cómo? 
—No sé, cosas... 
—Okey... 
—Pero en realidad creo que esto no es el mejor castigo del mundo, en realidad creo que es divertido. 
—¿En serio? 
—Si, no sé qué pensaban cuando nos mandaron aquí, pero a mí me agrada. 
—Me alegro, es lindo para todos. 

Acomoda el último cuento de su torre y se pone de pie para volver dónde los demás. 

—Y no te preocupes por Chris, a ella le caes bien, solo necesitas un poco más de mérito eh. 

*** 

Sabrina se sienta en uno de los escalones y apoya su taza sobre sus rodillas un segundo. 
Sin toda esa gente vomitando amor por doquier esto es menos molesto. 

Ve a Max a lo lejos sentado en la nieve con su biblia en las piernas. 
Ya lo ha dicho, él da un poco de miedo con esa actitud, o quizá es solo que le molesta no poder descifrarlo del todo. 

Deja su taza de chocolate a un lado y abre su mochila para sacar su propia biblia y al abrirla se encuentra con un montón de colores por todos lados. 
Teo es un tonto por no haberse desecho de ella, y ella una tonta por haberla traído. 

¿Qué esperaba? ¿Una reconexión? 
Si, esa es su parte de niña tonta. 

Se pone de pie dejando la bebida caliente atrás y se adentra un poco en el bosque para volver al mismo sitio donde ha ido la noche anterior, al menos así su hermano no va a poder recuperarla. 

Se detiene a un lado del borde y la abre otra vez para arrancar una hoja y dejarla caer al vacío. 

"—¿Qué hago? 
—Busca tu versículo favorito, quiero marcarlo. 
—¿Para acordarte de mí cuando lo leas? 
—Mhm. 
—A ver—toma el libro entre sus manos y lo pone en la mesa para buscar con concentración entre las hojas— este, me encanta. 
—También me gusta ese... 
—Lo sé, es lindo ¿No? 
—Si... 
—Entonces déjame marcarlo por vos —la chica le alcanza el resaltador y la mira pasarlo sobre las oraciones correspondientes— me alegra que cada vez que lo leas te vayas a acordar de mi porque es justamente lo que yo siento por ustedes. 
—¿En serio? 
—Sí, además, yo siempre voy a estar para ustedes, a pesar de todo" 

Arranca la otra hoja y la hace un pequeño cuadrado para guardarla en uno de sus bolsillos con un poco de molestia, que en realidad no es eso, solo es su forma de hacer las cosas. 

Deja el libro a un lado y lo cubre con escombros y nieve. 

Lo único que quiere es que su hermano no la encuentre, y ahí no lo hará... 
Y obviamente no va a aceptarlo, pero al menos así tiene alguna oportunidad de arrepentirse y volver a buscarla. 

*** 

Max 
Ordeno las cosas dentro de la maleta, otra vez, y no siento que ayude en nada. 
No puedo comprenderlo, esto funcionaba en casa. 

—No puedo creer que hayas tirado tu té ¡Dos veces! Sos un idiota —escucho carcajadas. 
—¿Qué? No había forma de mantener el equilibrio —tira su mochila sobre la cama y le da un golpe en el hombro a su compañero— además idiota será tu hermano. 
—Inexistente. 
—Espero que la comida este ya porque me muero de hambre. 
—En serio, no es normal que una persona tenga tanta hambre. 
—No hables de ser normal y acompáñame a ver si encontramos algo que comer. 

Salen de la cabaña de nuevo dejando sus cosas en el suelo, bueno, supongo que de eso se trata la idea de convivencia. 

—Eh disculpa Max —volteo y me encuentro a Xanti asomado a la puerta. 
—¿Mm? 
—¿Sabes dónde está Brina? 
—No, estaba en la cocina hace rato. 
—Gracias —casi sale, pero otra vez vuelve sobre sus pasos— ¿No nos acompañas? 
—Bueno. 
—Genial. 
—¿Y qué tal la lectura de hoy? 
—Uff, complicado supongo, yo soy pésimo para explicar cosas y además soy medio lento —sonríe— además no me estaban prestando atención, había unos cubos de colores que eran más interesantes que caperucita roja. 
—Lo sé, créeme, es como hablar con la pared a veces. 
—Cata me dijo que siempre te va bien. 
—Nah, exagera, solo hago lo que puedo. 
—Pero al menos puedes lograr atención en tu persona. 
—Demasiada diría yo, es mejor que nadie te vea y puedes fingir que lees. 
—Ay, pero mira el chico bueno. 
—No todos somos solo una cosa. 
—Me quedo con eso entonces —sonríe de forma graciosa, no sé qué cree que quise decir— ah, y repito, siento lo de la borrachera del primer día, espero que sepas que no es nada personal. 
—Lo sé, tranquilo, no fue para tanto. 
—Genial entonces, empezamos de nuevo. 
—Como si nada hubiera pasado.