Angels like you

Capítulo 16

1.16; ENFRENTAR 

Max 
Trato de desenterrar mis esquíes con fuerza y para mi mala suerte, no puedo moverme antes de que el guía este completamente junto a mí. 

—¿Todo bien por acá? —Teo se acerca un poco dónde el español y este solo asiente mientras quita nieve de sus rodillas— Es complicado ¿No? 
—Si. 
—¿Y qué tal está mañana en la cocina? Porque me agrada no tener que ocuparme de eso —sonríe y creo que quiere que me ría también, no entiendo que es lo gracioso. 

No somos amigos y no vamos a serlo. 
En serio, debería entender eso de una vez. 

—Bien, no ha sido tanto, supongo que porque era el desayuno nada más. 
—Puede ser, además es increíble la cantidad de comida que tiran al suelo, es como si fueran niños aún. 
—Si, al final no era todo tan organizado como decían. 
—Es la efusión de los primeros días. 
—Supongo... 

Logro quitarme un poco de nieve de encima e intento alejarme, no puedo, carraspea y vuelvo a mirarlo sin muchas ganas. 

—Quería decirte una cosa. 
—¿De? 

«No preguntes si no quieres saber» 

No quiero ser hostil ni maleducado, pero en serio, no puedo con esta situación. 

—Mira, sé que está mañana... 
—No deberías continuar. 
—Sé qué crees que no sé nada, pero... 
—No lo creo, lo sé, no sabes nada. 
—Escúchame yo creo que deberías darle una chance de... 
—Escúchame bien Teo —me quito los zapatos directamente, no tengo tiempo para esto— yo no tengo nada que hablar con Alejandra, si quieres estar con ella y creerle lo que sea que te diga es tu problema, pero déjame en paz, en serio para de una vez con esto. 

No sé bien donde inicia, pero el tema me duele en alguna parte y no puedo tragarme bien las lágrimas. 
Teo es un idiota, no tiene idea de nada y además no sabe cerrar la boca. 

Solamente llevo dos días aquí y ya no sé cómo voy a soportar el resto si todo sigue por este camino. 
Debería haberle hecho caso a mamá, y juro que habría sido más fácil aguantar la rutina que enfrentarme a Alejandra de esta forma. 

*** 

Sabrina 
No sé dónde se ha metido Xanti, pero juro que esto no se va a quedar así, es un idiota, un completo idiota. 
Guillermo también, pero él siempre lo ha sido así que no espero otra cosa por su parte. 

No sé quién lo hubiera dicho, pero correr sobre nieve es realmente agotador y en serio no sé dónde se ha metido este par. 

Creo que son predecibles así que me cuelo entre algunos de los quioscos del lugar y en vez de encontrarlos a ellos encuentro a Max sentado a un lado, intento irme sin que me vea porque no quiero invadir su privacidad, pero entonces voltea y me quedo estática unos segundos. 

Parezco una especie de stalker. 

—Lo siento yo...—que incomodo— buscaba a mis amigos. 
—No pasa nada. 
—¿Estas bien? 
—¿Yo? Sí, excelente —se seca las mejillas y se pone de pie. 

Es irónico, pero no sé si se burla de mí, no creo. 

—No tienes que irte, yo ya me voy. 
—No, no importa. 

Creo que debería decir algo, aunque no sé qué. 

—¿Por qué tus amigos se están escondiendo? —cambia de tema, y lo agradezco un poco, pero no sé, no estoy convencida si es lo correcto. 
—Me tiraron para burlarse de mí. 
—¿Qué? 
—Digo, no directamente pero más o menos así que ahora huyeron y Catalina y yo los estamos buscando. 
—¿Cata? 
—Ah si, ella estaba ahí. 
—¿Y la supervisión? 
—No hay nadie, Teo y Ale se fueron. 
—Hacen todo menos trabajar. 

Lo dice muy serio e intuyo que no le caen muy bien ahora. 
Les dije, ellos son muy controladores. 

—Te dije, solo fingen que tienen todo bajo control, pero no de la mejor manera. 
—Sí, ahora entiendo que querías decir —vuelve a colocarse los guantes y camina de vuelta donde los demás— ¿Ahora tú te quedas aquí? 
—No, pero si ves a Xanti avísame. 
—¿Piensas devolverle la broma? 
—No, yo no voy con bromas...—parece que eso le causa gracia— Ah, perdiste los dientes otra vez. 
—¿Y tú? Vi esa foto que subió Cata. 
—Fue de imprevisto, no tuve tiempo de mostrar mi deslumbrante dentadura. 
—Ah claro, tiene sentido. 
—En serio, yo no pierdo oportunidad para presumir mis dientes español, y créeme, los tuyos están bien, no los escondas —escucho risas a lo lejos y él voltea primero. 
—Creo que ahí están tus... 
—Lo siento, tengo que seguir corriendo —asiente y Xanti empieza a correr cuando me ve— ¡Xanti basta! No voy a cansarme eh.  




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.