Angels like you

Capítulo 19

1.19; NIÑO BUENO

Christina juega con Catalina al "mesta" y Guillermo no entiende bien de que va la cosa así que les mira raro: 

—Veni, juga conmigo Guillee. 
—No sé lo que dice. 
—Yo digo: me esta gustado un chico que anda en bicicleta con pantalones cortos, camisa camiseta, yo le tiro un beso, él me tira dos, yo muy enojada le canto esta canción... 
—A ver, yo quiero, pero juguemos al de los números. 
—¿Qué? 
—Ese de: el viejo McDonald tenía una granja... 
—No, no sé. 
—Bueno fue. juguemos a picachu. 
—Pero entre todos no se puede. 
—Competimos fue... 
—Chicos lamento interrumpir su sesión de actividades recreativas, pero necesito que empiecen a traer sus cosas así nos vamos. 
—Queda la competencia pendiente. 

Algunos corren a por sus mochilas y vuelven con prisa donde Teo para ponerse de acuerdo y subir primero al transporte. 

—Miren quien decidió aparecer. 
—¿Estaba desaparecido y no me entere? 
—¿Dónde fuiste? —ella ignora su intento de chiste. 
—Estaba ayudando en los armarios de arriba. 
—Ah, qué bueno que te veo porque esta mañana el insoportable de Guillermo me quito la oportunidad de hablarte. 
—Espera —frena en seco. 
—¿Qué? ¿Qué pasa? 
—Es que no te conté... 
—¿Qué cosa? ¿Estás bien? 
—Tengo una condición. 
—¿De qué? 
—Que me impide responder cualquier tipo de interrogatorio —ella lo mira mal y solo se ríe. 
—Sos un tonto Max, me asustaste. 
—Soy buen actor. 
—¿Crees? 
—Yo te vi muy asustada. 
—Quizá la buena actriz soy yo. 
—Mhm, finge luz, finge. 
—Además, no te iba a hacer un cuestionario. 
—¿No? entonces eres tú la que tiene algo. 
—¿Ves cómo sos? 
—Adorable. 
—Cállate —le da un leve empujón—. No sé si prefiero al Max que me ignora o al Max intento de comediante. 
—Puedo ser ambos. 
—Ja ja —ironiza— ¿Te quedas en la ronda de hoy? 
—Probablemente, quizá, uno nunca sabe. 
—Pero, hoy no puedo hablar seriamente contigo ¿no? 
—Depende a que Max se lo preguntes. 

La deja subir primero al vehículo que ha llegado minutos atrás y piensa caminar de nuevo a su sitio antes de que ella lo frene. 

—Tengo una duda pequeña...—medio susurra. 
—Isabela. 
—¿Por qué ella ayer tenía tu abrigo? 
—¿Por qué su amigo nos obligó a estar en la nieve sin razón? 
—Mhm...ve, ve con tu nueva mejor amiga. 
—Ah, yo pensé que podía quedarme aquí pero ya veo que está reservado para cierto rubio. 
—Chau, ahora voy a ser yo la que te ignore. 
—¿Ahora lo entiendes Isabela? 

Asiente medio en burla y se marcha al fondo junto a la morena. 

Por un segundo tuvo miedo de que en realidad alguien hubiera visto su discusión con Alejandra. 

—Permiso —toma su lugar y ve a la chica medio sonreír—. Ey, no te burles. 
—¿A quién le pedís permiso? ¿Al asiento vacío o a mí? 
—Bueno...—deja su mochila en el suelo. 
—Y dime ¿Cuál es ese plan que tienes para que nos castiguen en la próxima tarea? Porque yo ya trabajé suficiente como para un año. 
—Algo se me puede ocurrir. 
—Okey, cuento con tu palabra. 
—Vale... 

*** 

—Dejen sus cosas y vayan al comedor a buscar su comida ¿Okey? 
—Si capitán —Guillermo vuelve a repetir la seña de la mañana y Teo solo niega. 

Ellos son así. 

—Eu amor —se acerca a la pelirroja— ¿Por qué esa mirada? 
—No sabes lo que paso. 
—Creo que puedo adivinar... 
—Uff...esto no debería ser así. 
—¿Y cómo esperabas que fuera? 
—No sé, es que, en realidad, quizá...nunca lo había pensado. 
—Ya... ¿Qué paso? 
—Nada, él estaba en el patio sin campera y le estaba diciendo a todos que fueran por su abrigo, pero a él no le hizo gracia y no sé porque elegí ese momento, pero le pedí perdón. 
—Ya...esto es difícil para los dos. 
—Sí, pero quizá no debería seguir insistiendo porque yo te tengo a vos, que estas para mí y sabes la verdad, pero él no...parece que papá y mamá les dijeron a todos que era un viaje para conocer nuevas culturas y reconectarme conmigo misma o algo así, es lo que me dijo Isabela. 
—Bueno...—en realidad no sabe que decir porque nada parece ayudar— aún quedan algunos días. 
—Sí, pero quizá no es el lugar. 
—Ale, mira, yo te conozco y sé que, si no hablas ahora, si no haces algo ahora, vas a quedarte con eso todo el tiempo callado. ahora él ya es grande y puede oírte y sacar sus propias conclusiones sin que nadie intervenga, entonces creo que tenés que aprovecharlo y no poner excusas. 
—¿Y si igual me odia? 
—Todavía hay tiempo para el proceso, pero primero tenés que hablar, sino nunca vas a dar el primer paso. 
—¿Sabes que sos muy sabio? 
—¿Yo? 
—Sí, él más sabio y él más lindo. 
—Que exagerada. 
—Y solo mío. 
—Por supuesto mi pedacitodesol —ella lo abraza— todo va a ir a mejor, vas a ver que sí. 
—Espero que tengas razón. 

*** 

Sabrina 
Salgo del comedor y camino a la cabaña de Xanti para buscar entre sus cosas para molestarlo porque desde la mañana está insoportable y no pienso dejársela pasar. 

Además, la comida se hoy no me gustó así que me pone de muy mal humor haber trabajado toda la mañana y no tener nada bueno que comer. 

Voy bastante metida en mis cosas, y no sé porque suponía que no habría nadie, pero cuando abro la puerta y entro apenas noto a Max sentado en su cama. 

—Ay —volteo y él me mira medio confundido. 

Probablemente por entrar así a su cabaña. 

—Venía a buscar algo que me pidió Xanti, no sabía que estabas acá. 
—No pasa nada, aunque esas son las cosas de Guillermo creo... 
—Claro... ¿Qué haces acá? Están comiendo. 




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