Angels like you

Capítulo 20

1.20; JUNTOS

—Eso fue divertido.
—Solo fuimos a comer, pero te entiendo —se ríe un poco de su absurda emoción ante un simple escape.
—Gracias por acompañarme —suelta de la nada—. Sé que casi te arrastre a esto.
—¿Por qué sería así?
—No sé, por un momento pensé que por el beso...pues...—ella lo interrumpe.
—El beso fue perfecto ¿Okey?
—¡Ah chicos! —Christina aparece desde algún lado—los estábamos buscando.
—¿Qué? —el chico frena en seco un poco alarmado.
—Vamos a empezar a jugar.
—Ah —Brina casi se ríe de su actitud— ¿Jugar a qué?
—A competir Brina, duh, ustedes dos son de mí equipo.
—Bueno...veamos de que va esto.

...

—¡Por fin! ¿Dónde se habían metido?
—No importa porque ya estamos acá.
—Últimamente cada vez que desaparecen vuelven juntos ¿No es raro?
—No, el raro sos vos, es pura casualidad.
—Cuantas casualidades.
—¿Para eso nos buscaste?
—No —Isabela interrumpe— vamos a empezar a juntar puntos por equipos, siempre tenemos equipos armados, pero como ahora hay gente nueva pensamos en hacerlo por sorteo y ustedes dos están en el equipo de Chris.
—¿Los dos?
—Sí, son cuatro nuevos: Xanti, Guillermo, Max y tú. Dos en un equipo y dos en otro.
—Ah, menos mal que Xanti y Guillermo están en el mismo equipo entonces porque no los soporto cuando compiten.
—Ay por favor, yo no soy competitivo
—No lo decía por vos Xanti, además siempre pérdes.
—Mentira, son calumnias.
—¿Calumnias? ¿Te compraste un diccionario? Últimamente estas usando muchas palabras que no sabía que conocías.
—Ja ja, vas a ver como mi equipo le gana al tuyo señorita burlas.
—Bueno, si eso queres creer.
—Bien, empecemos, primero vamos a buscar caramelos en la harina porque hace mucho frio para salir afuera.
—Y si, estamos en Bariloche, no podemos esperar a que haga calor.
—Se entiende —le da una mala mirada a la chica— pero empiezan Guillermo y Max.
—Va, entonces va,
—Prepárense para perder —suelta Guillermo y hace un gesto con los dedos como diciendo que los están vigilando.
—Dramitas.

Una chica trae dos boul's llenos de harina y los pone en una punta de la mesa cada uno para que los chicos tomen su sitio mientras otros de sus compañeros atan sus manos en su espalda para que no hagan ningún tipo de trampa.

—Van a tener un minuto y él que saque más caramelos, que tienen que hacerlo uno por uno porque si no no vale, gana.
—¿Listos?
—Siempre linda—el rubio le guiña un ojo y ella niega.
—Entonces en tres, dos, uno...ahora.

Todos los presentes hacen porras para el competidor de su equipo mientras Isabela dicta el tiempo que queda para que termine el juego.

Los dos chicos tienen la cara y la ropa repleta de harina, cosa en la que no habían pensado antes, pero sin embargo se detienen muy pocas veces a dejar los caramelos a un lado antes de volver a meter sus narices al boul y seguir con su búsqueda.

Algunas veces se ahogan por la prisa, pero a pesar de eso parecen ir algo parejos en lo que puede distinguirse a primera vista.

—Ocho —todos se unen a su coro— siete, seis, cinco, cuatro, tres, dos y...¡uno! listo.

Las mismas chicas que habían puesto los recipientes en primer lugar los retiran y se acercan para empezar a contar los caramelos:

—Empecemos con Guillermo.
—Gracias preciosa.
—En serio, no puedes seguirme coqueteando cuando pareces, no sé, un fantasma —medio se ríe y Xanti la acompaña— ahora sí, a contar.
—24 —anuncia.
—¡24! —repite—. Buen número chico nuevo —él sonríe con arrogancia— ahora Max.
—25...
—No puede ser.
—Son 25, estoy segura.
—Entonces el equipo morado empieza con ventaja ¡felicidades chicos!

El rubio pierde su sonrisa y guarda silencio, en realidad odia perder y más contra ese chico que no termina de ser de su agrado.

—Espero que el premia sea que van a lavar mi ropa o algo.
—Muy gracioso maximito, pero no, solo vamos a ir sumando puntos.
—¿Y qué ganamos?
—¿El placer de ganar?
—Uy ¿Solo eso?
—Bueno, y quizá puedan elegir donde vamos a ir a comer el último día de campamento y por fin comer comida mejor.
—Ey —la persona encargada de la cocina hoy le tira un caramelo y ella se ríe.
—Sin ofender a nadie, todas las comidas fueron igual de horribles.
—Menos la nuestra, obvio —suelta Brina.
—Entonces espero que los castiguen pronto a ustedes dos.
—Espero lo mismo entonces...

Max solo se ríe de su chiste y sale fuera de la sala para sacudir un poco su ropa antes de que se ponga peor.

—Eu.
—Ey —sigue con lo suyo mientras Isabela se acerca un poco donde esta para sacudir sus hombros—. Así que ¿Dónde estabas?
—Al final, aunque me aleje de mis padres veo que sigo teniendo un control —medio sonríe para que ella no se sienta tan mal pero no lo consigue.
—Me exprese mal, tonto —niega— quiero decir ¿Si estabas con la chica? —menea sus cejas divertidas.
—Quizá sí, quizá no ¿Quién sabe realmente?
—No seas tonto —sonríe— contame.
—No hay nada que contar.
—Está mal mentir Maximiliano Fernández.
—¿Qué quieres saber exactamente?
—¿Qué pasa? Amigo, es tu primer amor correspondido, quiero chisme.
—¿Cómo lo dices así, Luz? Eres cruel.
—Bueno, en mi defensa yo nunca me enteré de que te gustaba.
—Ah si —se siente un poco avergonzado por el tema.
—¿Fue hace mucho?
—Más o menos
—Pero ¿Cuándo éramos amigos o cuando éramos mejores amigos?
—Conocidos —suelta.

Eso si fue hace mucho, en realidad ella antes era buena amiga de helena y ya después con él tiempo su relación con Max paso a ser más cercana, cuando ella ya no estaba cerca.

—Ah, pero yo no hice que te pusieras triste ¿cierto? porque eso me haría sentir muy mal.
—No luz, eso fue hace mucho, además.
—Okey —concluye el tema— entonces volvemos a Sabrina.
—No, no volvemos.
—Daleeee.
—¿Qué?
—¿Cómo qué?
—Nada Isabela ¿Qué quieres que diga? No hay nada que contar.
—Pucha, que aburrido eres amigo.
—¿Y tú? ¿Quieres contarme que son esos guiñitos con el rubio?
—Nada.
—Pero te vi en twitter.
—Y yo te vi en el twitter de ella.
—Estamos a mano entonces, quedemos en que no hay nada los dos y ya no más preguntas.
—Siempre sales ganando, me caes mal.
—Mentirosa, yo sé que me amas.
—Sisi, porque eres adorable, ya sé.
—Lo soy, además soy del equipo ganador hasta ahora.
—No por mucho tiempo, no voy a dejar que un novato nos quite la victoria invicta al equipo amarillo.
—Van a tener que tener cuidado eh.
—Eso quisieras.
—Bueno, pero que pasa acá con irse del grupo —Jimena se asoma a la puerta—. Chicos, vamos a elegir la película del jueves ¿pueden entrar?
—Ay sí.
—¿La película del jueves?
—Te dije Max, vemos una película juntos, como en una pantalla y así, es super divertido.
—Va, pensé que ya la tenían elegida.
—Pues no, es por voto popular, o más o menos.
—Bueno, mejor ustedes entren y yo voy a ir a buscar otra campera porque creo que esta no va a cooperar.
—¿Pero la tuya no la tiene Sabrina?
—Si, voy a pedírsela.
—Y después me dices que no pasa nada, pero esa sonrisa—toca una de sus mejillas y vuelve adentro—ahora le digo que venga.
—Gracias querida, no tenías por qué ser tan amable.
—Sisi, como digas, mentiroso.




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