Angels like you

Capítulo 22

1.22; COSAS POR DECIR 

Sabrina toma su lugar e intenta averiguar cuál es la canción que los chicos están finalizando, pero no lo consigue. 
Cree que a veces son entretenidos, pero definitivamente lo suyo no es estar rodeada de toda esta gente que vomita amor porque le cansa, prefiere un poco más las cosas más tranquilas. 

A veces le gustaría decirle eso a la Sabrina del pasado y quizá hoy, las cosas serían otras. 

—Que Max cante —Isabela toma la guitarra y se pone de pie. 
—Eh, no no. 
—¡Dale! 
—No no, me da vergüenza. 
—No te da vergüenza en el karaoke de la escuela. 
—Luz. 
—¡No seas aburrido! 
—Bien, pero solo una. 

—Lo logre —asiente triunfante y le entrega el instrumento para volver a su sitio. 
—Pero ¿Cuál? 
—Sorpréndenos. 

Sentía el viento contra mi cara, 
Me daba miedo decir mañana, 

Sentía pena lluvia, en el alma, 
Estaba solo y no sentía nada, 

Y digo gracias, contigo gracias. 

Solo te vi, tan dulce, 
Solo te vi, tan ángel, 
Me fui a buscarte y encontrarme. 

Solo te vi, tan dulce, 
Solo te vi, tan ángel, 
Que fui a buscarte. 

Sentía besos que no besaban, 
Sentía manos que no tocaban, 
Sentía la piel al rojo vivo, (I)

Se ríe de alguna cosa que en realidad los demás chicos no entienden porque están prestándole atención a sus palmas u otras cosas, y para su suerte, ignorando su escena personal con la morena que solo niega divertida ante su invitación a acompañarlo. 

Entonces, sin que ella se lo espere, se pone de pie y se acerca para sentarse a su lado casi dejándola sin opción de rechazar su idea de un dueto: 

Sentí tus alas y no tuve frio, Y digo gracias, contigo gracias, 

Solo te vi, tan dulce, 
Solo te vi, tan ángel, 
Me fui a buscarte y encontrarme. 

—¡Ah! Me encanta, yo también quiero cantar en dúo. 
—Cuando quieras belleza. 
—No gracias, renuncio a mi sueño. 
—Que aburrida linda. 

Ella ya no responde, solo le da otra mala mirada y después lo ignora. 

... 

Sabrina 
Aunque esto viene desde el principio, siempre que veo a Guillermo ser rechazado por Isabela, no puedo contener la risa, él es un tonto. 

—Bueno chicos, me encanto su intervención musical, pero tenemos que empezar porque después no queremos desveladas como las de anoche. 
—Ay, si ni se notó Teo. 
—No, solo los llame cien veces esta mañana. 
—Dramitas —suelta. 
—Si si, como digan —le entrega su taza a Ale y se pone de pie para continuar hablando— bueno hoy queríamos probar una dinámica diferente y quizá podría gustarles. A veces hay cosas que no podemos decir, independientemente de la razón, todos tenemos cosas que quedaron a medias —algunos asienten— No hace falta decir porque, ni a quien, si no se sienten listos para decirlo está bien, solo sepan que pueden sentirse seguros ahora ¿Okey? —toma asiento nuevamente mientras algunos, nuevamente, responden afirmativamente a su pregunta— ¿Alguno de los chicos nuevos quiere empezar? 
—Yo empiezo —Xanti se ofrece y le ceden la palabra, me sorprende un poco, lo admito— Bueno, me hubiese podido decirle a mi abuelo que tenía razón con lo de la cocina —sonríe— y que hubiese sido divertido aceptarlo antes para tener más cosas en común, y eso, nada más, y que lo extraño supongo. 
—Gracias Xanti. 

Él se sienta junto a mí y ni siquiera puedo mirarlo, ha sido bonito lo que dijo sobre su abuelo, y por un segundo me siento mal por nunca hablar de esos temas con ellos, se supone que para eso somos amigos. 
No sé cuánto tiempo paso lamentándome, pero comprendo tarde que están esperando por mí, y casi sin que me dé cuenta, termino de pie. Creo que tiene algo que ver con que Xanti lo haya hecho antes, no como un favor por favor, más bien como una forma de demostrar que somos capaces de mostrarnos ante nosotros, como amigos que somos. 

—Q-que lo siento —me molesta que la voz me suene de esa manera— quisiera que sirviera para algo. 

Sé que no es mucho, que la única persona que realmente podría comprender mis palabras es Teo, pero no importa. No se siente tan mal como imaginé. 

—Gracias Sabrina —aclara un poco su garganta— ¿Max? —él se niega. 

No podría explicar bien lo que eso me genera, no sé, es que ¿Por qué él va a venir si no confía en sus amigos religiosos? A veces me desespera. 
Él no está dispuesto a nada cuando todos parecemos intentarlo, incluso Guillermo es más abierto que él ¿Qué es lo que le pasa? 
 
—Yo sigo si quieres —Ale toma la palabra y no sé cómo, pero siento de inmediato la incomodidad de Max. 

Aunque él me haya dicho que no son conocidos no le creo, en realidad, creo que hay cosas que él muestra que son falsas, no sé cómo, pero lo sé.  

—Quisiera poder preguntarle como ser como él, como tomar buenas decisiones en momentos difíciles y como hacer felices a todos todo el tiempo —toma una bocanada de aire y guarda un silencio que hace parecer que ha terminado de hablar— quisiera preguntarle cómo hacer para no lastimar a nadie. 
—Pues no puedes —él interrumpe su discurso con un tono de voz tan molesto que no soy la única que parece sorprendida— a menos que no estés. 
—¿Qué? 
—A menos que no estés —repite con fuerza— ¿No? 

—E-eh... —Teo parece tener intenciones de interrumpir, pero no lo consigue porque la discusión sigue. 

—No creo yo... —ella parece a punto de quebrarse por alguna razón. 

¡¿Cómo no la va a conocer?! Es obvio que sí. 

—Es la ciencia de la ausencia, Ali—suelta con un tono que me hace pensar que es algo que solo ellos dos podrían comprender. 




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