1.27; DECICIONES
Sabrina
Bueno, como diría mi hermano, al final, hemos conseguido lo que queríamos al inicio. Respecto a la situación (que Teo es un pésimo guía porque se le escapo un grupo de chicos toda una noche), los directivos decidieron que volviésemos antes de que acabase la semana. Todos.
Tuvimos que organizar nuestras cosas con tanta prisa que sinceramente temo haberme olvidado alguna cosa, pero ya es muy tarde, porque ahora tengo que ocuparme de organizar todo acá.
Ale decidió que esto ya era demasiado castigo y por ende, solo voy a ocuparme de la ropa el resto del año, pero nada más. Supongo que tal vez intentaran no dejarme salir alguna vez, pero ahora, no me importa tanto.
He intentado escribirle a Max, pero no he conseguido hacerlo y creo que es porque a él si lo han castigado como se debe, me da un poco de lástima porque empezábamos a tener una buena conexión.
Y aunque me cueste admitir esto también, creo que toda la situación ha sido buena, porque también he conseguido una conexión conmigo y ahora me siento un poco mejor.
—Ey, todavía veo mucha ropa en nuestras maletas.
—Bueno ¿Vas a tomarme el tiempo o qué?
—¿Cómo estás?
—Bien, en realidad vos lo dijiste, esto era lo que queríamos ¿No?
—Sabrina.
—Estoy bien, de verdad ¿Vos? ¿Ale?
—Eso voy a ver ahora, pero quería pasarme por acá antes.
—Perfecta, de verdad, gracias.
—Me alegro entonces, te dije que les iba a gustar.
No se lo voy a aceptar, aunque tenga razón, no lo haré.
***
Teo entra a la habitación con lentitud y se encuentra a su novia concentrada en un punto blanco en la pared.
—Amor.
—Ah, no te vi.
—Me di cuenta —se sienta junto a ella— ¿Qué paso? ¿Cómo estás?
—Hable con Max, me lo encontré afuera antes de que se fuese y le hable.
—¿Y qué paso?
—Me dijo que me perdonaba.
—Eso es bueno.
—Sí, lo es, pero no tuve que decirle nada porque él ya lo sabía, todo este tiempo lo supo, y me estuve alejando haciéndolo sentir que él era el problema.
Su voz delata su total aflicción con respecto a la situación, y aunque él intentase con todas sus fuerzas no podría siguiera acercarse a entender la culpa que esto le genera, por más de conocer todas sus razones, no puede.
—Ay Ale —la abraza con delicadeza— vos no podías saberlo.
—¿Estoy mal?
—¿Qué? ¿Por qué estarías mal?
—Porque él parece estar bien, dice que está bien porque él puede y no como yo.
—Cada uno hace lo que puede, cada uno tiene su forma de manejar las cosas, ninguna es más correcta que la otra.
—Siento que lo deje solo por no pensar bien las cosas.
—Amor, no podemos retroceder tanto ¿Entiendes? No puedes dejar que la culpa te haga esto otra vez, vos hiciste lo que pudiste, hiciste lo que creíste mejor porque lo querés.
—Tengo miedo de nunca poder creer eso.
—Podes, y yo estoy acá para ayudarte ¿Sí? Diste un paso grande ahora, no te sobre exijas más, además, hay cosas que ya no podemos cambiar ¿No crees que yo siento lo mismo por vos a veces? Es complicado, y molesto, pero sé que por más difícil que me resulte, no puedo hacer algo por eso que ya no se puede arreglar, podemos hacer algo ahora, por lo que está acá, y él esta acá, tu familia todavía está acá...tranquila, para todo hay un tiempo.
—Supongo que así es.
—Lo es, solo Dios sabe porque lo encontramos acá sin haberlo buscado.
—Gracias amor, de verdad, no podría sin vos.
—Y yo sin vos, lo sabes.
—Cierto, soy indispensable en tu vida.
—Ajá, veo que ya te recuperaste.
—Que puedo decir, así soy.
***
Max
Saco algunas cosas de mi bolso intentado no desordenarlas demasiado porque hacer todo con una mano ya es demasiado complicado como para ponerme a doblar ropa también.
Me siento un poco mal por haber hecho que los chicos tuvieran que volver antes, porque estoy seguro de que si quizá hubiese sido otra persona nadie se habría enterado, pero, papá no iba a quedarse callado respecto a eso, supongo que solo es porque estaba demasiado enojado, y creo que quizá podría hablar con él para que no quiten el programa del todo, es solo, que soy muy malo para hablar.
—Hijo —mamá se aparece y toma una de las cosas para arreglarla mejor— ¿Quieres que te ayude?
—No se moleste, debe estar cansada por el viaje.
—Si, pero yo tengo mis dos manos —sonríe— Contáme ¿Qué paso?
—Me caí, esquiando, ya sabe, hielo y eso —a eso me refería.
—Puede pasar...pero ¿Qué te pareció? Insististe mucho en ir.
—Fue algo diferente a lo que imaginaba, definitivamente.
—Pero ¿Te divertiste?
—Un poco, sí.
—Me alegro —cuelga una de mis remeras y ahora papá es quien aparece en la puerta.
—Ey ¿Qué pasa acá? Reunión familiar y no me invitaron.
—Casi —ambos voltean a mirarme casi mal y lo entiendo, no era mi total intención— Digo, estamos ordenando esto.
—Bueno, lamento mucho terminar con esta sesión, pero hay una llamada para vos Fina.
—¿De quién?
—Es Mónica, dijo algo de una reunión que olvido y no sé qué más.
—Mónica, Mónica, siempre lo mismo —niega— vuelvo en un rato, probablemente un buen rato.
—Okey.
—Así que, ordenaban ropa ¿Querés que te ayude?
—No hace falta que se moleste señor.
—No es molestia, quería pedirte disculpas por cómo te hable hace rato, entendé que estaba enojado, vos nunca hiciste algo así.
—Lo sé, fueron decisiones equivocadas, pero, no creo que debería cancelar el programa.
«Bien, ya inicié»
—Max, es obvio que no se adaptaron.
—Pero fue demasiado para todos, ni siquiera nos conocíamos y nos mandaron de viaje a todos juntos, no fue su culpa.
—Max.
—Siempre habla de las segundas oportunidades y esas cosas.
—Sí, pero esta sería como la cuarta o algo así.
—Nunca lo había escuchado hablar así de alguien.