Angelus

Capítulo 11

-Bajemos, a pocas calles de aquí. Se trata de un drogadicto.

Al llegar a la casa traspasamos la puerta en nuestro estado invisible y recorrimos la casa. Lo encontramos tirado en el baño, con un frasco de pastillas, jeringas, lo que parecía ser cocaína sobre el espejo en la pileta y marihuana en una pipa. Al respirar el olor que se había encerrado allí casi vomito lo poco que había alcanzado a comer. Me acerque al joven que tenía una jeringa en la mano. Toque su corazón. Esa sería su última inyección.

-¿Lo sabes no?- Dijo mi compañera en voz alta.

El joven miro hacia arriba donde había una sombra negra que se movía de un lado hacia el otro, se acercaba y se alejaba de el. 

-Demonios inservibles- Susurre. 

La sombra esbozo una sonrisa desde alguna parte de su incorporeidad negra y luego siguió haciendo sus movimientos, incitándolo a que se inyectara aquello. Diciéndole cosas al oído cada vez que se acercaba.

Cosas como:

-Ya estas casi muerto, si, pero sigue, ¿De qué te sirve vivir? ¿Estas perdido aquí en el mundo? Sin trabajo, sin estudios, tu familia da asco, tu novia te odia. Vamos, sabes que lo quieres. Será placentero. Vamos hazlo, hazlo.

Me acerque al joven y en cuanto lo hice la sombra se retiro tanto que paso a ser solo una mancha en el techo que podría haber pasado por un mosquito aplastado.

-Ey, si lo haces. Perderás todo. Tus amigos te aman, tu familia también, y hasta tu novia a pesar de lo que dijo. Si lo haces perderás la última oportunidad que tienes de conseguir un trabajo y seguir estudiando. No lo hagas. Ya detente. Perderás la última oportunidad que te da la vida de seguir adelante a pesar de todo y ser feliz. Eres joven las cosas pueden cambiar. Te queda mucho por vivir no te arruines. No lo arruines.

El joven dejo la jeringa y aunque no pudo ponerse de pie y salir de ahí al menos se quedo dormido. Marilin abrió el ventiluz para que se desintoxicara el aire y salimos de ahí.

-¿Te suicidaste verdad?

-¿Por qué?- La mire expectante.- ¿Cómo lo supiste?

-Por cómo le hablabas. Parecía como si supieras como se sentía, y no solo porque eso puedes percibirlo como ángel era como si de verdad lo hubieras vivido en carne propia.

-Bueno no así, intoxicada ni nada parecido, pero si me suicide y la verdad mientras le hablaba, me parecía que me hablaba a mi misma en aquel puente.

Hubo mucho trabajo ese año, y cada año los desafíos eran mayores. La iniquidad y el orgullo endurecían el corazón de algunos, mientras el amor y la humildad hacían que los justos se mantuvieran firmes. Agradecía eso, si los justos tomaran sus armas para vengarse de sus enemigos en vez de poner la otra mejilla ¿Dónde habría justos?

Más de un día tuve noventa y nueve por ciento de motivos por los cuales volver a mi hogar con mi familia en el mundo de los espíritus. Pero ese uno por ciento restante hacia la diferencia y era más fuerte que el resto. ¿Cuál era ese uno por ciento? “Trabajar para el señor”.

Para uno poder trabajar para el señor debe primero olvidarse de si mismo. Y luego sí manos a la obra. Estorba muchísimo el pensar en las necesidades de uno. Por eso el que pone la mano en el arado no debe mirar hacia atrás. 

Mi vida se basó en tareas al servicio de otros algunas más sencillas otras más difíciles. En fin todas especiales y espirituales. Me dejaron mucha experiencia y sabiduría. Bueno no solo trabaje y nada mas… Cuando mi padre se caso con Marriot estuve ahí, deje que él me viera justo al lado del altar, estaba muy feliz y luego le conto a Marriot quien se alegro mucho pues no estaba segura de que yo estaría feliz si su padre se casaba de nuevo con otra mujer que no fuese su madre. Y luego cuando el paso al mundo de los espíritus ¿quien fue a levantarlo de su cuerpo? Pues no fui yo porque no era una urgencia para mí, pero si estuve allí para ser la primera en abrazarlo y guiarlo a su casa con mis abuelos paternos y bisabuelos y tatarabuelos y muchas generaciones más hasta Adán y Eva. Todos esos ángeles tenía mi padre cuidándolo y esperándolo. Porque cada ser vivo tiene muchas generaciones de fallecidos atrás, y los fallecidos no descansan todo el tiempo, también hacen su tarea cuando se la requiere. Y les encanta estar animando y alentando la vida de aquel que representa a su familia en la tierra.

Cuando llego el día final, después de que las plagas arrasaran a muchas personas, los mares arrasaran las tierras, las montañas se derribaran sobre ciudades y los volcanes manifestaran su poder, después de que las guerras del hombre casi destruyeran toda nación, tempestades, terremotos, incendios, torbellinos, convulsiones naturales, todo testificando que la hora era próxima y por motivo de la iniquidad de los hombres. Entonces se manifestó lo glorioso y divino. Algo que no puedo explicar con palabras en este libro porque sería hacerlos perder el misterio del gran final. 

Pero bueno mejor si se los cuento de todas formas la escritura dice que todo ojo lo vera, toda lengua confesara, y toda rodilla se doblara ante él. ¿El quien? El señor. Jesucristo mismo vino por última vez a la tierra a visitar a los sobrevivientes. Y cuando el bajo desde una columna de luz todos los demonios que rondaban la tierra dejaron de reír y se lamentaron porque su tiempo se había terminado y fueron apresados y encarcelados junto con aquel que se hacía llamar el padre de los demonios, si aquel Satanás del que muchos saben.

Muchos de los sobrevivientes no se animaban a acercarse a Jesús y decían lamentándose, “Oh, si nos hubiésemos arrepentido antes.”

En fin muchas cosas pasaron entre ellas yo volví a reencontrarme con Joel. Y voy a contarles como fue:

Estando yo de pie ante un risco, aburrida y sin mucho trabajo ya que mi misión siempre había sido ayudar almas en urgencias y ahora ya no había ni una de ellas. Tome una piedra y la arroje hacia abajo. No se sintió el impacto hasta después de unos veinte segundos. 




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