Anhelo Tus Besos

El Límite Del Deseo.

Han pasado tres días y Miguel no me ha llamado. Estando medio dormido, mi celular suena. Contesto con extrañeza.                                                                       -¿Hola?                                                                                   -Hola, Lucas. ¿Te desperté?
-¿Quién habla?
-Guillermo Lozada.
-¿Guillermo? ¿Todavía tienes mi número?
-Sí. Oye, no quería molestarte.
-Bueno, ahora estoy hablando contigo. ¿Qué pasó?
-Es Benjamín.
-¿Qué tiene?
-Joel no aparece desde la noche anterior y Benjamín está demasiado deprimido. No quiere hablarme.
-¿Le hablaste a Iván?
-Sí. Le llamé y él me dijo que se había ido temprano. Ambos lo están buscando.
-¿Y para qué me has llamado?
-Quería preguntarte si sabes algo de él.
-Anoche tuvimos una reunión de compañeros, pero él se fue a dormir con Iván. O eso fue lo que escuché. De ahí no sé más.
-De acuerdo. Gracias, Lucas.
-Por nada. Ojalá aparezca pronto.
-Lo mismo digo. Cuídate.
-Igual.
Colgó la llamada. Guillermo y yo salimos una vez, la cual no fue tan agradable. Como nunca más me escribió, pensé que me había bloqueado.
Mi madre entra a mi cuarto para avisarme:
-Lucas, un amigo tuyo quiere hablarte.
-¿Le preguntaste el nombre?
-Solo me dijo su apellido: Gutiérrez.
-Gracias.
Ella sale.Me coloco las sandalias y salgo de mi cuarto.


Abrí la puerta para preguntarle a Joel:
-¿Puedo saber qué haces aquí?
-Hola, Lucas. Sé que casi no hablamos fuera del aula y que soy un poco tonto, pero no sabía a quién más acudir.
-¿Cómo supiste dónde vivo?
-Ben me lo dijo. ¿Puedo pasar?
-Sí.
Joel entra y se detiene en medio pasillo. Volteó a verme.
-Luego de visitar a Iván, fui a buscar a Israel. Él estaba malherido. Llamé a Emergencias y lo acompañé hasta el hospital. No me fijé en cuánto tiempo había trascurrido esperando a una respuesta. Solo sé que me quedé dormido a un lado de la camilla.
-¿Y despertó?
-Sí. Me agradeció por la compañía y después vine para acá.
-Joel, todavía estoy un poco molesto contigo.
-¿Por qué?
-¡Besaste a Miguel! Él es mi novio.
-¿Te refieres a Miguel Calle?
-¡Sí! Él me contó que tú le robaste un beso.
-Y es cierto. Ahora que lo mencionas, no sé por qué lo hice. Te pido disculpas por lo que causé entre ustedes. Él me contó que te ama demasiado y moriría si te pierde. Por eso, Lucas, debes cuidar a tu novio y amarlo como nunca.
-Todavía lo amo. Por eso me duele cuando anda con secretos.
-Escucha, lo único que te puedo decir es que él es un poco cuidadoso con su vida personal  y por eso no siempre habla de eso. Iván sabe cómo es porque fueron compañeros por un año.
-Nunca lo había visto así. Por eso siento que es como un extraño.
-Lucas, ¿cuál fue la principal razón por la que te enamoraste de él?
-Miguel es muy tierno y detallista. Siempre me ha cuidado y ha estado pendiente de mí como ningún otro
-¿Y por qué no vas a hablar con él? De seguro está esperándote.
-No sé si esté. Ya perdí el contacto con él.
-Deberías ir. Yo te acompaño.
-De acuerdo.
Salimos del apartamento 20 y nos dirigimos al 42.

Toqué la puerta tres veces. Randy la abrió.
-¿Lucas? ¿Qué haces aquí?
-Quiero hablar con Miguel. Dile que estoy aquí.
-Oye...
Entonces, él aparece y le pide a Randy que nos deje a solas.
-Lucas, no te pido disculpas por no decirte que ya soy padre. Sin embargo, tampoco me gusta estar distanciado de ti. Quiero estar bien contigo.
-Miguel, ¿aún me amas?
-Por supuesto que sí. Todavía te amo, Lucas Garcés.
-¿Cómo puedo estar seguro de esto?
-Cruza la puerta y lo sabrás.
Entré. Él me abrazó y besó mi boca.
-Jamás pongas en duda esta relación porque tú eres quien me hace sentir bien.
-¿Puedo ver a tu hijo?
-Sí, aunque será más tarde. Ahora están con su madre.
-¿Cómo se llama?
-Daryl. A Lucero le gustó mucho.
-Pues es un lindo nombre. Oye, amor, ¿has pensado en mí por las noches?
-Definitivamente. Y creo que tú también.
-Negarlo sería mentirte.
-Entonces no nos mantengamos en el límite mientras el tiempo pasa. Crucemos esa raya que nos aleja del deseo incontenible.
-Miguel...
-Soy tu amigo, tu novio y también un hombre que es un buen amante. Si no fuera cierto, no podría llamarte "amor".
-Te has inspirado bastante, Miguel.
-Eres lo segundo en que más pensaba mientras esperaba al bebé. Y si te molesta ser lo segundo en mi corazón, pues déjame decirte que primero soy padre, luego hombre.
-No me molesta para nada. Me gusta mucho que seas consciente de eso.
-Gracias.
Me besó en la boca.
-Daryl es tan afortunado de tener un padre como tú.
-Amor, no hablemos de un bebé que eso no es excitante.
-Solo es un comentario agradable.
-Me siento muy halagado con tu comentario. Ahora entremos a mi habitación.
-Pero está tu hermano y puede escucharnos.
-No te preocupes por él. Está de salida al hospital.
-Ah, claro. Él será el responsable del bebé.
-Sí.
Miguel recorría mi cuello con sus labios calientes. Me erizaba la piel. Sentí el "despertar" de Miguel pero lo acepté por ser mi novio.
-Ya me voy al hospital, Miguel-escuché a Randy avisarle a su hermano.
-Me llamas por si pasa algo.
Randy se va. Miguel acariciaba con sus manos mis hombros.
-¿Por qué te pusiste de ese lado?
-Es porque no quería que lo note. Es vergonzoso que mi hermano me vea así.
-Por eso empieza en tu cuarto porque no puedes evitar que se dispare.
-Lucas, nunca te he escuchado hablar así.
-Lo siento. No podía evitarlo.
-No te disculpes. Ven, vamos.
Fuimos a su habitación. Miguel cerró la puerta con seguro.

Miguel y yo estamos en la ducha.
-¿Quieres que te diga algo?
-Sí, soy todo oídos.
-Joel ya me contó lo que pasó esa vez.
-¿Te mencionó de lo mucho que te amo y que me moriría sin ti?
-Sí. Fue justamente hoy, antes de venir para acá.
-¿Crees que se haya ido?
-Sí. De seguro está con su cuñadito.
-¿Te refieres a Guillermo? Ya me lo imagino.
Miguel gira el grifo y me preguntó:
-Lucas, ¿por qué no me escribiste?
-Bueno, yo estaba un poco molesto y triste. No sabía qué escribirte.
-Ay, mi amor, si es por lo de Lucero y yo jugando videojuegos, no fue tan fácil convivir.
-Tú y ella...son...
-¡No fuimos pareja! ¡Ni siquiera nos queríamos de esa manera! Lo que pasó fue que no quería dejarla sola en ese momento.
-¡Miguel, no sigas!
-Yo creo que en un momento te imaginé así como estás ahora. Y por eso no pude evitar seguir.
-¿Tanto así?
-Bueno...ella hizo bastante.
-Creo que eso fue demasiada información.
-Disculpa por eso. No volveremos a hablar de esto.
-Está bien.
Miguel salió y se secó con una toalla.

Ambos nos vestimos a la par. El uniforme del equipo le sigue quedando bien (o eso es lo que pienso). Agarró su mochila deportiva para después salir de su habitación.
-Oye, Miguel...
-Dime.
-¿Así es cómo te despides de mí?
-Ay, mi amor, discúlpame por eso.
Se acercó para besarme por encima de los labios.
-Nos vemos más tarde, amor.
-Que te vaya bien.
Dejó sus labios en mi frente. Apretó mis posaderas antes de abandonar el dormitorio. Salí del 42 detrás de él. Miguel me ha demostrado cuánto le interesa estar bien en esta relación. Creo que aún podemos estar juntos.




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