Capitulo 5
Luego del altercado Alice decidió calmar las aguas, imploro a su hija para poder tener una conversación y para dar una respuesta del porque Anita necesitaba asistir a su fiesta de presentación, para comenzar Alice opto por contar la historia de amor de sus padres.
Los Walker originalmente fue una pequeña familia de la cuidad aledaña de Hoover era un lugar no tan apacible en donde vivir, estaba atiborrado de gente debido a las universidades de la cuidad allí vivía Simón Walker y su esposa Lauren Deán, los inicios de la pareja no transcurrieron apaciblemente, cuando Lauren conoció a Simón de 17 años de edad quien era hijo de una familia muy popular de la localidad, él estudiaba en la universidad regional de Hoover en donde todos los Walker se formaban en la carrera de ciencias políticas.
La única regla de oro para poder educarse era que debían mantenerse solteros hasta obtener el título universitario, Simón comprendía a la perfección la regla pero al ver a la joven y bella Lauren no pudo evitarlo se enamoró perdidamente y la relación entre ambos fue incrementando, se veían diariamente algunas veces a escondidas y otras veces a la vista de todos, por esta razón las personas comenzaron a murmurar sobre lo cerca que se los veía el uno del otro y tal vez ya era tiempo de planificar una boda.
Simón no deseaba casarse aun sentía que eran demasiado jóvenes y necesitaban conocerse en profundidad, a pesar de sus quejas la familia logro su cometido Lauren y Simón estaban atados de por vida a permanecer juntos, ambos tenían sus corazones destruidos a pesar de que su amor era puro desde el día en que se vieron por primera vez anhelaban volver atrás en el tiempo y tomar todo con suma precaución pero ya era demasiado tarde…
Luego de la charla Alice le comento a su hija que ya era el momento de tener sus propias chaperonas, debía ir con ellas a donde sea que valla ya era casi una joven mujer y debía cuidar el honor familiar, francamente la madre de Ana no pensaba ceder en eso.
Durante varios días madre e hija visitaron varias tiendas en búsqueda del vestido perfecto, ninguno convencía del todo a Ana después de todo ella sabía el significado que tenía esa prenda, pronto seria desposada por el hijo de algún millonario de la ciudad y pensar en eso causaba enojo y decepción en ella, en un momento se generó un conflicto entre madre e hija..
-Ana: estos vestidos se ven repugnantes al igual de la idea de casarme.-
-Alice: sabes que este tema no es algo discutible señorita.- se sentía el enojo incrementar en Alice.-
-Ana: pues… no me importa, quiero ser libre, vivir en el mundo real estudiar y ser alguien.-
-Alice: harás lo que te he ordenado no quiero más discusiones.-
Despues de la discusión volvieron a la mansión a cenar Ana no tenía ni un poco de hambre y luego de saludar a su padre corrió a su alcoba a encerrarse, dio muchas vueltas en el lugar pensando o planeando lo que debía hacer para frenar a su familia, rápidamente agarro un bolso no demasiado grande y guardo algunas de sus cosas, inmediatamente escondió el bolso debajo de su cama al escuchar que Alice se acercaba con el vaso de leche.
Madre e hija no hablaron mucho Alice solo imploro para que Ana entienda el porqué de la presentación y luego se dirigió a su recamara, al ver después de unos minutos las luces apagadas Ana soltó el bolso por la ventana acto seguido se quitó su vestido y también lo soltó cayo directo en el pasto, luego de respirar profundo ella también salto, una vez vestida la lluvia comenzó a caer y Anita decidió apretar el paso se dirigió hacia la ciudad.
No fue nada fácil de llegar cada vez llovía más fuerte, se dificultaba ver por donde caminaba así que decidió refugiarse debajo de un árbol frondoso, mientras tanto en el hogar de los Warren Frank se levantó para ir a tomar un vaso de agua pero en el camino decidió ir a ver a Anita luego de haberla visto de ánimo caído, sintió que era buena idea tener una charla sensata con su hija y tal vez solo tal vez eso la reconfortaría, al llegar a la alcoba de Ana descubre que la ventana estaba abierta de par en par y la cama estaba vacía, al instante Frank emitió un grito tan profundo y desgarrador que corto la tranquilidad de la noche, Alice al escuchar a su esposo salto de la cama tomo su bata y corro hasta la habitación de su hija, en ese momento vio a su querido Frank gritarle a la servidumbre que ensillen su caballo rápidamente.
Alice corrió por las escaleras y se puso a andar en medio de la lluvia gritando el nombre de su hija, corrió tanto que llego a la ciudad, buscando en cada rincón pero no tuvo éxito Ana no aparecía , nadie la había visto…