Anita

Capitulo 7

Hoy es un nuevo día desperté, me lave la cara, logre despabilarme con gran dificultad en unos momentos llego mi madre con su bandeja de desayuno para que podamos hablar juntas unos instantes ( mi padre logro convencerla para que pueda volver a casa, aunque me trata de otra manera estoy feliz de estar aquí), luego cuando la conversación culmino golpearon la puerta de mi alcoba la estilista que se encargó de arreglar mi enmarañado cabello, detrás de ella ingreso el sastre ( el hombre logra crear increíbles diseños y ha trabajado en mi familia por más de 20 años), trato de mantener la calma a pesar de tanta presión hoy es el día menos esperado de toda mi vida, es mi presentación y para sumar más tensión además es mi cumpleaños, finjo estar algo animada por la situación para que mi madre deje de cuestionarme cada dos segundos, sin embargo en mi interior el nerviosismo aumenta, odio estar envuelta en esta situación aun así debo mostrar mi mejor semblante.

Mi vestido lastimosamente no es lila (mi madre una vez mas no acepto), en cambio debo llevar una indumentaria de un blanco resplandeciente que claramente yo no elegí, una vez lista el pánico logra que mi estómago se revuelva sin control alguno, intento respirar varias veces hasta lograr que mi agitado corazón se calme un poquito, espero a que mi madre se digne a descender la escalinata con su pomposo vestido ( es tan molesto verla feliz sonriendo mientras yo apuesto mi futuro en este asunto), luego llego mi padre se ve tan adorable con su traje el que unifica espléndidamente con su perfume favorito, seguidamente nos acercamos al portal con el objetivo de esperar el carruaje una vez ya en viaje hacia el salón de baile intento establecer algún tipo de dialogo.

-El día esta bello como para ir a un bosque sentarse en la sombra y leer un libro nuevo.- Intento demostrar mi tranquilidad.

-creo que estas en lo cierto Ana.- Dijo mi padre.

-Ana necesito que te concentres y comiences a madurar.- Mi madre como siempre lanzando alguna clase de críticas.

- Creo que soy lo suficientemente madura para mi edad madre.- Intente no sonar tan ofensiva.

Así continuamos el viaje en un silencio lúgubre, al llegar al lugar vi jóvenes revoloteando como alegres a veces alrededor del salón mientras almorzaban, solo me senté en la butaca y fingí sonreír a todo aquel que me salude a pesar de mi sonrisa falsa solo deseaba correr a mi hogar para taparme con mis suaves mantas y fantasear un tiempo considerable sobre cómo será Mi futuro, luego del almuerzo me aislé en un sector donde nadie lograba verme, estaba cansada de ver tanta pomposidad, los camareros se trasladaban con bandejas de plata en mano repletas de deleitables alimentos, pese al apetito que sentía no engullí ni un solo bocado.

Cerca del atardecer comenzó el baile, todas bajamos por una larga escalinata, era importante cubrir el rostro, algunas jóvenes adornaban sus máscaras con grandes plumas de intenso color en cambio mi mascara presentaba elegantes diamantes, al descender logramos formar una especie de circulo y al unísono con el primer compás comenzamos a bailar, al culminar la melodía quitamos el objeto que ocultaba nuestros rostros, prontamente nos reuníamos con las demás jóvenes a conversar sobre el baile mientras los padres muy disimuladamente esperaban que algún joven se acerque a ellos con intenciones de llevar acabo el matrimonio, mientras dialogaba con mis amigas intentaba investigar donde estaban mis padres ( los miraba con nerviosismo deseando que ningún joven de clase alta se atreva a acercarse ), en un instante me di cuenta que miraba a mis padres directamente mientras el murmullo a mi alrededor era intenso, solo estaba allí cruzada de brazos esperando a sabotear la situación, en un instante mis amigas me llamaron al unísono y yo Salí de esa especia de trance volví al mundo real y al bullicio, del susto por el ruidoso grito caí de rodillas adelante impactando mi cuerpo contra un sujeto que no conozco, fue tan vergonzoso que quise desmayarme para disimular mi vergüenza, impacte al joven e inmediatamente fue directo al suelo.

-¡Hay discúlpame por favor!–Mi voz se sentía temblorosa.

- No te preocupes no es nada.-Dijo el joven pasando su mano izquierda por su pelo.

-¿Pero qué he hecho?–Me di cuenta que su bandeja se volcó por completo en el suelo.

-Tu sigue en la fiesta veras que yo puedo con esto.-El comenzó levantar el desastre que cause.

-Perdón, no me presente soy Ana Warren un gusto conocerte.-Mis dedos goteaban por mis nerviosismo.

-Buenas tardes Ana Warren soy Jack, encantado de conocerla señorita.-

Al ver su rostro me sonroje como nunca lo había hecho antes, él era esplendido como un rayo de sol por las mañanas de primavera, Jack era un hombre adorable de alrededor de 1.80m su cabello era castaño oscuro, sus pómulos sonrosados y sus ojos eran del color de las avellanas, me sentí maravillada al verlo (hasta creo que llegue a mordisquear mis uñas cuando el desvió la mirada), es guapo muy guapo y esbelto, me despedí del rápidamente para que no vea mi rostro, trote hacia la puerta del salón a tomar aire me escondí en un sector detrás de una especie de decoración extraña y ostentosa, respire profundamente hasta calmar mi agitado corazón, una vez ya más calma regrese al festejo busque a mis padres y me pegue a ellos.

-Anita ve disfruta tu fiesta.-Mi madre sonó algo sarcástica.

-Creo que ya disfrute bástate.-Intente demostrarme serena pero mi voz no decía lo mismo.

-¿Qué sucede Aña?-Mi padre estaba algo preocupado.

-Aaamm... nada solo estoy algo cansada y deseo volver a mi hogar.- Aún más deseaba volver a ver a Jack.

Al volver al el cotilleo de las demás jóvenes simplemente no lo soporte, gritaban demasiado fuerte estaban algo exaltadas por la emoción de conseguir marido (creo), para no seguir aguantando aquel ruido infernal huyo directamente de la escena busco con intensidad a mis padres y desafortunadamente los examino rápidamente me doy cuenta que están en una animada conversación con Alex, primogénito de la familia Robinson ellos comercializan petróleo evidentemente es un niño rico que fácilmente podría convencer a mi madre con el fin de llevar a cabo el matrimonio, pienso por un minuto y trato de crear alguna distracción para sabotear la misión corro hacia ellos (sin siquiera presentarme con el joven), les imploro que volvamos a la mansión aparentando alguna clase de malestar debido al poco alimento que ingerí, mi madre no creyó mucho en mi versión a pesar de eso levanto su sofisticada cartera y la deposito en la distinguida mesa, es un discreto lenguaje indicador de que la conversación ha terminado, Axel miro a mi madre algo sorprendido y un poco molesto los saludo con suma cortesía dio un giro y desapareció de mi vista me sentí victoriosa logre el objetivo pero sin más debo volver a mi hogar, mientras subíamos a nuestro carruaje mi madre rompió el hielo...




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