Anita

Capitulo 24. El campo verde.

Sostuve al hombre  que amo entre mis brazos por un tiempo y luego lo regañe como si fuese un pequeño niño, pero al ver sus hermosos ojos el enojo se evaporo rápidamente de mi alma.

Durante un tiempo permanecimos en el hogar los tres, mi padre Jack y yo, ellos durante el día daban largos paseos mientras yo me encerraba en mi alcoba a admirar el anillo de mi madre, lo observaba e imaginaba como sería la boda si mi madre se encontrase con vida, me reproche miles de veces el no estar casada con Jack, pienso que Alice planeo el día de mi boda desde mi nacimiento, mi madre fue una  mujer romántica toda su vida y yo no cumplí uno de sus más grandes deseos por varias causas, por apuro, porque  no soy una romántica como ella y sobre todo el miedo que sentía.

Jack no comprende del todo lo que me sucede esta extraña mezcla de dolor nostalgia y decepción consume mi vida, procure mostrar mi mejor cara pero él sabe que  algo sucedía y la verdad es que nunca exprese todos mis sentimientos, en cambio los oculte en las tardes en las que mi almohada tapaba mi llanto.

Algunos días después llego el abogado de mi madre con unos papeles, nos encerramos en el salón para conversar tranquilamente  y allí supe que Alice me convirtió en la heredera de la fortuna familiar de los Walker, esto me tomo por sorpresa  yo jamás espere heredar su dinero.

Entre tanta turbulencia una idea llego a mi cabeza como un rayo de luz, pensé tomar un tiempo  para mí para sanar para dejar de sentirme tan vulnerable entonces hable con mi ´ padre en privado, le conté mi plan, viajar por el país, tomarme mi tiempo para procesar todo lo ocurrido, claro que el no acepto mi idea de todas formas ya estaba decidido…

A escondidas arme mi valija  con algo de ropa, algunos libros, fotos de Alice y al alba partí sin más, sin mirar atrás, tome el primer carruaje que vi y me llevo directamente a la ciudad de Pavv a 11.149 km  de distancia del lugar en donde nací.

Al ingresar a la ciudad divise un campo de color verde intenso  y al verlo pare de inmediato el carruaje  y Salí trotando como cuando era una pequeña niña y allí me solté en el pasto y libere mis problemas y el dolor, solo mire la hierba entre mis manos entrelazándose en mis  falanges  y me sentí más viva que nunca…

 

 

 

 

 

 




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