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Bitácora personal. Febrero 16/3012 16:35
Nombre: Diego Ramírez
Edad: 22
Oficio: Programador en sistemas.
Lugar de trabajo: CORPTEC CIRCULO 345 EDIFICIO *** PISO **
Residencia: CITY BIO E9 CIRCULO 345 DEPARTAMENTO **
Identificación: *********
Contacto: ****_****_**
N° Postal: *****
Redacción guardada el 16/02/3014 a las 16:54...
Nunca creí que mi vida cambiara tan drásticamente, primero trabajaba en CORPTEC hace unos años y ahora soy un fugitivo de la justicia; pero me vale madres. Todo comenzó cuando estaba en el café Neón Electro de CITY BIO E9 en el CIRCULO 86, al que acudí luego de un trabajo que me encargó la compañía, había decidido comer algo. Mientras miraba el menú luminoso que aparecía en la mesa, una mujer se sentó ante mí, miré por todo el café por si alguien se daba cuenta, pero por alguna extraña razón que no comprendía, ya no había nadie en el establecimiento; todo estaba desierto, los menús flotando luminosos sobre las mesas, el vaho de tazas de café dejadas a medio tomar elevándose y un pan rostizándose sin que nadie le atendiera en la tostadora.
La mujer ante mí por su puesto, era bella, bellísima. Parecía vestida para una cita y me miraba con ojos serios y penetrantes. Se presentó, es de raza Egipcia y me dijo que fui elegido por la organización LIBERTY; le pregunté que era LIBERTY, y ésta me explicó que se trataba de personas que no apoyan el Orden Cibernético, inteligencia artificial controlando la inteligencia humana. Claro que al principio le dije que estaba loca y que no se podía ir en contra del Orden Cibernético, pero luego le di la razón y como no tenía nada más que perder (no tenía familia, mis padres fueron eliminados por un error que desconocía cuando era un niño, hasta que ésta mujer me dijo que eran parte de LIBERTY; tampoco tenía amigos, era un lobo solitario) así que decidí seguirla y desde ese entonces las cosas se pusieron locas y peligrosas. Seguía siendo yo en un mundo cibernético, pero por otro lado también cumplía con lo que LIBERTY me exigía: desde interceptar correos de políticos que no son nada más que la cara humana de la inteligencia artificial, no son nada en realidad, meros peones; conversaciones, movimientos de MK1, hasta rastrear personas que infringen las reglas del Orden Cibernético antes de que lo hiciera la OPC y así salvarlos del destino que sufrieron mis padres como muchos otros; también sabotear centrales para hacernos con recursos.
Iba de un lugar a otro sin ser descubierto por la inteligencia artificial y ella me acompañaba, era mi superior y portaba una insignia de Teniente de la OPC, lo que le daba acceso a prácticamente cualquier lugar. Todo iba bien, pronto sería ascendido a líder, cuando el líder que corresponde a R, el señor Rodrigo, falleciera; hasta que ocurrió aquel infortunio. Teníamos la orden de infiltrarnos en el centro de toda inteligencia artificial y hacernos con el control, pero salieron mal los cálculos y nos vimos rodeados por robots armados; emprendimos la huída en medio de rayos y explosiones, varios de nosotros disparaban a los robots inclusive mi amiga y yo. Entonces no vi venir a MK1, apareció de la nada como un camaleón tras mío y me hirió, pero antes de que me matara, mi compañera la Teniente ya estaba allí haciéndole frente. Hubo forcejeos y lucha por parte de ambos, MK1 arrojó lejos a la teniente, corrí hasta ella, a pesar de mi herida. MK1 me apuntaba y la teniente se puso de pie con una voluntad que me pareció que había sacado de donde ya no le quedaba, me cubrió y recibió el disparo. Ocurrió luego una explosión y MK1 desapareció de mi visión. Sacamos a la teniente, pero ella había muerto.
No me resigné a perderla, así como tampoco lo hizo LIBERTY, por ser una de las líderes y no teniendo un sucesor. La doctora Yukio y yo salvamos gran parte de los recuerdos de la teniente, pero mucho se perdió, pues el disparo fue en la cabeza. Vive, pero no es la misma, me parece que es más fría.
B. mira los restos de lo que fue alguna vez el vaticano sin decir nada. Estamos en la elevada estación de I8 y al ser el suelo de cristal, podemos ver hacia abajo el vaticano, escombros, polvo, eso es lo que queda. Nos trasladaremos a E3, para reunirnos con alguien importante según la teniente, al parecer será mi nuevo compañero, John Cooper, es casado y tiene un hijo de unos 19 años, y lleva una vida normal en el Orden cibernético sin ser descubierto ni por su familia; aunque a mi parecer, si B. no estará conmigo, preferiría trabajar solo.
Finalmente llegó el transbordador; con B. tan callada y lejana, aunque cerca, este será un largo y aburrido viaje.
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