Los niños apenas salían de la escuela acompañados por sus padres, se podían escuchar las risas y murmullos de la gente que pasaba por la calle junto con su hijo. Algunos niños estaban platicando con sus amigos antes de irse a casa para regresar al día siguiente.
Unos pasos acelerados sonaron y una niña atravesó a la bola de gente que se formó en la entrada de la escuela, un profesor intentó atraparla para que no escapara pero la niña consiguió hacerlo, sujeto sus libros con fuerza y se perdió entre la gente.
La pequeña siguió corriendo mientras jadeaba y se alejaba de toda la gente. Pronto la gente empezó a escasear y la niña llegó a su destino mientras intentaba tomar aire después de haber corrido todo el camino, esperaba que aquel profesor que intentó detenerla no haya podido ver a donde se dirigía.
Alzó la vista viendo un pequeño lugar con árboles y una pequeña pradera, era un pequeño parque, un lugar muy bonito y calmado, ideal para pasear donde las familias o las parejas iban a menudo a caminar o a pasar el rato.
La niña camino un poco hasta adentrarse un poco entre los árboles, escogió uno y se sentó recargando su espalda contra el tronco de un árbol, tomó uno de sus libros y empezó a leerlo con atención sin preocuparse de su alrededor.
La menor de la familia Campbell, "Doll", como le decían todos, y nunca su verdadero nombre, era un apodo que le habían puesto por su apariencia. Una pequeña de diez años, su tez era palida lo que le hacia resaltar sus rosadas mejillas junto con sus rosados labios, su cabello era rubio y liso como una cascada dorada que había amarrado con dos listones rosas haciendo dos coletas, sus ojos eran verdes que brillaban haciéndola ver mas infantil.
Su uniforme escolar estaba lleno de barro al igual que sus pequeños zapatos negros de charol. Pero no le importaba ya que entre sus manos sostenía un libro con cubierta negra que leía atentamente. Sus pequeñas y delicadas manos pasaban las paginas, emocionada, queriendo saber que pasaba a continuación mientras sus ojos leían las palabras con rapidez.
Todo era paz en su pequeño mundo, pero, unos pasos sobre el húmedo césped cerca de ella la saco de su lectura y la hizo volverse hacia un lado, ahí vio a su vecina, Victoria, ella era la hermana mayor de su mejor amiga, Emily. Victoria era un año mayor que Doll, traia un uniforme escolar de la misma escuela, su cabello era café y reluciente atado a una coleta, a un lado de la misma traía un broche en forma de corazón rojo con brillantina, sus ojos eran color miel que veían divertidos a la niña. Doll al verla hizo una mueca de desagrado.
—¿Que haces aquí, Victoria?–pregunto Doll en tono asqueado.
La contraria sonrío y se recargo en un árbol viéndola con altanería.
—Eso debería preguntarlo yo, ¿no crees? ¿Tu madre no te dijo que no leyeras esos libros?—pregunto Victoria burlona.
Doll trono la boca molesta, sabia que Emily le había dicho algo, pero era obvio, era su hermana. Pese a su apariencia Doll no tenía el mejor comportamiento para su edad, a menudo se encontraba leyendo cosas "desagradables" sobre crímenes perfectos, asesinos en serie o asesinatos. La niña no comprendía el por qué era malo, a ella le gustaba y disfrutaba de la buena lectura, en vez de regañarla debían felicitarla por leer, ¿no?. La mayoría de las personas le tenían miedo y en ocasiones escuchaba cosas horribles que la gente decía de ella. No comprendía el por qué estaba mal o lo que estaba mal con ella.
De cualquier forma, ella odiaba que Victoria se metiera en sus asuntos, por su culpa su madre varías veces la había regañado debido a que la acusaban de sus acciones. La miro frunciendo el ceño.
—¡Eso no te incumbe, déjame en paz!—grito la niña molesta.
—¡Tu no puedes gritarme! Tu eres la que esta en problemas, tu eres la que lee cosas extrañas, ¡no yo!—grito Victoria enojada apuntandola con su dedo. Las dos niñas se quedaron viendo desafiantes hasta que oyeron una voz, las dos voltearon en dirección a la voz, en un pequeño camino, se vio a la madre de Doll caminando y hablando por teléfono sin siquiera voltear a verlas, Victoria sonrió al verla–. Ahora si que estas en problemas, Doll—dijo antes de echarse a correr.
—¡Espera!—grito Doll levantándose con el libro en manos corriendo para alcanzar a la contraria.
La distancia en la que se encontraba su madre era larga, pero aun así, Doll no era tan rápida y correr con zapatos tampoco era fácil, aún así tenia que detenerla, fue cuando sintió su libro en su mano, lo alzo y lo lanzo dando en la cabeza de Victoria la cual no se esperaba el golpe, cayo al suelo con brusquedad encima de un charco. La niña la alcanzo y se lanzo sobre ella, empezaron a pelear a manotazos y a girar por el suelo encima del charco.
—¡Suéltame, no tienes derecho! ¡Quítate de encima!—gritaba Victoria tratando de quitarse a Doll.
La niña se sentó encima de Victoria tratando de inmovilizarla cuando vio que su madre, quien ya se había ido, regreso al escuchar los gritos de Victoria tratando de ver que pasaba asomándose dentro de los árboles. Doll se aterro de que la viera, quito uno de sus listones dejando suelto parte de su cabello.