Anomia: pequeñas asesinas

Capítulo 13- Socias

Era hora de clases, el sol ya brillaba en el cielo y ese sería un buen día de no ser por qué todos estaban tristes por la muerte de Alice. Todos se encontraban en el aula murmurando sobre lo que le había pasado a su compañera de clases.

Doll golpeaba la pared con un lápiz, estaba pensando. Emily no había ido a clases ese día, el día anterior Doll le llevó a su amiga unas galletas que ella misma había preparado, todo estaría bien pero esas galletas tenían laxantes que accidentalmente había puesto así que debido a esto Emily no fue a la escuela por que se sentía mal. Esto no fue un accidente, Doll fue quien puso a propósito el laxante en las galletas, no quería hacerle daño. Su única intención era hacer que Emily no fuese ese día, el día en que Elizabeth escogía víctima, no quería que estuviera al alcance de ella.

En una clase antes del descanso Doll se sentía aburrida, lo normal sería que se pusiera a platicar con Alice o que jugara con sus cabellos pelirrojos, incluso que la convenciera de fugarse la clase, pero ya no podría hacerlo de nuevo, suspiro y empezó a pasar uno de sus dedos sobre un libro. Sus pensamientos fueron interrumpidos al ver a Elizabeth sentándose en el lugar de Alice, frente a ella.

—¿Ya escogiste víctima?—pregunto sin mucho interés en un tono abrumador.

Elizabeth asintió, señaló una de las primeras filas en los asientos de adelante. Volteó en la dirección que le indicaba, se trataba de una de sus compañeras. Una chica de cabello negro y ojos azules, sus rasgos no eran muy delicados pero aún así su belleza era indudable, era muy dedicada a sus estudios, una niña buena y dispuesta a ayudar a los demás. Su nombre es Julieta.

—Nadie más aquí tiene ojos azules—comentó Elizabeth viéndola—. Bueno, supongo que ahora somos socias o camaradas, ¿no?—preguntó mientras extendía su mano hacia Doll en forma de saludo, esta la miro unos momentos con desconfianza, pero finalmente la estrecho dando por firmado el acuerdo—. Por cierto qué curioso que no vino Emily ¿no es cierto?.

—Esta enferma, por accidente se comió un laxante.

—¿Segura que solo fue por accidente?—dijo Elizabeth volteándola a ver sonriendo.

Doll la vio de reojo y agarro uno de sus libros fingiendo leer.

—¿Ya has matado a alguien?—murmuró.

—Si. A mi medio hermano, seis meses de edad—dijo orgullosa.

—¿Mataste a un bebé?—preguntó casi incrédula.

Elizabeth sonrió con malicia.

—Fue tan fácil, lo ahogue con un oso de peluche grande que le regalaron, fue tan gracioso ver la reacción de mi madrastra y mi padre—comentó mientras miraba atenta a Doll—. También la mate a ella: a mi madrastra.

—Creí que era tu madre con quien vives.

Había espiado a Elizabeth para saber que tipo de persona era, siempre la había visto con su hermano y una mujer muy bella, por instinto dedujo que era su madre pues era la única adulta que veía salir de la casa.

—Ella es mi tía, mi padre le pidió que nos trajera aquí por el trauma que nos pudo ocasionar la muerte de nuestra madrastra—explicó con sencillez—. Ya sabes, después de la muerte de mi medio hermano todo se complicó, después de la muerte de mi madrastra todo empeoró.

Doll alzó la vista de su libro y la miro fijamente.

—¿Como la mataste a ella?—preguntó con curiosidad.

—La ahogué mientras estaba en la tina—indicó viendo a Julieta.

Doll no dijo nada, solo vio a la niña, quien ponía atención a la clase, no sabía cómo iba a acercarse a hablar con ella así nada más pero tenía que hacerlo, si no Elizabeth le haría algo a Emily, de eso estaba muy segura. 

Suspiro viendo de reojo a Elizabeth, debía saber más cosas de ella para saber de que método podría matarla si la situación lo requería.

—¿Y tú mamá?—murmuro Doll.

La sonrisa que Elizabeth tenía en la cara desapareció, tenía la mirada perdida en algún punto del salón. Hubo silencio, Doll desvío la mirada perdiendo la esperanza de que contestara.

—Mamá murió—confesó Elizabeth arrastrando las palabras—. Pero... Aún está aquí.

Se llevó las manos al pecho bajando la cabeza, tenía una ligera sonrisa en el rostro. Doll la miro extrañada y decidió no decir nada más por el resto de la clase.

La campana sonó y el recreo empezó. Doll tomó sus cosas y salió junto con sus demás compañeros de clase, Elizabeth le hizo señas para que la siguiera e intentaran hablarle a Julieta.

Doll camino por los pasillos llenos de gente tratando de seguirle el paso a Elizabeth. Los niños se amontonaban intentando salir al patio, no podía seguirla de cerca así que se quedó quieta observando cuál sería una vía de salida más factible. Los niños empezaron a escasear y ella buscó con la mirada a Elizabeth.



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En el texto hay: asesinatos, muerte y sangre, jovenes asesinos

Editado: 22.07.2020

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