Anomia: pequeñas asesinas

Capítulo 10- El último adiós

Era viernes en la noche. El viento aullaba moviendo las hojas de los árboles, el cielo oscuro era iluminado por las pocas estrellas que había, la luna menguante brillaba en lo alto del cielo, los pájaros dejaron de cantar para dejar hacerlo a los grillos, y Doll estaba lista para reunirse con Alice.

Estaba en su habitación guardando lo necesario en su mochila. Su madre estaba abajo viendo un programa así que tendría que salir por la ventana. Su casa estaba rodeada con una cerca y en el pequeño jardín de adelante crecía un árbol que daba a la ventana de Doll por lo que bajaría por el árbol y se escabulliría en la oscuridad.

Terminando de arreglar todo abrió la ventana y se trepó al árbol con su mochila en la espalda, ya había salido anteriormente por el árbol cuando iba a casa de Emily a escondidas o viceversa, su amiga también había ido a su casa y se trepaba por el árbol. Subir o bajar el árbol ya no era un gran problema para Doll.

Una vez tocó el suelo se fue corriendo directo al parque para reunirse con Alice. Como era un lugar casi abandonado ya casi nadie se acordaba o fijaba en el nombre, la gente evitaba pasar por ahí, incluso se había vuelto peligro debido a las pequeñas bandas de delincuentes jóvenes que se reunían en el interior saltando las vallas de metal que rodeaban. Según lo que Doll había investigado se llamaba "Astromelia". El parque Astromelia, el lugar donde Alice moriría. 

Se dio prisa pero se ocultaba en las sombras de la noche, ya casi era media noche por lo que no había mucha gente que pudiera verla. Cuando llegó al parque se vio ante la imponente puerta de metal frente a ella que estaba cerrada con un gran candado. Trono la boca, no había árboles cerca por donde treparse ni algo a lo que subirse. Miro para todos lados inspeccionando, camino un poco viendo unos barrotes con una separación considerable, dedujo que los que se colaban ahí en la noche los habían separado para entrar. Estaba un poco oculto tras unos pequeños arbustos, para evitar que algún guardia nocturno pudiera verlos.

Entró con prisa deslizándose entre los barrotes, no tuvo dificultad en hacerlo y esperaba que Alice también viera el pequeño paso que había, si es que todavía no había llegado. Atravesó todo el lugar siguiendo la sindicaciones que Alice le había dado previamente y finalmente llegó al puente que le había dicho.

No había rastro de Alice así que escondió sus cosas tras unos arbustos secos, se puso unos guantes que había traído, se guardó el cuchillo en el borde del pantalón siendo escondido por su camisa y empezó a buscar algo con lo que golpear a la niña. Su búsqueda dio resultados, encontró un palo bastante grueso que serviría para su objetivo, así que lo dejo al alcance.

Cuando terminó de arreglar todo por primera vez fijó su vista en el paisaje. El lugar estaba rodeado por bosque. La única entrada era irse por el puente el cual era de piedra, en los lados del puente habían muchos arbustos decorándolo. Lo que había dicho Alice era cierto, el agua fluía con tranquilidad por debajo del puente, se podía notar uno que otro pez nadando sobre el agua cristalina y clara, parecía sacada de algún lugar mágico, se oía el ruido del agua fluyendo, em ella se reflejaba la luna menguante y las estrellas del cielo. Había una pequeña pared de piedra hacia donde daba el río para evitar que la gente cayera y se apoyara para ver el río.

Doll por un solo momento olvido que hacía ahí y solo vio el paisaje, el viento sopló haciendo que su ropa se moviera levemente, cerró los ojos disfrutando la cálida brisa que la rodeaba. Ese ambiente le traía recuerdos.

—Es muy lindo ¿verdad?—dijo una voz tras ella.

Abrió los ojos de golpe asustada. Se giró con rapidez y vio a Alice sonriendo detrás de ella.

—Si, lo es—dijo con un tono de voz melancólico.

Alice se puso junto a ella a contemplar el agua cristalina y sus ojos brillaron al verla.

—¿Dónde está Emily? No quiero que se pierda un solo segundo de esto—murmuró sonriendo.

Doll no contesto, solo miraba de reojo a Alice, quien seguía fascinada observando el agua. Seguía repitiéndose que sería un buen lugar para morir, que la última imagen feliz que viera fuera el agua cristalina y el reflejo de la luna en ella.

Sus manos temblaban, estaba ansiosa e impaciente de empezar ya. Se mordió el labio inferior tratando de calmar a su corazón que latía con fuerza sabiendo lo que pasaría.

—Traje algo para ti, pero necesito que mires el río hasta que yo lo diga.

Alice solo asintió sin voltear a verla. Doll agarro el palo grueso y empezó a acercarce lentamente. 

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En casa de la familia Anderson era una noche tranquila. La joya de la familia se encontraba en el piso dibujando con sus crayones, mientras que su madre estaba sentada en una silla descansando la vista después de un largo día.

La pequeña dejó de dibujar y miro por el gran ventanal que daba vista a toda la ciudad, la señora Anderson abrió los ojos en ese momento y vio a la pequeña.



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En el texto hay: asesinatos, muerte y sangre, jovenes asesinos

Editado: 22.07.2020

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