Trate de simular una sonrisa pero no tenía suficiente ánimo para sonreír con falsedad.
— Hola Ris… —saludo con una sonrisa.
— Hola —dije tratando de no mostrar mi incomodidad.
— Necesito tu ayuda —dijo hablando más bajo— quiero regresar con Tanner.
Mi pff fue demasiado obvio porque ella me miro sonrojándose.
¿Acaso ella pensaba que yo iba a ayudarla en algo así?
— Quiero unirme al equipo de porristas —dijo ella a lo que yo asentí.
¿También? ¿Justo en ese momento? ¿Por qué? El año estaba por terminar y ella quería unirse al equipo.
— Si debes preguntarle a Sophie… —dije evitando mirarla al rostro.
Mire hacia un lado y Tanner estaba mirando hacia donde nosotras estábamos.
— Pero pensé que podrías ayudarme… —dijo ella haciéndose la más buena del mundo.
— Si si —dije pasando por su lado.
Eso había sido grosero de mi parte pero ya no quería estar ahí.
Me dirigí hacia el campus y vi a Juliet que prácticamente me ignoraba.
Las prácticas y las disimuladas miradas de Tanner que no era nada obvio.
Quería hablar con él pero no me sentía con toda la seguridad para hacerlo.
La tarde cayo y regrese a pie a casa. Entre y Nora estaba en casa por el olor a comida.
— ¡Esffie! —dije con una sonrisa al ver a mi hermana.
No pude evitarlo y me acerqué a ella para abrazarla.
— Ya mucho afecto no hace bien… —dijo ella sin dejar de sonreír.
Me sentía mejor al verla allí, pero esa felicidad duro unos segundos porque apareció a quien no quería ver.
— Hermanito —dijo Esffie al ver que Tanner ni se percató de su presencia— ¿Ahora eres un chico malo o qué?
— Hola Esffie —él no la miro y solo se concentró en servirse un vaso con agua.
— Bien quizás esta noche Ris sea la que me acompañe de fiesta —dijo ella mirándome a mí.
¿Fiesta en día de semana? Eso sonaba genial, mi rostro se ilumino.
— No creo que Ris tenga que ir a una fiesta bastante se divirtió anoche ¿Verdad? —dijo el ahora mirándome a mí.
Mis mejillas se encendieron.
— ¡Eres mi orgullo Ris! —dijo ella con una sonrisa y chocando los cinco.
— Tiene dieciséis años no puede llegar ebria —Nora lo miro al ver lo serio que estaba Tanner.
— Pronto cumpliré diecisiete además no eres mi padre para decirme lo que debo o no hacer —respondí con el ceño fruncido.
Esffie empezó a aplaudir y pasaba las manos en sus mejillas fingiendo que caían lágrimas.
— No te entiendo Ris ¡Haz lo que quieras! —exclamo enojado.
Tanner también frunció el ceño y salió de la cocina.
No se por qué motivos lo seguí escaleras arriba el prácticamente cerró la puerta de su habitación en mi rostro.
— ¡Te odio Tanner! —exclame abriendo la puerta.
— ¿Quieres que te diga lo que hiciste anoche? —él se volvió a mi mirándome con el ceño fruncido— me besaste
Mi corazón parecía que se detuvo por un momento al escuchar esa simple oración.
— ¡Eres un maldito mentiroso! —exclame, pero él se cruzó de brazos.
Volví a salir de su habitación y baje las escaleras encontrándome con Esffie.
— Bien… ¿Ahora eres Ris la rebelde? —pregunto ella mirándome con una ceja levantada— Ven es hora de irnos ¡Púdrete Tanner!
Me reí ante su reacción y salimos juntas de la casa.
— Ahora necesito que me cuentes como fue la visita al abuelo… ¿Estaba la insoportable de Stefy? —pregunto ella mientras conducía hacia la ciudad.
Empecé a contarle todo lo que había pasado obviando algunos detalles y el beso. Llegamos a un bar y donde habían personas, nos acercamos hacia un rincón y estaban los mismo chicos de la vez anterior.
Hasta que las luces y la música, no me separe en ningún momento de mi hermana.
— Acompáñame —dijo Dakota, mire a Esffie que estaba bailando con un sujeto.
Asentí y acompañe a Dakota al baño. Las dos entramos al baño hy ella saco una bolsita con unas pastillas.
— Mira lo que tengo… —dijo ella mostrándome la bolsita— ¿Quieres?
Podía emborracharme pero drogarme no podía hacerlo.
— Es meta ayuda a bajar de peso —mis ojos se abrieron.
¿Acaso había escuchado mal? ¿Bajar de peso? Eso era lo que yo necesitaba.
— Te puedo hacer precio —dijo ella moviendo sus cejas.
— Yo… —dude por un momento.
— Debes tomar una todos los días o cuando quieras y veras los resultados en cuestión de días —eso a mis oídos sonaba fantástico.
— Esta bien ¿Solo es una? —pregunte mirando la bolsita que ya estaba en mis manos.
Dakota asintió, no podía decir que estaba cien por ciento segura pero quizás podía lograrlo.
La noche termino y regresamos a casa donde la ausencia de mama era obvia. Esffie estaba más borracha así que la acompañe a su cuarto ayudando a que se recostara.
Me volví hacia mi cuarto dando una mirada hacia la puerta de Tanner.
Sentí la presencia de alguien más a mis espaldas.
— Dios santo casi me matas del susto —dije llevando una mano a mi pecho.
— Apestas a cigarrillo —el estaba a pocos metros de mi.
Su altura era perfecta para llevarme una cabeza. Con la poca luz que había en el pasillo.
Tanner era guapísimo y a cualquier chica podía enamorar, pero por que el se fijaría en alguien como yo? ¡Pero la cruda realidad me golpeaba!
Yo no era alguien más era su hermana.
— Sendy quiere volver contigo… —dije eso por algún motivo.
— Lo se… —dijo el bajando la cabeza.
Trague saliva y como si mi alma y mi corazón doliera las palabras salieron de mis labios.
— Quizás deberías intentarlo de nuevo… —el me miro a los ojos como si esas palabras no hubieran salido— dijiste que querías a una chica con todas las características que Sendy cumple
Estaba a punto de llorar mi voz empezó a temblar.
— Ris yo no… —el tampoco parecía querer creer lo que le estaba diciendo.
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Editado: 16.08.2022